Helga Zepp-LaRouche a la CIP: "Necesitamos una movilización extraordinaria de la gente de buena voluntad"
23 de marzo de 2024 (EIRNS) — A continuación reproducimos una versión ligeramente editada de las palabras de apertura de Helga Zepp-LaRouche en la 42ª reunión semanal de la Coalición Internacional por la Paz (CIP), del pasado viernes 22 de marzo:
Creo que toda la gente pensante es consciente del hecho de que el peligro de guerra está aumentando a una velocidad increíble. Es casi imposible pensar por dónde comenzar con las crisis por la que atraviesa la humanidad y en la que nos encontramos. No sólo tenemos una amenaza cada vez mayor de una guerra entre la OTAN y Rusia a la vuelta de la esquina; un grave deterioro de la situación con China; sino también esta inaudita crisis humanitaria que está matando a cientos de miles de personas. Me refiero por supuesto, a Gaza, Haití y Sudán. Decir que la humanidad se encuentra en una crisis sin precedentes es una forma muy suave de describirla. Por eso hemos formulado una declaración que queremos presentar hoy, porque queremos, si están de acuerdo, utilizarla como instrumento de movilización y para contactar al mayor número posible de personas, organizaciones, instituciones y funcionarios electos. Porque considero que si no cambiamos el curso actual de los acontecimientos, creo que nos encaminamos directamente a un desastre, a un camino sin retorno.
Me resulta difícil decir cuál crisis es peor, porque todas tienen el potencial de salirse por completo de control. La situación en torno a Ucrania se encamina claramente hacia un punto de algún tipo de cambio, como ya dijo el general Kujat en agosto del 2023, que cuando esté claro que los ucranianos no pueden ganar, y eso está cada vez más claro, la OTAN estará ante la decisión de optar por las negociaciones diplomáticas o por una escalada bélica.
En estos momentos, es como si la locura absoluta, la demencia se hubiese apoderado de las mentes de muchos mandatarios de Occidente, que quieren optar por la confrontación militar. Esto se refleja en el hecho de que, a pesar de que el canciller Scholz sigue resistiendo (afortunadamente) al no aceptar el envío de los misiles de crucero Taurus a Ucrania, eso no impide que la oposición e incluso partes de su propia coalición de gobierno sigan insistiendo en que se envíen los Taurus. Eso no cambiaría la situación en el terreno, como no lo ha hecho ni lo hará ninguna otra arma, porque si toda la población ucraniana está debilitada hasta el punto de no poder seguir luchando, ningún arma del mundo marcará la diferencia. Pero eso no impide que esta gente quiera una escalada.
También está la declaración incomprensiblemente desquiciada de Macron, de enviar tropas francesas sobre el terreno a Ucrania; y sobre esto el vicepresidente de la Duma, Pyotr Tolstoi, básicamente hizo un comentario contundente y muy duro diciendo que si estos soldados franceses vienen a Ucrania, sufrirán el mismo destino que el ejército de Napoleón. Si recuerdan, un ejército de varios cientos de miles quedó reducido a unas pocas docenas de infelices soldados al término de la campaña de Napoleón. Y no mucho mejor fue el destino de las Reichswehr (fuerzas armadas de la Alemania de Hitler) que intentaron adentrarse en territorio ruso. Así pues, está muy claro que los rusos están evocando ahora mismo la imagen de esas dos grandes campañas que terminaron con una aplastante derrota de esos ejércitos de invasores.
La OTAN parece empeñada en llevar a cabo una escalada. Ahora mismo hay una enorme delegación de la OTAN en Kiev, reunida con el gobierno. Pero al mismo tiempo hay un foro sobre seguridad en Kiev en el que participan un montón de otros ex funcionarios de alto nivel: Van Rompuy, Barroso, Lady Ashton y varios otros funcionarios de la Unión Europea. El almirante Rob Bauer, jefe del Comité Militar de la OTAN, dijo que la OTAN y Ucrania nunca han estado tan unidas, estamos casi integradas. Así pues, es evidente que se está llegando a un umbral, y nadie está hablando de hacer uso de la diplomacia.
