La verdadera cuestión en las elecciones de la próxima semana
1º de noviembre de 2024 (EIRNS) — Aunque falta menos de una semana para las elecciones estadounidenses, los acontecimientos verdaderamente trascendentales que forjarán el futuro del mundo están teniendo lugar en un escenario totalmente distinto. En la medida en que los ciudadanos trabajen para sacar a la superficie estas cuestiones sustantivas dentro de sus naciones, en lugar de sucumbir a lo que parece posible dadas las opciones disponibles, se determinará el destino no sólo del Occidente colectivo, sino del mundo entero.
El miércoles 30 de octubre, la Asamblea General de la ONU demostró una vez más que Estados Unidos ya no tiene el mandato de ser el supuesto “líder del mundo libre”, al votar abrumadoramente a favor de poner fin a los 62 años de bloqueo de Estados Unidos a Cuba, por 187 votos a favor y 2 en contra. Quizá no sea tan casual que el único otro país que votó con Estados Unidos en contra del levantamiento del bloqueo fuera Israel. Aunque esta votación se realiza todos los años en la ONU, hoy se produce en el contexto de un mentado “orden basado en reglas” que nunca ha estado tan desacreditado.
Se produce sólo unos días después de que la Knesset (el parlamento) de Israel votara a favor de prohibir las operaciones del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA, por sus siglas en inglés) dentro del territorio israelí y palestino, un organismo para el que efectivamente no hay sustituto y cuya supresión significará un sufrimiento extremo aún mayor para el pueblo palestino. Si se aplica la decisión israelí, “sería un desastre total, es como tirar al niño con el agua”, declaró a la agencia AP Philippe Lazzarini, comisionado general de la UNRWA, en una entrevista el 30 de octubre. En un comentario aún más crudo, Lazzarini publicó en X su carta del 28 de octubre al presidente de la Asamblea General de la ONU, en la que afirmaba: “Hoy, cuando miramos los rostros de los niños de Gaza, algunos de los cuales sabemos que morirán mañana, el orden internacional basado en reglas se está desmoronando en una repetición de los horrores que llevaron a la creación de las Naciones Unidas, y en violación de los compromisos para evitar que se repitan”, en una evidente referencia al Holocausto de los judíos a manos de los nazis (énfasis nuestro).
Al mismo tiempo, los efectos de estas políticas ni siquiera están beneficiando a los pueblos y economías de Occidente. Alemania se acerca ahora a un precipicio total en su sector automotriz, en el que Volkswagen ha experimentado un desplome del 64% en su beneficio neto sólo en septiembre. En el Reino Unido el gobierno está subiendo los impuestos de forma generalizada para compensar los déficits presupuestarios en una de las mayores alzas de los últimos años. En los países de la OTAN, los presupuestos crujen bajo el peso del gasto cada vez mayor de sus complejos militares-industriales-financieros, mientras que sus economías físicas reales sufren las consecuencias de años de inversión insuficiente.
Además, el mundo se tambalea sobre la cúspide de guerras no vistas en generaciones, ante la perspectiva de que estalle una guerra global en dos frentes. Increíblemente, esa cifra se acerca ya a tres, pues la casta dirigente de Occidente insiste en meter maníacamente a Corea del Norte en la lista de países a los que hay que hacer frente, y Corea del Norte ha respondido ahora probando otro misil balístico con capacidad nuclear. ¿Vale la pena realmente arriesgar la supervivencia de la civilización para defender la integridad de este “orden basado en reglas”?
De hecho, es más que evidente que el único “aislado” es el Occidente colectivo, cuyo “orden” se está desmoronando. Como resultado, todos los que viven hoy en día se enfrentan a un desafío mucho mayor que cualquier otro que hayan experimentado antes. No se revertirá con unas elecciones, ni modificando el sistema existente. Lo que se necesita es un cambio de axiomas, un cambio de pensamiento. O, como ha insistido Helga Zepp-LaRouche, una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo.
Así que no te conformed con lo que le parecen las opciones que te han dado. Más bien, toma el ejemplo de las campañas independientes de José Vega y Diane Sare, que, junto con otros candidatos independientes, están encabezando un esfuerzo dentro de Estados Unidos para poner de relieve esta realidad.
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