El nuevo cuento falaz sobre el sabotaje del Nord Stream culpa en parte a Scholz
22 de noviembre de 2024 (EIRNS) —El principal semanario alemán Der Spiegel publicó una versión actualizada del cuento de "Los buzos ucranianos lo hicieron", sobre el sabotaje del 26 de septiembre del 2022 de los gasoductos germano-rusos Nord Stream, pero ahora acusa al servicio de inteligencia exterior alemana y al gobierno del Canciller Olaf Scholz de no haber actuado ante las advertencias de la inteligencia occidental de que se planeaba un ataque terrorista para junio del 2022. Como no ocurrió nada parecido en junio (fecha en la que, según Seymour Hersh, los buzos de la Armada de Estados Unidos colocaron los explosivos), los alemanes pensaron que este aviso no tenía nada de cierto y permanecieron inactivos, sin informar a la Armada alemana ni a otras instituciones.
"Las consecuencias del ataque no sólo fueron una bendición para Ucrania, sino también para Alemania", dijo el presunto cerebro de los atentados del Nord Stream, el ex agente de los servicios de inteligencia ucranianos, Roman Tscherwinsky, en su entrevista con Der Spiegel. Según el cuento trillado, Tscerwinsky, que se encuentra en prisión preventiva por otro asunto, habría dirigido el comando de sabotaje, formado por varios buzos ucranianos, según alega Der Spiegel que enconró en su investigación. Otra persona, que se supone también participó en los preparativos del atentado, declaró a Der Spiegel que no querían perjudicar a Alemania, sino a Rusia, ya que el oleoducto era una fuente de ingresos para Moscú.
La operación, que según esto se habría diseñado ya desde el 2019, habría sido aprobada en abril del 2022 por el ex comandante en jefe del ejército ucraniano, el general Valerii Zaluzhnyi. Se dice que le gustó tanto la operación planeada que incluso quería ampliarla al Mar Negro, según Der Spiegel. Zaluzhnyi, que desde su salida del cargo fue nombrado embajador de Kiev en Londres, ya había declarado al periódico The Wall Street Journal que no sabía nada de tal operación. Los cuentos dicen que había un presupuesto de hasta $300.000 dólares para el sabotaje, la mayoría “donados”.
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