7 de octubre de 2024 (EIRNS) — En el informe diario de EIR Daily News publicamos esta nota con un enlace al artículo que escribio Lyndon H. LaRouche Jr. el 2 de marzo de 2004, titulado “'¡Enciérrenlo o mátenlo!’ La noche que vinieron a matarme”, que sitúa los dos intentos de asesinar a LaRouche (el primero en 1973, y el segundo el 6 de octubre de 1986, tal día como hoy hace 38 años) en el centro del esfuerzo histórico de la inteligencia británica por destruir cualquier posibilidad de que Estados Unidos volviera a su papel histórico de verdadera república, basada en la tecnología y el desarrollo de todas las naciones para acabar con el colonialismo, de una vez por todas. Por favor, lean y difundan ampliamente su artículo. 

Los asesinatos están hoy muy presentes en el aire y en la mente de la gente: Donald Trump regresó a la escena del intento de asesinato contra él en Butler, Pensilvania, el 5 de octubre, en la estela del intento número dos en Florida; Julian Assange reveló en su conferencia de prensa que además de estar confinado ilegalmente en Inglaterra por el delito de ser periodista, que el entonces director de la CIA Mike Pompeo planeó asesinar a Assange mientras se encontraba asilado en la embajada de Ecuador en Londres, claramente en liga con la inteligencia británica; los ostensibles líderes de Estados Unidos y del Reino Unido están elogiando con orgullo y en voz alta los numerosos asesinatos sangrientos de Bibi Netanyahu contra dirigentes políticos palestinos en Irán y en Líbano, mientras que los animadores de los medios noticiosos están llevando a la población a acostumbrarse a los asesinatos, junto con el genocidio israelí contra los palestinos. 

El Instituto Schiller y Executive Intelligence Review han argumentado, en repetidas ocasiones, que la fuerza principal detrás de la campaña para la guerra global, incluso la guerra nuclear, es el colapso del sistema financiero occidental. A medida que se desmoronan las economías físicas de Alemania, el Reino Unido, Estados Unidos y la mayor parte de Europa, son apuntaladas sólo a través de un truco de magia: la impresión sin precedentes de nueva deuda, tanto para las guerras depredadoras como para el rescate de los principales bancos de Wall Street y la City de Londres. Leyendo el artículo de LaRouche de 2004, es sorprendente ver que identificó la causa de los atentados contra su vida, como una reacción a su pronóstico económico, de que la destrucción del sistema monetario de Bretton Woods, de tipos de cambio fijo, basado en resrvas de oro, que decretó el Presidente Richard Nixon en 1971, aseguraría que no sólo se produciría una depresión, sino una crisis de colapso físico-económico, que resultaría en un holocausto ecológico, si no se revertía esa desastrosa decisión. El intento de eliminar a LaRouche de la política y de la diplomacia internacional pretendía acallar esa voz y esa advertencia. Ahora estamos viendo las consecuencias de que no se hiciera caso a las advertencias de LaRouche, tanto en el colapso económico como en el peligro inminente de una guerra nuclear. 

No es demasiado tarde para cambiar el curso de este suicidio histórico. Las propuestas presentadas por LaRouche están influyendo ahora en el surgimiento de un nuevo paradigma mundial por parte de la mayoría de las naciones del mundo, con el liderazgo de las naciones del BRICS, ahora en expansión. La exoneración de Lyndon LaRouche, incluso en esta fecha tardía, traería esta cuestión a primer plano en las naciones de Occidente, proporcionando la base para una nueva cooperación de todas las naciones y la creación de un nuevo Renacimiento para la Hhumanidad.