3 de octubre de 2024 (EIRNS) — La revista británica The Economist publicó el 1º de octubre un artículo en el que se plantea que el ataque con misiles iraní a Israel de ese mismo día, aunado a la invasión terrestre de Israel a Líbano significa que “la guerra regional en toda regla que muchos han temido desde los ataques del 7 de octubre de 2023 parece ahora más cerca que nunca. Una posibilidad es que Israel responda ahora con ataques aéreos contra Irán, posiblemente dirigidos contra las instalaciones utilizadas para su programa nuclear, una misión de alto riesgo que Israel ha estado planeando durante dos décadas”. 

El semanario de la City de Londres destaca: “Muchos dentro de la casta dominante en lo político y la seguridad de Israel creen que ha llegado el momento de transformar el panorama estratégico en la región, dada la debilidad de los sustitutos de Irán. Incluso es posible que el asesinato de Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, junto con un general iraní de alto rango, en Beirut el 27 de septiembre, estuviera diseñado para provocar a Irán, atrayéndolo a una trampa estratégica. En cualquier caso, el ataque iraní en marcha, argumentan, da a Israel la justificación para hacer frente a la amenaza nuclear de Irán”. 

También es el momento oportuno para involucrar a Estados Unidos en una guerra directa, alega The Economist, sin molestarse en considerar las consecuencias del hecho de que Israel sea en sí mismo una potencia nuclear, ni el hecho de que Irán y Rusia tengan una alianza estratégica que puede tener implicaciones militares. “Los halcones israelíes también creen que el Sr. Biden, cerca del final de su mandato, dará su respaldo y quizá incluso se una a una campaña que podría degradar gravemente el programa nuclear iraní y dañar el prestigio de los teócratas y militares duros que dirigen el impopular régimen de la República Islámica”. 

Un día antes, The Economist ya había empezado a tejer su escenario. En un artículo del 30 de septiembre titulado “After the Decapitation of Hezbollah, Iran Could Race for a Nuclear Bomb” (Tras la decapitación de Hezbolá, Irán podría apresurarse a una bomba nuclear), alegan que las derrotas de Hamás en Gaza y la muerte del líder de Hezbolá, Nasralá, “pueden estar impulsando a Irán a recurrir a su otra forma principal de disuasión: su programa de armas nucleares... Ahora dispone de un gran inventario de material [de uranio] casi de grado militar. Es plausible, aunque todavía no probable, que [el Líder Supremo de Irán] el Sr. Jamenei decida que la única forma de proteger su régimen, que es despreciado por sus propios ciudadanos y vulnerable a los ataques israelíes, sería buscar armas nucleares. 

“Estados Unidos e Israel llevan mucho tiempo prometiendo que no se permitirá a Irán construir una bomba. Israel, en particular, parece disponer de información detallada sobre el avance del programa nuclear iraní. Si detectara señales de que Irán está cruzando un umbral, bien podría atacar los emplazamientos nucleares iraníes”.