31 de octubre de 2024 (EIRNS) — Desde que regresó el 26 de octubre de la cumbre del BRICS, que se realizó del 22 al 24 de octubre en Kazán, Rusia, el Presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, se ha enfrentado a una creciente crisis interna que está afectando a la estabilidad económica y política del país. La razón ostensible de la crisis es el conflicto personal entre el ex Presidente Evo Morales, que gobernó de 2006 a 2019, y Arce, que asumió la Presidencia en 2020, un enfrentamiento que se ha puesto muy feo. 

Pero el verdadero problema no es la enemistad personal entre ellos, sino la desestabilización de Bolivia como nuevo miembro asociado del BRICS, cuya participación en el grupo debería reportar grandes beneficios en términos de nuevas relaciones comerciales y acuerdos económicos de cooperación con otros miembros, así como la pertenencia al Nuevo Banco de Desarrollo. Lo que está en marcha es una operación de demolición dirigida contra el BRICS, incluido a Brasil, vecino de Bolivia, cuyo Presidente Lula había defendido firmemente la entrada de Bolivia en el grupo. Si Bolivia estalla, también tendrá repercusiones regionales. 

Morales lleva ya 18 días de una destructiva campaña de bloqueo de carreteras en gran parte del país, que está causando grandes trastornos económicos y políticos, enormes pérdidas, escasez de alimentos, etc. Morales afirma que Arce ha incumplido el acuerdo original por el que Morales se presentaría a las elecciones presidenciales de 2025, ha destrozado la economía y estuvo detrás de un intento de asesinato contra él, el 27 de octubre. Las acusaciones de los partidarios de Morales han sido respondidas con contraacusaciones del gobierno y, combinadas con actos de violencia en algunos de los bloqueos de carreteras, la situación se ha vuelto muy peligrosa. 

Según La Razón de ayer, el Presidente Arce emitió un comunicado pidiendo que se levanten inmediatamente todos los bloqueos de carreteras para permitir el retorno a la actividad normal. Advirtió que en caso de que este “ruidoso pedido del pueblo boliviano no sea escuchado, nuestro gobierno democráticamente elegido con más del 55% de los votos ejercerá sus facultades constitucionales para proteger los intereses del pueblo boliviano”. Eso podría significar un estado de sitio o de emergencia, entre otras opciones.