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Los próximos meses son decisivos: Detén a los desesperados engendros de la guerra, elige volver a ser humano

10 de noviembre de 2024 (EIRNS) — ¿Qué tiene poder para crear el destino de la humanidad? A pesar de las opiniones de los Rumpelstiltskins del viejo orden, que se partirán en dos antes que aceptar un nuevo paradigma, la única respuesta válida a esta pregunta son las ideas verdaderas. El universo físico obedece a las ideas verdaderas, no a los dictados de un régimen imperial centrado en la OTAN.

El científico ruso-ucraniano Vladimir I. Vernadsky entendió esto bastante bien; concluyó, tras décadas de riguroso trabajo, que la mente de la humanidad pensante, a través de sus efectos sobre la organización social y el comportamiento humano, es la fuerza geológica más poderosa.

Vernadsky escribió en diciembre de 1943:

“El proceso histórico está cambiando radicalmente bajo nuestros propios ojos. Por primera vez en la historia de la humanidad, los intereses de las masas, por un lado, y el libre pensamiento de los individuos, por otro, determinan el curso de la vida de la humanidad y proporcionan normas para las meras ideas de justicia. La humanidad en su conjunto se está convirtiendo en una poderosa fuerza geológica. Surge el problema de la reconstrucción de la biosfera en interés de la humanidad libremente pensante como una totalidad única. Este nuevo estado de la biosfera, al que nos acercamos sin darnos cuenta, es la noösfera”. (Énfasis en el original).

Esas palabras, escritas en plena Segunda Guerra Mundial, definen el principio sobre el que debe establecerse cualquier sistema exitoso.

En su Diálogo semanal por internet del miércoles 6 de noviembre, la fundadora del Instituto Schiller, Helga Zepp-LaRouche, reiteró su llamado a que ahora es el momento de impulsar una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo que tenga en cuenta los intereses de todos y cada uno de los países. En consonancia con el mismo principio inmortal, el de “una humanidad”, Vladimir Putin afirmó en su discurso del 7 de noviembre en el Club Internacional de Debate Valdai que “el principio esencial de la seguridad para todos sin excepción es que la seguridad de una nación no puede garantizarse a expensas de la seguridad de las demás... Hoy en día, la seguridad es una noción compleja que abarca algo más que las dimensiones militar y política; no puede lograrse sin el desarrollo socioeconómico y la resiliencia de los Estados frente a toda una serie de desafíos, desde los naturales hasta los provocados por el hombre”.

No todos están de acuerdo con Vernadsky, Zepp-LaRouche y Putin. Hay mandatarios en Europa que se esfuerzan por mantener la capacidad de mantener la guerra de la OTAN en Ucrania, después de un probable cese de la ayuda de Estados Unidos con un gobierno de Trump. La OTAN lleva a cabo ejercicios de guerra en Finlandia, que comparte una frontera de 800 millas con Rusia. El genocidio de Israel en Gaza continúa, y se calcula que el 70% de los asesinados son mujeres y niños, y el gobierno de Netanyahu está en una frenética actividad para eliminar cualquier oposición a su debil posición.

Frente a esta dinámica, como impulsado por una corriente más profunda, el Presidente de Italia, Sergio Mattarella, habló del poder del diálogo intercultural en su reunion oficial con el Presidente Xi Jinping, en Pekín, en el Foro Cultural China-Italia: “La cultura realza la dignidad de las personas. No es una aspiración ingenua. No es un intercambio que no tenga en cuenta las diferencias. Todo lo contrario: el valor del ejercicio consiste en asumirlas y analizarlas con apertura, sin que ello obstaculice la comparación y la cooperación. Esta forma de acercarse es productiva, ya que conduce a la construcción de un patrimonio común. Es una reflexión, una actitud que nos estimula a evitar la tentación de volver a posturas anacrónicas en un mundo de bloques opuestos”.

Asume el cargo: ¿Podemos mover a Estados Unidos y a las naciones europeas a unirse a la noosfera, a superar el mal de la geopolítica, a detener esta confrontación? En el período comprendido entre ahora y la toma de posesión del Presidente Trump nos enfrentamos a la alta probabilidad de que los engendros de la guerra hagan algo desesperado con el fin de mantener la hegemonía, tal vez la colocación de sistemas de misiles de largo alcance en Ucrania, o, Dios no lo quiera, su despliegue, con el apoyo de Estados Unidos, en lo profundo del territorio ruso.

En sus Diez principios para una nueva arquitectura internacional de seguridad y desarrollo, el documento de discusión para la próxima conferencia del Instituto Schiller que tendrá lugar los días 7 y 8 de diciembre, Helga Zepp-LaRouche afirma que “El supuesto básico para el nuevo paradigma es, que el hombre es fundamentalmente bueno y capaz de perfeccionar infinitamente la creatividad de su mente y la belleza de su alma, siendo la fuerza geológica más avanzada del universo, lo que demuestra que las leyes de la mente y las del universo físico están en correspondencia y cohesión, y que todo mal es el resultado de una falta de desarrollo, y por lo tanto puede ser superado”.

Las verdaderas ideas mueven la naturaleza. Las ideas verdaderas mueven a la humanidad a lograr lo que no creía posible. Este proceso gozoso es el que da sentido a nuestras vidas y nos da el poder, por medio de la remodelación de nuestra organización social para reflejar más perfectamente la naturaleza creativa de la humanidad, de hacer el mayor bien posible: aumentar el potencial de trabajo creativo de esos miles de millones y billones de seres humanos por venir.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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