Estuvimos muy cerca de una solución diplomática en marzo del 2022, y la guerra podría haber terminado allí mismo, pero entonces Boris Johnson, a quien se debería culpar y de quien habría que hablar más como el belicista que es; y en cambio, nadie menciona eso. Él aplastó esta oportunidad, y ahora estamos avanzando milímetro a milímetro hacia la Tercera Guerra Mundial. El mismo Pyotr Tolstoi dijo que los franceses están provocando la Tercera Guerra Mundial al hacer eso. Creo que estamos realmente ante el umbral de una terrible catástrofe para la humanidad.
¡Es algo incomprensible! Los alemanes, al final de la Segunda Guerra Mundial, dijeron "¡Nunca más!", y que la guerra nunca más debía salir de suelo alemán. Parece que el secuestro de varias instituciones en Alemania por los atlanticistas es tan completo que toda la historia parece haberse olvidado. ¡Esto es inconcebible! Los alemanes, que no eran los únicos culpables, pero que tuvieron gran parte de la culpa de lo que ocurrió en la Segunda Guerra Mundial y de las atrocidades que la rodearon, y parece que han olvidado todo eso. A la luz de la culpa alemana —y sí tenían esta culpa— fue algo increíblemente generoso que los soviéticos o los rusos, al final de la Unión Soviética, aceptaran una reunificación pacífica de Alemania. Parece que eso también lo han olvidado.
Hay algunos revanchistas hoy que dicen que fue la Ostpolitik (Política del Este) de Willy Brandt y Egon Bahr la que habría provocado la invasión de Putin en Ucrania. Es tan increíble lo que tolera la gente. Y si criticas eso, inmediatamente te expones a ser condenado al ostracismo, a ser atacado por todo tipo de cosas. ¡Es increíble!
Por consiguiente, es preciso un cambio. La única fuerza que parece moverse en la dirección de una solución diplomática es China. Pero está encontrando muy poca respuesta por parte de las fuerzas de Occidente.
Igual de inquietante es la situación en Gaza, donde según todos los informes de la ONU, mueren 500 personas al día por falta de alimentos, y a causa de las enfermedades. Netanyahu está diciendo que la invasión de Rafah ocurrirá, supuestamente, tarde o temprano, que en este momento lo que hay es una diplomacia táctica, pero no se está haciendo ninguna intervención efectiva.
Por lo tanto, me parece que necesitamos una movilización extraordinaria de la gente de buena voluntad. No es la gente la que quiere la guerra. Si vas a todos los países y preguntas a la gente: "¿Estás a favor de una guerra mundial que podría aniquilar a esta civilización?", una abrumadora mayoría diría naturalmente: "De ninguna manera". Pero son los medios noticiosos y lo que Ray McGovern siempre llama la estructura del MICIMATT [Complejo militar industrial, del Congreso, la inteligencia, los medios, la Academia y los centros de peritos] que se encarga de asegurar que sólo los belicistas sean escuchados en la televisión y en la radio. Tenemos que encontrar la manera de contrarrestarlo y presentar las soluciones, porque estas soluciones existen.
Pronto tendremos nuestra conferencia sobre el Plan Oasis para el Sudoeste de Asia, que está obteniendo una gran y muy positiva acogida, en especial por parte de las fuerzas de la región. Y es imprescindible que tengamos un Nuevo Paradigma, porque si hay alguna lección que aprender de la Paz de Westfalia, es que si continúas una guerra más allá de cierto punto, no quedará nadie vivo para disfrutar de la victoria. Por este motivo, para la consecución de la Paz de Westfalia, los pueblos se reunieron y acordaron los principios que constituyen la base del Derecho internacional. Nos encontramos, ahora mismo, en un punto en el que nadie va a obtener una victoria en esta crisis. Por lo tanto, necesitamos un enfoque como el de la Paz de Westfalia, la nueva arquitectura internacional de seguridad y desarrollo que incluiría los intereses de todos los países del planeta, tanto los intereses de seguridad como los de desarrollo.
Si no podemos llegar a ese enfoque, me temo que no viviremos por mucho tiempo más. Así pues, creo que debemos adoptar esta resolución y utilizarla para realizar una movilización total para despertar a la población y que garanticemos el cambio de esta política.
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