28 de octubre de 2024 (EIRNS) — El ex Presidente de Bolivia Evo Morales denunció que a las 6:25 de la mañana de ayer, cuando se trasladaba en un vehículo por la región del Chapare, en Cochabamba, para participar en su programa radial semanal, fue víctima de un atentado que, según dijo, fue ordenado por el Presidente Luis Arce. “Lucho”, dijo refiriéndose a Arce, “se ha vuelto loco”. Morales alega que su coche fue atacado por individuos enmascarados fuertemente armados que procedían del cercano cuartel general de la Novena División de las Fuerzas Armadas en Villa Tunari y que posteriormente fueron trasladados en helicóptero a la base militar tras golpear su vehículo 14 veces, intentando matarle e hiriendo a su conductor. Morales dijo que pudo escapar trasladándose a otro vehículo que acompañaba al suyo. 

Los intentos por esclarecer los detalles del ataque siguen en curso, dificultados por la extrema volatilidad y polarización del país. Bolivia lleva 14 días en estado de convulsión, ya que los seguidores de Morales han bloqueado las principales carreteras e impedido el transporte de alimentos, combustible y medicinas a las principales ciudades como medida de protesta contra las políticas económicas de Arce. Esto es lo que Morales afirma que es su programa para “salvar Bolivia”, pero sus acciones están causando grandes dificultades económicas y dislocación en todo el país. 

El presunto intento de asesinato también ocurrió pocos días después de que el Presidente Arce asistiera a la cumbre de los BRICS del 22 al 24 de octubre en Kazán, Rusia, donde tuvo una excelente reunión con el Presidente Vladimir Putin, y Bolivia fue uno de los 13 nuevos Estados socios del BRICS, creando oportunidades para nuevas relaciones comerciales y económicas de cooperación con otros miembros, uniéndose al Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS, etc. Difícilmente beneficiaría a Arce estar implicado en un complot de asesinato contra Morales. Pero surge la pregunta, ¿cui bono? Si Morales fuera asesinado, el país estallaría en violencia, debido a la gran base de apoyo del ex Presidente entre el campesinado y los cocaleros, los mismos que ahora participan en los bloqueos. Esto podría tener graves consecuencias para la estabilidad regional, especialmente en Brasil y Perú. 

Ayer informó el diario El Deber, que el Presidente Arce anunció que, ante la denuncia de Morales de un “supuesto atentado contra su vida”, ha ordenado una “inmediata y detallada investigación de los hechos denunciados por el ex Presidente”. Publicó en X que el “ejercicio de cualquier acto violento en política debe ser condenado y aclarado.... No es buscando muertos ni mediante especulaciones tendenciosas como se resolverán los problemas”. La situación sigue siendo tensa. 

El 26 de octubre, la Agencia Boliviana de Información informó que el Ministerio de Relaciones Exteriores emitió una advertencia “a la comunidad internacional” que “están en curso en nuestro país una serie de acciones desestabilizadoras lideradas por el expresidente Evo Morales Ayma, que pretenden interrumpir el orden democrático, lo que se constituye en una seria amenaza no solo para Bolivia, sino también para la estabilidad y la seguridad en nuestra región”. Esa misma noche, Arce tomó juramento a un alto mando militar completamente nuevo, en medio de rumores de que el gobierno podría estar considerando declarar el estado de sitio. Los rumores se disparan.