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La UE no controla las elecciones georgianas y se prepara para desestabilizar el país

30 de octubre de 2024 (EIRNS) — A pesar del amplio margen de victoria del Sueño Georgiano en las elecciones del 26 de octubre, y de que los observadores de la OSCE en el lugar constataron que no hubo abusos sistemáticos en los comicios, la campaña para socavar y castigar a Georgia se puso en marcha. Los cuatro partidos de la oposición prooccidental, ninguno de los cuales había obtenido más del 11% de los votos, se han negado a reconocer los resultados y planean boicotear la legislatura elegida. La Presidente de Georgia, Salomé Zourabichvili (un cargo en gran medida impotente), ha consultado con varios funcionarios de la Unión Europea (UE), y el equipo planea impulsar protestas al estilo “Maidan”. Zourabichvili, ciudadana francesa que estudió en Nueva York con Zbigniew Brzezinski en la Universidad de Columbia y más tarde fue embajadora de Francia en Georgia, ha sido la principal esperanza de los atlanticistas. 

La Presidenta (no electa) de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció ayer: “El pueblo de Georgia ha estado luchando por la democracia. Tienen derecho a saber qué ha pasado este fin de semana. Derecho a que las irregularidades se investiguen con rapidez, transparencia e independencia. Ya que unas elecciones libres y justas son el núcleo de los valores europeos”. 

Trece ministros europeos de Asuntos Exterioress (de Irlanda, Chequia, Dinamarca, Alemania, Estonia, Finlandia, Francia, Lituania, Países Bajos, Luxemburgo, Polonia, Portugal y Suecia) emitieron anoche una declaración conjunta: “Las violaciones de la integridad electoral son incompatibles con las normas que se esperan de un candidato a la Unión Europea”. (Una cosa parecida al “Grupo de Lima” que se ha utilizado para desconocer las elecciones en Venezuela y desestabilizar de manera permanente al país). Expresaron su “profunda preocupación por la situación actual en Georgia”. Sin embargo, la violación clave real de la que se quejaron, es la ley de “Transparencia”, o ley de “Agentes Extranjeros”, que exige a las fuerzas que operan dentro de Georgia pero que cuentan con financiamiento externo, que rindan cuentas públicamente de sus patrocinadores. Georgia afirma que se trata de una protección de la democracia contra la corrupción por operaciones extranjeras ocultas y que apoya tanto los valores europeos como la candidatura de Tiflis a la UE. La mayoría atlanticista de la UE considera que esa transparencia estropea sus operaciones dentro de Georgia y es una violación a la “integridad electoral”. 

Por último, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, eligió palabras que recordaban la amenaza de asesinato del pasado mayo contra el Primer ministro de Georgia, Irakli Kobakhidze. En aquel momento, poco después de que un partidario de las armas a Ucrania le metiera cuatro balas al Primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, la UE amenazó a Kobakhidze con el “tratamiento Fico” si Tiflis no cambiaba de rumbo y retiraba la ley de Transparencia sobre “Agentes Extranjeros”. Ayer, Miller declaró: “Exhortamos a los gobernantes de Georgia a plantearse la relación que desean con la comunidad euroatlántica en lugar de reforzar políticas que son elogiadas por los autoritarios. No descartamos más consecuencias si el rumbo del gobierno georgiano no cambia”. Georgia debe empezar a “retirar y derogar la legislación antidemocrática”. La “legislación antidemocrática” es la ley sobre “agentes extranjeros”; no se especificaron las “consecuencias ulteriores”.

 

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