18 de octubre de 2024 (EIRNS) — Durante la última semana, el economista brasileño Paulo Nogueira Batista, Jr. ha estado publicando breves declaraciones en vídeo de un minuto para subrayar el hecho de que el sistema del FMI es “irreformable”; que se necesita una “arquitectura financiera internacional completamente nueva” y que debería estar en la agenda de la cumbre del BRICS del 22 al 24 de octubre en Kazán; y que un “subgrupo” del BRICS puede ser la forma más eficaz de proceder. 

Su argumentación más de fondo sobre estos puntos figura en una ponencia que presentó en un seminario sobre el BRICS del 23 de septiembre en Moscú, organizado por el Partido Comunista de China junto con instituciones rusas. Nogueira fue vicepresidente del Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS desde su fundación en 2015 hasta 2017, y ha sido uno de los defensores más perspicaces de la necesidad de que el BRICS forje una nueva arquitectura financiera internacional, así como una nueva moneda de reserva con la que emitir créditos dirigidos a fomentar el desarrollo físico-económico. 

Nogueira comenzó su discurso señalando que, “desde un punto de vista geopolítico, el BRICS es un grupo diverso. Brasil e India, por ejemplo, mantienen en general buenas relaciones con Estados Unidos, Europa y Japón. India, en particular, tiene sus propias razones nacionales para mantener cierta proximidad con Estados Unidos”. Por otro lado, “China, Irán y especialmente Rusia tienen relaciones muy difíciles con Occidente, por decirlo suavemente”. Explicó que “la tradición de tomar decisiones por consenso” ha complicado los avances necesarios. “El consenso, en especial si se entiende rígidamente como unanimidad, paraliza la toma de decisiones”. 

Además de abogar por ir despacio en la incorporación de nuevos miembros, Nogueira propuso que un subgrupo dentro del BRICS asuma el liderazgo en la forja de la nueva arquitectura financiera. “¿No podríamos avanzar sobre la base de una coalición de países capaces y dispuestos? La NMR [Nueva Moneda de Reserva] podría ser creada por un subconjunto del BRICS. Los demás se unirían más tarde. Esto es aconsejable, en mi opinión, pero choca con nuestra arraigada tradición de consenso. Sin embargo, si nos ceñimos a esta tradición, puede que no lleguemos a ninguna parte”. 

Luego Nogueira pasó a las cuestiones sustantivas de “los sistemas de pago alternativos, el uso de nuestras monedas nacionales en las transacciones exteriores y, especialmente, la posible creación por nuestra parte de una nueva moneda de reserva internacional. ¿Pueden los BRICS actuar juntos para proporcionar una alternativa viable al dólar estadounidense y a los acuerdos monetarios y financieros internacionales existentes?”. 

La necesidad de un nuevo sistema de este tipo es evidente: En primer lugar, “el dólar, el euro y el sistema de pagos occidental han sido dramáticamente mal utilizados como armas políticas y económicas. En segundo lugar, la fragilidad fiscal y financiera de la economía estadounidense plantea dudas legítimas sobre la viabilidad de seguir confiando en el dólar como moneda hegemónica de reserva internacional. Por tanto, debemos actuar”. (Otra razón es la quiebra del actual sistema financiero, con su exceso de más de 2 mil billones de dólares en derivados y otros activos financieros especulativos, que nunca podrán pagarse). 

Enseguida Nogueira detalló su propuesta, que es similar a la que hizo hace un año en la cumbre del BRICS en Johannesburgo del 22 al 24 de agosto de 2023: “El quid de la cuestión es que la existencia de una moneda de reserva alternativa es, en última instancia, indispensable para que la desdolarización funcione... Por la misma razón, el BRICS necesita una nueva moneda de reserva como alternativa al dólar estadounidense y a otras monedas de reserva tradicionales”. 

Sin embargo, señaló, “algunos de los países BRICS-Plus son reacios o incluso se oponen a la idea, India en particular. Se trata de un obstáculo importante, pero podemos sortearlo... La NMR podría tener las siguientes características. No sería una moneda única que sustituiría a las actuales monedas nacionales de los países participantes. Por tanto, no sería una moneda similar al euro emitida por un banco central común. La NMR sería una moneda paralela concebida para las transacciones internacionales. Las monedas nacionales y los bancos centrales seguirían existiendo en su formato actual, como monedas normales y autoridades monetarias normales.... 

“Un banco emisor, llamémoslo NAMR, la Nueva Autoridad Monetaria de Reserva, podría ser establecido conjuntamente por los miembros participantes. La NAMR se encargaría de crear las NMR y también bonos, llamémoslos NBR, nuevos bonos de reserva, en los que las NMR serían libremente convertibles. Los NBR estarían plenamente garantizados por los Haciendas Públicas Nacionales de los miembros. Este esquema es similar en algunos aspectos”, explicó Nogueira, a las propuestas del “gran pero en gran parte olvidado economista alemán Karl Helfferich”. 

En otras palabras, la NAMR propuesta adoptaría las características de una autoridad emisora de créditos al estilo hamiltoniano, canalizando los recursos hacia la inversión productiva en infraestructuras y proyectos relacionados. La referencia a Helfferich (1872-1924) es digna de mención en este sentido. 

Nogueira concluyó: “Por tanto, preparémonos y hagamos frente a la tarea de crear una nueva moneda de reserva, que podría cambiar las reglas del juego en los asuntos monetarios y financieros mundiales. Paralelamente, debemos continuar con la expansión de las transacciones en monedas nacionales y con el prometedor trabajo en curso sobre alternativas a los acuerdos de pago occidentales. Hay que tener en cuenta que el BRICS causará decepción en todo el Sur Global, si se quedan en el terreno de las consignas, los discursos y las proclamas y se muestran incapaces de iniciativas prácticas revolucionarias”.