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Elige la supervivencia de todos. Que se extingan los engendros de la guerra; únete al nuevo orden mundial

24 de noviembre de 2024 (EIRNS) — Estamos, sin duda, en un evento de extinción en masa. La interrogante es: ¿qué se extinguirá? Ante la amenaza existencial de la paz, los engendros de la guerra que dirigen al gobierno de Biden, en su desesperación, autorizaron el uso de armas de largo alcance de Estados Unidos guiadas y disparadas por la OTAN dentro de Rusia, poniendo en guerra a las dos mayores potencias nucleares del planeta; una perspectiva en la que no hay supervivencia. Por otra parte, si los ciudadanos y las instituciones de gobierno estadounidenses rechazaran la geopolítica, despertaran de su sueño de la razón de décadas y recuperaran la razón de ser anticolonial de Estados Unidos, sería la malvada ideología de la geopolítica y el colonialismo lo que se extinguiría finalmente.

Esa decisión se ha hecho esperar, pero debe tomarse en los próximos días, semanas o, quizás, horas.

Tras el lanzamiento desde Ucrania el 19 de noviembre de los misiles ATACMS suministrados y dirigidos por Estados Unidos contra objetivos dentro de Rusia, Rusia desplegó un arma completamente nueva contra objetivos en Ucrania: el sistema de misiles balísticos de alcance intermedio hipersónico Oreshnik con una velocidad de Mach 10, que ninguna nación del planeta, ni siquiera los todopoderosos países de la OTAN, tiene el poder de interceptar. Este hecho lo han declarado sin ambages las autoridades rusas y lo han confirmado los expertos de Occidente.

Tras el despliegue de los misiles, el Presidente Putin declaró llanamente: “Me gustaría subrayar una vez más que no fue Rusia, sino Estados Unidos, quien destruyó el sistema de seguridad internacional y, al seguir luchando, aferrándose a su hegemonía, están empujando al mundo entero a un conflicto global”.

Las respuestas en Occidente a la medida rusa fueron variadas. A quienes su pensamiento podrido no les permite romper sus votos a un orden mundial colonial o bien negaron el significado obvio del movimiento ruso, o chillaron, en su amnesia selectiva, que era Putin quien escalaba los términos del conflicto.

Otros, sin embargo, fueron más francos sobre el peligro. El ex inspector de armamento de la ONU Scott Ritter, en una reunión de la Coalición Internacional por la Paz del 22 de noviembre, advirtió: “Putin acaba de avisarnos que tiene un sistema de misiles convencionales diseñado para adelantarse a todo lo que la OTAN planea hacer a Rusia... Al revelar este misil y mostrar su voluntad de utilizarlo, Putin ha dado literalmente a Occidente dos opciones: Capitular, o la guerra nuclear. Tenemos que encontrar la manera de encontrar una tercera opción”.

En Occidente hay más personas que están siendo sacudidas para salir de su letargo.

El congresista republicano por Texas Keith Self envió una carta al Presidente Biden el 19 de noviembre que dice: “Dado que sus recientes acciones parecen estar acercando al mundo al borde de una guerra nuclear, por la presente solicito una sesión informativa confidencial antes del lunes 25 de noviembre sobre todos los detalles del acuerdo de su gobierno sobre las reglas de enfrentamiento estipuladas por Ucrania con respecto al ATACMS de largo alcance”. Self termina su carta advirtiendo: “Si no se proporciona esta sesión informativa, solicitaré inmediatamente una mayor supervisión”.

La carta del representante Self se une a un nervioso coro de voces, entre ellas las del congresista Thomas Massie y el senador Josh Hawley, para quienes la idea de que Estados Unidos cruce la línea de la guerra con Rusia ilumina por fin el peligro nuclear en el que hemos estado todo el tiempo.

Lo que hace falta es que crezca este pequeño coro contra la extinción nuclear, tanto en número como en volumen, y rápidamente.

¿Cómo inspirar tal movimiento por la supervivencia? Hay que dar a la población un concepto de aquello por lo que debe sobrevivir: ¿Cuál es el nuevo sistema, el nuevo orden mundial, que ya está ocupando el lugar del caduco?

El recién inaugurado puerto de Chancay Perú, en el recién estrenado ferrocarril de ancho estándar en Uganda, los acuerdos de cooperación en los que todos ganan que pueden acabar con la pobreza entre las naciones BRICS-Plus, son todas criaturas del nuevo mundo post-extinción. ¿Podría Estados Unidos unirse a esa nueva era? ¿Sobreviviría sin él?

Para quienes deseen sobrevivir a una extinción en masa, su única opción es cambiar el destino de la humanidad modificando sus ideas rectoras. Ese es el tema de la próxima conferencia internacional del Instituto Schiller los días 7 y 8 de diciembre, “En el espíritu de Schiller y Beethoven: Todos los hombres volverán a ser hermanos”. ¡Inscríbete ya!

Dejemos que los trogloditas de la guerra perezcan; organicemos una evolución ascendente de las ideas.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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