Guerra del Congreso contra la libertad de expresión en las universidades estadounidenses
10 de octubre de 2024 (EIRNS) — Líderes del Congreso como el presidente de la Cámara de Representantes Mike Johnson (republicano de Luisiana), el líder de la mayoría Steve Scalise (republicano de Luisiana) y Pat Fallon (republicano de Texas) prometieron que bajo una nueva Casa Blanca de Trump, las universidades serían castigadas con la pérdida de fondos federales y la revocación de la acreditación oficial si permiten protestas estudiantiles en el campus. El 1º de octubre, el representante Scalise dijo que el mensaje a las universidades es: “Su acreditación está en juego. No jueguen más, o de lo contrario dejaran de ser universidad”, según el diario londinense The Guardian. Scalise dijo que estaba decidido a enfrentarse a cualquier protesta cpmtra Israel, a las que calificó de “repugnantes” e “inaceptables en Estados Unidos”. Scalise dijo: “Vamos a presentar legislación al pleno para seguir enfrentándonos a ello, para plantarle cara, para mostrar que apoyamos a Israel”.
Los congresistas hablaban en una reunión del Comité Americano-Israelí de Asuntos Públicos (AIPAC), donde el tema era ostensiblemente la propagación del antisemitismo en Estados Unidos. Sin embargo, toda la discusión se centró en la eliminación de cualquier crítica a las operaciones militares de Israel contra Gaza. El acto, de una hora de duración, no distinguió entre el odio racista a los judíos y la oposición política al esfuerzo militar de Israel, ni siquiera la simpatía por el sufrimiento de los palestinos. Muchos representantes del Congreso mantienen estrechas relaciones de trabajo con el AIPAC y muchos, incluido Scalise, han aceptado viajes gratuitos a Israel pagados por un grupo fundado por el AIPAC, el American Israel Education Fund.
Scalise reservó sus críticas más duras para Harvard, la Universidad de Pensilvania y la Universidad de Columbia, donde las presiones ya han forzado la salida de las autoridades de las universidades. Scalise criticó a los dirigentes de esas universidades diciendo: “Empiezas a ponerte del lado de una organización terrorista y crees que eso es la corriente dominante, porque todos tus amigos están en esta pequeña burbuja, y no sé con quién estás hablando; seguro que ya no hablas con gente normal”. Scalise se burló entonces de los activistas pacifistas judíos diciendo: “Soy un estudiante judío, y estoy del lado de los terroristas que quieren matarme”.
El congresista Fallon elogió el sistema en el que unos pocos megadonantes pueden decidir quién representará a algunos de los distritos más pobres de Estados Unidos. Fallon dijo al AIPAC: “Quiero darles las gracias de todo corazón por despedir a Jamaal Bowman (demócrata de Nueva York), y aún más a la señorita Cori Bush (demócrata de Missouri). Gran trabajo”.
El candidato a la vicepresidencia, J.D. Vance, presentó en mayo la Ley de Campamentos o Dotaciones, que daría a las universidades un ultimátum para retirar cualquier campamento de protesta de las instalaciones universitarias en un plazo de siete días o perderían todo el financiamiento federal.
The Guardian también informó sobre Mark Criley, de la Asociación Estadounidense de Profesores Universitarios (AAUP), que advertía que: “Si la acreditación se convierte en una herramienta política, la preocupación es que se utilice ideológicamente para castigar determinadas opiniones en el campus, amenazando la libre investigación que es la base de las universidades”. David Cole, director jurídico nacional de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) calificó las amenazas contra las universidades de “vendetta”: “Se trata de discriminación de puntos de vista en su esencia. Es un ataque a la libertad académica en su forma más básica, y plantearía graves problemas constitucionales”.
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