30 de noviembre de 2021 — El Dr. Guus Berkhout, profesor emérito de geofísica en la Universidad Delft de Tecnología, miembro de la Real Academia de Artes y Ciencias de los Países Bajos, escribió una carta abierta en la que desafía al sistema educativo holandés por haber sucumbido a las presiones de los ambientalistas y prohibir a los disidentes su libre expresión. La carta se titula “¡Auxilio! ¿Qué está pasando con nuestras universidades?” y se publicó el 22 de noviembre en el diario Da Telegraaf, el de mayor circulación en el país. El profesor Berkhout participó en la conferencia internacional del Instituto Schiller los días 13 y 14 de noviembre en el panel sobre ciencia y envió un “Mensaje a los jóvenes en la COP26”. Lo que sigue es una traducción de la versión en inglés de su carta: 

¡Auxilio! ¿Qué está pasando con nuestras universidades? 

En los años recientes hemos visto que ocurren las cosas más raras en nuestras universidades. Los profesores deben ser extremadamente cuidadosos sobre lo que enseñan. Si llegan a presentar resultados científicos que no concuerdan con la ideología de los activistas de algunos movimientos, les hacen la vida muy difícil e incluso corren el riesgo de ser excomulgados. Unirse al consenso, con mucho, es lo más seguro. Las juntas de directores [de las universidades] no protegen a sus profesores; muy por el contrario, respaldan firmemente a los activistas. 

La Universidad de Ámsterdam considera que cada estudiante debe convertirse en un ‘woke’. Ya no se trata de desarrollar talentos, sino de hacer que los estudiantes blancos, heterosexuales y serios se sientan culpables. Al fin y al cabo, sus antepasados tienen las manos manchadas de sangre y ellos son la nueva generación de opresores. La Universidad de Radboud, en Nimega, se ha plegado al activismo climático y acaba de decidir que todos los estudiantes deben recibir clases sobre el cuento de la sostenibilidad. La crisis climática es el centro de todo esto, sea científicamente correcto o no, eso no importa en Nimega.

Mi propia universidad, TU Delft, adoptó recientemente el apodo de moda de ‘universidad del clima’. Esta universidad también adoctrina a sus estudiantes al decirles que existe una crisis climática antropogénica que tiene que resolverse con paneles solares, molinos de viento y plantas de biomasa. No se tolera la crítica. Pero yo les digo a la Junta de Directores, ¿tienen duda de que la universidad debe ser un santuario para el intercambio imparcial de conocimiento? ¿Qué tan libre puede ser el debate en la TU Delft si se amarra a todo mundo con una camisa de fuerza ideológica? ¿Aún quieres enviar a tu hijo a una universidad como esa? 

Pero lo peor todavía está por venir. ¡La TU Delft acaba de anunciar que va a premiar a Frans Timmermans [vicepresidente de la Comisión de la Unión Europea, responsable del Trato Verde europeo] con el doctorado honorario (doctoratus honoris causa) en enero [2022], en vista de los extraordinarios logros que ha hecho con su política de transición energética! ¡Pero yo le digo a la Junta de Directores, que Frans Timmermans ha hecho un daño incalculable con su política energética! El es el mayor campeón de las centrales de biomasa, que por muchos años han venido destruyendo ecosistemas únicos mediante la tala masiva. 

[Timmermans] también cree que la sustentabilidad se puede alcanzar con molinos de viento. ¡Una universidad tecnológica como la Universidad Delft de Tecnología sabe perfectamente bien que esa política es científica y técnicamente absurda! Las cifras concretas muestran que los parques eólicos tienen grandes pérdidas; los costos de operación están muy subestimados. En parte, a consecuencia de la política de Timmermans, los precios de la electricidad se dispararon. Y luego de esto ¿van a premiar a esta persona con un doctorado honorario? Es un insulto para todos los alumnos de Delft. 

Las universidades han tomado una dirección indigna de la ciencia. El interés de la ciencia y la política se han entrelazado fuertemente. Como resultado, el pensamiento crítico y la búsqueda de la verdad no han sido el punto de partida durante años. La Junta de Directores debe tener en cuenta que se supone que las universidades son caldo de cultivo de nuevas ideas. Esto requiere que tengamos un entorno de investigación y enseñanza inspirador, en el que se acojan nuevos conceptos y los estudiantes puedan desarrollar su talento. El filtrado de las malas ideas debe hacerse mediante la exposición, la argumentación y la observación, no amordazando a las mentes creativas.