30 de noviembre de 2024 (EIRNS) — El 28 de noviembre, la Casa Blanca emitió una declaración a nombre del Presidente Joe Biden en la que condena los “horribles” ataques de Rusia contra Ucrania ese mismo día, utilizando términos farisáicos de locura. Biden se comprometió a seguir “dando prioridad a las exportaciones de defensa aérea” a Ucrania, desde Estados Unidos. En pocas palabas, los orates que dirigen la Casa Blanca siguen con su narrativa falaz de que Rusia no tiene más motivo que la “agresión” para sus acciones.

El Ministerio de Defensa de Rusia emitió el 28 de noviembre un comunicado en el que informa exactamente lo que hicieron la noche del 27 al 28 de noviembre, y durante el periodo del 25 al 26 de noviembre, con el motivo de realizar “ataques contra los emplazamientos de despliegue del armamento de largo alcance de las FAU” [Fuerzas Armadas de Ucrania].

Como bien saben los mandatarios de Estados Unidos (o quien mande ahí), del Reino Unido y la OTAN, ellos mismos aprobaron el empleo de cohetes de largo alcance (misiles ATACMS y HIMARS de Estados Unidos y misiles Storm Shadow del Reino Unido) desde Ucrania hasta Rusia, y han desplegado las necesarias capacidades de apoyo, incluido personal sobre el terreno, para llevar a cabo los ataques. Los enloquecidos políticos occidentales están pidiendo más y más ataques contra Rusia. El secretario de Estado Blinken telefoneó ayer al ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andriy Sybiha, para reiterar el “pleno apoyo de Estados Unidos” a Ucrania.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, volvió a exlicar ayer: “Si se utilizan estos misiles, habrá una respuesta adecuada en cada momento”. Así lo informaron medios como el Moscow Times, y AFP. El Presidente  Vladimir Putin”, dijo, “había advertido que la autorización para utilizar misiles estadounidenses y de otros países era una medida irresponsable en escalada”.

El comunicado del Ministerio de Defensa de Rusia del 28 de noviembre da detalles de qué objetivos ucranianos fueron alcanzados en términos de su participación en la capacidad de ataque de largo alcance, así como la infraestructura de energía, y las empresas de la industria militar. Informa que entre los muertos hay ciudadanos estadounidenses y franceses. El 25 de noviembre, en Járkov, “fueron eliminados hasta 40 especialistas extranjeros, principalmente estadounidenses”. En Odessa, un ataque con misiles Iskander “neutralizó a 72 miembros de equipos de operadores de buques de superficie sin tripulación, entre ellos 9 instructores y especialistas técnicos franceses”.

Recordemos que el 18 de noviembre, se informó que el gobierno de Biden dio su aprobación a principios de este mes, para que los contratistas militares de Estados Unidos envíen personal estadounidense a Ucrania, para dar mantenimiento y reparar los sistemas de armas proporcionados por EU; esta fue la primera vez, desde el 21 de febrero de 2022, el comienzo de la operación militar especial rusa. El diario parisino Le Monde informó esta semana sobre la posibilidad de que contratistas militares privados franceses operen en Ucrania, algo hasta ahora no permitido.

Todas estas novedades son el resultado característico de la escalada de Occidente para provocar una guerra total, que terminaría con la obliteración nuclear.

Esta situación se debatió ayer en la 78ª reunión semanal internacional en línea de la Coalición Internacional por la Paz (CIP), con presentaciones de expertos sobre la situación estratégica. Ray McGovern, ex analista de la CIA y cofundador de Veteranos Profesionales de la Inteligencia por la Cordura (VIPS, por sus siglas en inglés) señaló el hecho de que los asesores de los gobiernos occidentales son incompetentes y, al mismo tiempo, no funcionan los canales de comunicación de Occidente con Moscú. McGovern señaló las evaluaciones de Fyodor Lukyanov, cuyo artículo reprodujo en inglés RT el 27 de noviembre se titula “How Likely Is a Nuclear Exchange over Ukraine?” (¿Qué tan probable es un intercambio nuclear por Ucrania?).

Lukyanov plantea en su artículo que: “El actual enfrentamiento sobre Ucrania se está convirtiendo cada vez más en una confrontación directa entre Rusia y la OTAN, lo que plantea serias preocupaciones sobre el riesgo de una escalada nuclear”. Lukyanov, que es presidente del Presidium del Consejo de Política Exterior y de Defensa, agrega lo siguiente: “La comunicación confidencial, que una vez fue una parte decisiva de la gestión de la disuasión nuclear, ha desaparecido casi por completo. En su lugar, todas las señales se emiten públicamente, y dependen de declaraciones abiertas y filtraciones a los medios informativos”.

Helga Zepp-LaRouche, dirigente del Instituto Schiller, e iniciadora de la CIP, hizo un llamado para realizar una movilización total y a hablar con franqueza para romper esa situación. En este sentido, la conferencia internacional del Instituto Schiller, los días 7 y 8 de diciembre, y también los actos organizados ese fin de semana por Scott Ritter, experto estadounidense en armamento, y líder internacional en favor de la paz, son fundamentales por su impacto.

Desde Europa, el Primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, sigue en pie dando la voz de alarma. En el programa “Buenos días, Hungría” de Radio Kossuth, comentó ayer las dos “noticias impactantes” del 28 de noviembre procedentes de Ucrania. “Según informes rusos, soldados estadounidenses y franceses murieron en ataques aéreos lanzados por los rusos en territorio ucraniano, lo que indica que estos soldados estaban presentes allí. Al principio, sólo dices que apoyas la guerra, luego envías armas allí, y tarde o temprano aparecen soldados que pueden ser asesinados. Esto es exactamente lo que ocurrió en Ucrania con gente con estatus militar de Europa Occidental y Estados Unidos”. Orbán resumió, según la reseña de la agencia rusa denoticias TASS: “Nos enfrentamos a una situación difícil y a la vez extraña, porque nunca hemos estado tan cerca de la paz, mientras que la situación militar nunca ha sido tan peligrosa como ahora”.