Se aprobó el Tratado de Libre Comercio UE-Mercosur, pero la unanimidad está en duda
7 de diciembre de 2024 (EIRNS) — La Comisión Europea y sus aliados se movilizaron frenéticamente en los últimos meses para lograr la aprobación del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, que se logró ayer en Montevideo, Uruguay, para que esté en vigor antes de que Donald Trump tome posesión en enero. El temor es que Trump trate de impedir que los cuatro miembros del Mercosur (Brasil, Uruguay, Argentina y Paraguay) firmen el acuerdo, que crearía una zona de libre comercio de 720 millones de ciudadanos. La Comisión de la UE alega que el acuerdo reforzará a Europa frente a la previsible guerra comercial con el gobierno de Trump y sería una medida preventiva para evitar que Mercosur firme acuerdos sustanciales con China. La presidente de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, voló a Montevideo antes de que comenzara la cumbre de jefes de Estado del Mercosur el 5 de diciembre para asegurar la aprobación del acuerdo, que lleva 25 años en negociaciones.
Durante la rueda de prensa final ayer en Montevideo para anunciar la aprobación, no hubo demasiadas caras felices La agencia británica de noticias Reuters citó a una fuente “cercana a las conversaciones” que informó que el acuerdo “salió adelante... pero por los pelos”. Ante el “rechazo” en su país, von der Leyen había volado a Montevideo en el último minuto. Los dos únicos oradores fueron von der Leyen y el Presidente saliente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, un fanático neoliberal del libre comercio. Los otros tres Presidentes, Lula da Silva de Brasil, Javier Milei de Argentina y Santiago Peña de Paraguay, permanecieron en silencio y no se permitieron preguntas.
Por parte de la UE, sin embargo, el apoyo universal no está garantizado. Francia e Italia se oponen al acuerdo, que se anuncia como la apertura de la puerta a la expansión de las exportaciones de Europa a los cuatro Estados iberoamericanos, pero que en realidad implica un aumento masivo de las exportaciones agrícolas de esas naciones a Europa, a precios no competitivos para los agricultores de la UE. De ahí las enormes protestas de los agricultores este año en Francia, Italia, Polonia, etc. