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Enfrenta las atrocidades que ha provocado tu manera de pensar, y cámbialo para salvar a la humanidad

3 de noviembre de 2024 (EIRNS) — El viernes 1º de noviembre, el presidente de la Fundación Quirúrgica Mundial, Dr. Mark Perlmutter, compareció como testigo ante un público de Nueva York para ofrecer un devastador informe de primera mano, salpicado de crudas fotografías de lo que vivió, sobre los horrores de la situación en Gaza. Para algunos de los asistentes, los relatos de un exterminio deliberado de una población atrapada, personificado por el asesinato selectivo de sus niños, fue casi demasiado para soportarlo. Perlmutter estaba programado inicialmente para hablar en el auditorio del Hospital Monte Sinaí, pero fue expulsado por cobardes acusaciones de antisemitismo; en su elocuente presaentación, instó al público a actuar, a hacer lo que fuera necesario para forzar un cambio en la política estadounidense de apoyo a un genocidio flagrante.

¿Nos enfrentaremos a la desgarradora realidad de que haber convertido al Holocausto en un arma política, se está utilizando para justificar un nuevo Holocausto, que se despliega desnudo ante los ojos del mundo? ¿Observaremos y diremos luego que no lo sabíamos? ¿O actuaremos, como exigió Perlmutter? Debemos actuar. Como dijo claramente el Comisionado General de la la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés) Philippe Lazzarini: “Hoy cuando miramos las caras de los niños en Gaza, algunos de los cuales sabemos que morirán mañana, el orden internacional basado en reglas se desmorona, en una repetición de los horrores que llevaron a la creación de las Naciones Unidas, y en violación de los compromisos para evitar que se repitan”. La incapacidad de la comunidad mundial para responder a lo que ha estado ocurriendo ante nuestros ojos durante más de un año significa que este orden mundial está acabado, desde el punto de vista moral y de cualquier otro.

La creciente conflagración en el sudoeste de Asia se está volviendo quizás más explosiva y más peligrosa para la humanidad de lo que nunca ha sido, pero no puede prolongarse mucho más, ya que pronto consumirá a sus perpetradores. Así lo han constatado, con valentía, miles de israelíes que han firmado una carta abierta en la que piden a la comunidad internacional y a sus instituciones “que intervengan de inmediato y apliquen todas las sanciones posibles para lograr un cese al fuego inmediato entre Israel y sus vecinos, por el futuro de los dos pueblos de Israel y Palestina y de los pueblos de la región, y por sus derechos a la seguridad y a la vida... El Estado de Israel está en una senda suicida y siembra destrucción y devastación que aumentan día a día”. El caso es exactamente el mismo con la guerra sustituta de la OTAN en Ucrania, porque sus perpetradores, los engendros del orden geopolítico mundial, son los mismos.

¿Y qué decir de las inminentes elecciones presidenciales en Estados Unidos? Mucho parece depender de su resultado, al menos uno debe llegar a esa conclusión al ver hasta dónde ha llegado la casta dominante británica y sus socios de la casta dominante estadounidense para tratar de manipular, brutalmente o no, el resultado. Aunque muchos tienen predicciones sobre lo que ocurrirá o no cuando se cuenten (o no se cuenten, o se cuenten mal, según el caso) los votos en el mejor ejemplo de “democracia” del mundo, lo que se sabe es que el resultado no resolverá el problema fundamental al que todos nos enfrentamos: El destino de la humanidad pende de un hilo muy fino, cargado de energía termonuclear, y a menos que decidamos poner fin a la geopolítica porque es perversa, errónea, destructiva y suicida, no hay solución para el enfrentamiento que se está acelerando.

Debemos pensar de manera diferente; este es el privilegio de ser humanos. Sobrevivimos como especie adaptando nuestros conceptos, y en consecuencia nuestro comportamiento, para estar cada vez más en perfecta consonancia con principios universales verdaderos y conocibles. Se trata de un poder inaccesible al mundo meramente biótico, incluidas nuestras propias facultades biológicas. La mente humana puede ascender a un nivel superior al que se presenta una paradoja al principio, un conflicto imposible de resolver. El padre del Renacimiento e, implícitamente, de la república estadounidense, Nicolás de Cusa, refutó al bestial Aristóteles al demostrar que la mente humana puede elevarse hasta pensar en un “uno” superior que está por encima del nivel en el que existe el conflicto.

La mayoría de la gente de hoy, producto de una cultura caída y decadente, no está acostumbrada a ese tipo de pensamiento: se atrapan a sí mismos eligiendo un bando o permaneciendo “neutrales”, inmovilizados. Helga Zepp-LaRouche ha señalado que si partimos del punto de vista de la humanidad única como algo primordial, encontraremos el nivel de razón necesario para resolver cualquiera de los problemas a los que se enfrenta la civilización actual.

La tarea vital hoy para quienes tienen el valor y el amor suficiente, es convencer a los países del Occidente colectivo de que adopten un modo de cooperación con la Mayoría Global, las naciones del BRICS y el Sur Global, que ya está dando pasos para formar nuevas relaciones y nuevas instituciones para un sistema de desarrollo poscolonial y en pro de la humanidad.

Para que esto sea posible, el mundo debe establecer una nueva arquitectura internacional de seguridad y desarrollo, como plantea Helga Zepp-LaRouche, en la tradición de la Paz de Westfalia. Para avanzar con esta propuesta, el Instituto Schiller auspiciará una conferencia en Internet los días 7 y 8 de diciembre para debatir los principios en los que debe basarse.

Esta es nuestra tarea. ¿Imposible? ¿Prefieren entonces, en su obstinación, la aniquilación termonuclear?

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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