Un nuevo mundo está tomando forma, si somos lo suficientemente sabios como para no hacerlo estallar
6 de octubre de 2024 (EIRNS) — El viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, señaló acertadamente el viernes 4 de octubre que “estamos navegando por un territorio político-militar desconocido”. Aunque sus comentarios se referían a la creciente hostilidad entre la OTAN y Rusia, junto con el colapso total de las relaciones diplomáticas, el comentario también podría aplicarse al mundo en su conjunto.
Israel está sopesando actualmente qué respuesta dará al ataque con misiles de Irán del 1º de octubre, incluida la decisión de atacar potencialmente las instalaciones nucleares iraníes. Sin embargo, como informó el diario británico Financial Times, tal operación “requeriría un amplio apoyo de Estados Unidos, si no la participación directa”. Por lo tanto, los principales halcones de la guerra en todo el transatlántico están saliendo ahora de sus agujeros para pregonar su aprobación, exigiendo que el Presidente Biden se una a una guerra total contra Irán. Donald Trump añadió tontamente su nombre a esta lista, también, durante un mitin de campaña el viernes 4 de octubre, diciendo: “Golpea primero lo nuclear y preocúpate del resto después”.
Así pues, Occidente se precipita hacia dos guerras globales simultáneamente, y si se permite que se desarrolle tal locura, es poco probable que tenga tiempo siquiera de despedirse con un beso en el trasero. La cordura debe prevalecer, y rápido.
Sin embargo, la historia no estaría completa si se dejara ahí. Aunque normalmente se espera que la rabia y la injusticia engendren más de lo mismo, o una tolerancia cobarde de la misma, en realidad, una respuesta fundamentalmente diferente está sucedienro en el mundo de hoy. A medida que Israel ha ido intensificando sus acciones genocidas en Gaza, Líbano y otros lugares, con la plena complicidad de Estados Unidos, las naciones del mundo árabe parecen haber tomado la decisión final de levantarse y unificarse. Durante la cumbre del Diálogo de Cooperación Asiática celebrada en Doha, Qatar, la semana pasada, el Presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita, el príncipe Faisal bin Farhan Al Saud, donde se comprometieron a “cerrar definitivamente el capítulo de nuestras diferencias” para poder “dirigir al mundo con una sola voz” ante los peligros actuales. Además, los países del Golfo Pérsico prometieron a Irán que se mantendrían “neutrales” en caso de conflicto con Israel o Estados Unidos.
En la misma reunión, el Presidente de Irán se entrevistó con el emir de Qatar, jeque Tamim bin Hamad Al-Thani, donde el emir accedió a liberar $6.000 millones de dólares en activos iraníes que Estados Unidos había exigido que se retuvieran. Aunque estas naciones se habían envalentonado más en los últimos meses y años, parece que por fin se ha roto el dique. En la declaración más clara de todas las que indican que se ha producido un cambio importante en el mundo árabe y musulmán, el ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita, Faisal bin Farhan, escribió en el Financial Times en vísperas de la cumbre de Doha: “Arabia Saudita trabajará incansablemente para establecer un Estado palestino independiente con Jerusalén Este como capital y no establecerá relaciones diplomáticas con Israel sin esta condición”.
Consideremos este cambio notable a la luz del alejamiento general del sistema unipolar del transatlántico en decadencia. Entre los acontecimientos recientes cabe destacar los siguientes: El BRICS sigue recibiendo una fuerte respuesta del mundo y, en particular, del Sur Global, y abordarán importantes cuestiones sobre un nuevo sistema financiero y de pagos en su cumbre de dentro de poco más de dos semanas; el puerto peruano de Chancay está a punto de concluirse, abriendo un ámbito totalmente nuevo de comercio y actividad económica para Sudamérica, con la participación directa de China; el abrumador consenso en la comunidad mundial de que las hostilidades y los envíos de armas a Ucrania e Israel deben cesar, y las negociaciones de paz deben comenzar de inmediato.
De hecho, el mundo ya ha decidido ir en otra dirección, lo que falta es el reconocimiento en Occidente. Como indica el cambio en el mundo árabe e islámico, las cadenas de control se están rompiendo, y el colapso de la credibilidad de los “valores occidentales liberales” es como un tren que ya ha salido de la estación para no volver jamás. ¿Es extraño que algunos locos desesperados quieran declarar la guerra a este nuevo mundo emergente, con la vana esperanza de que preserve el viejo?
Para los estadounidenses, la esperanza de un futuro próspero bajo el paraguas de un complejo militar-industrial-financiero, cuyos valores bursátiles se disparan con los interminables beneficios de guerras interminables, acaba de ser arrastrada por un río de Carolina del Norte. Ninguna medida de “seguridad” lograda mediante la vigilancia del mundo cambiará la realidad del abandono y el colapso experimentados en casa, por no mencionar el rastro de destrucción dejado a su paso en el extranjero. Sin embargo, plantea la cuestión de la “aptitud moral para sobrevivir”, y al menos indica la dirección hacia la que Occidente debe dirigirse ahora.
Un nuevo mundo está tomando forma, y es de hecho la vía a través de la cual puede evitarse una guerra termonuclear global. La humanidad es una especie hermosa, y tiene más cosas en común que diferencias. Este será el tema de un gran mitin y concierto por la paz en Nueva York el 26 de octubre, organizado por los candidatos independientes de LaRouche Diane Sare y José Vega. No te pierdas esta oportunidad de cambiar el mundo.
Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com