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La victoria se traga a la muerte

11 de octubre de 2024 (EIRNS) — “Die alten, bösen Lieder, Die Träume bös' und arg, Die lasst uns jetzt begraben, Holt einen grossen Sarg”. (Las viejas y malvadas canciones, los rencorosos y mezquinos sueños, enterrémoslos ahora; traed un gran ataúd): me vienen a la mente estas palabras de Heinrich Heine, y la adaptación musical que hizo Robert Schumann, al ver el baile demasiado familiar entre Macron y Zelensku, Zelenski y Washington, Zelenski y varias naciones del sur y el este de Europa, etc., fingiendo que no saben que la guerra de Ucrania está prácticamente perdida. Dicen que apoyan plenamente la “victoria de Ucrania” en su guerra imposible de ganar contra Rusia, con plena conciencia de que mienten y de que pronto serán descubiertos, pero siguen adelante. 

Sobre ellos, y sus predecesores en la historia, el profeta del Antiguo Testamento Oseas lo dijo bien: “Porque sembraron vientos y cosecharán tempestades”. En cuanto a los descendientes de dictadores, y los que tienen una mentalidad despótica, como Platón retrató al griego Trasímaco en su diálogo La República, los “hombres duros” de las guerras y los conflictos perpetuos, nunca se lo piensan dos veces, y nunca piden perdón. Es inútil preguntarles cuáles son sus objetivos. El objetivo de Netanyahu, por ejemplo, es hacer exactamente lo que está haciendo. No hay necesidad de preguntar: “¿Qué intenta conseguir Israel?”. Quien siembra vientos, recoge tempestades. 

Los Nerones que creen que “tiranía significa no tener nunca que pedir perdón”, son, tarde o temprano, quebrantados en última instancia por la ley natural, que aparece de repente de algún modo, por ejemplo, expresada en forma de huracán inesperado e incontrolable, de forma o función variable. Puede ser el huracán de la impagable deuda transatlántica de más de 2 mil billones de dólares. Puede ser el huracán de una nueva pandemia. Puede ser un huracán real, o dos, o más. 

Se dice que Biden, por ejemplo, de repente no pudo ir a la base militar alemana de Ramstein el 12 de octubre, donde muchos pensaban que anunciaría que ahora estaía bien que Ucrania utilizara misiles estadounidenses guiados para atacar Rusia a profundidad, a pesar de las claras advertencias de Vladimir Putin desde el 25 de septiembre sobre lo que podría significar esa decisión, incluido el fin de la civilización. El gobierno de Biden dijo que no iba a ir a Alemania a causa del huracán Milton. En cierto sentido, puede que sea cierto. La combinación del huracán Helene y Milton ha revelado al pueblo de Estados Unidos, y al mundo, que Estados Unidos ha desplegado actualmente a su Guardia Nacional al servicio impropio de guerras imposibles de ganar en el extranjero, “por la seguridad nacional de Estados Unidos”, sólo para que los pobres estadounidenses en casa se ahoguen y mueran por centenares y quizas miles. 

¿Qué implica esto sobre la capacidad de supervivencia de cualquier sector de la población estadounidense en caso de un ataque nuclear? ¿Qué implica eso sobre el estado físico y físico-económico real de Estados Unidos mismo? ¿Y qué implica eso sobre la cordura de la política exterior “unipolar” de la casta anglo-estadounidense dominante, en especial con respecto a la Mayoría Global emergente, que pronto se reunirá en Kazán para la cumbre del BRICS? 

Sea lo que sea que piensen quienes presumen de ser los principales actores mundiales que está a punto de ocurrir en Ucrania, en el sudoeste de Asia o en el Pacífico, hay otro poder superior que está actuando, y no es el calentamiento global. Vivimos en una época en la que el poder de las ideas verdaderas, de las “concepciones profundas y apasionadas con respecto al hombre y a la naturaleza”, cuando se esgrimen contra una fuerza material “profana” aparentemente abrumadora, pueden triunfar, si crees en el poder de la Razón, accedes a él y te niegas a traicionarlo. 

La entrevista de EIR del 6 de octubre con el ex Primer ministro de Malasi, Mahathir bin Mohamad, que ocupó ese cargo durante un total de 24 años, de 1981 a 2003 y de 2018 a 2020, recordará a los que una vez lo supieron, e informará a los que aún tienen que descubrirlo, que no sólo es posible enfrentarse a financieros depredadores como George Soros, en defensa del propio país, sino que también es posible derrotarlos. Esto es crucial para entender por qué una Nueva Arquitectura Internacional de Seguridad y Desarrollo, contenida en los Diez Principios de Helga Zepp-LaRouche, basada en una concepción de la humanidad de orden superior no limitada por la geopolítica, no es meramente “plausible”; más bien, es la única política que posiblemente funcionará en la actual “correlación de fuerzas en el mundo”. 

El 19 de septiembre de 1997, el diario Asian Wall Street Journal publicó un artículo titulado “El informe de LaRouche ayuda a alimentar los ataques de Malasia contra Soros”, que comenzaba así: “Cuando el Primer ministro Mahathir Mohamad acusó recientemente al financiero George Soros de dirigir ataques especulativos contra las monedas del sudeste asiático, la prensa progubernamental de Malasia no tardó en publicar artículos vilipendiando al multimillonario estadounidense. Al parecer, parte de su veneno procedía de una fuente poco habitual: una publicación dirigida por Lyndon LaRouche Jr.”. Luego el Wall Street Journal Europe publicó en primera página el artículo “Mahathir de Malasia encuentra una extraña fuente para la campaña de Soros: los medios de comunicación del país asiático recurren al teórico de la conspiración estadounidense Lyndon LaRouche Jr.”. 

Cuando el Primer Ministro Mahathir llegó para hablar en la mañana del 20 de septiembre de 1997, en la reunión anual del Banco Mundial en Hong Kong, se colocó un ejemplar del Wall Street Journal Asia en cada asiento de los 3.000 asistentes. Mahathir procedió como se había propuesto. No sólo defendió las medidas de control monetario y regulación bancaria que Malasia había puesto en marcha para protegerse de la especulación de Soros. También habló de lo que llamó “prosperidad para el vecino”, a lo que también se refirió como “estrategias en las que todos ganan”. “En caso de que se estén preguntando qué significa prosperar con el vecino, me gustaría explicarles de nuevo que simplemente significa que si ayudas a tu vecino a prosperar, tú prosperarás con él. Cuando los países son prósperos, se vuelven más estables, y la gente no tiene por qué emigrar a tu país”. Una entrevista recién terminada el 6 de octubre de 2024 con el ex Primer ministro Mahathir, de 99 años, el “testigo de un siglo”, está disponible ya en la página web del Instituto Schiller.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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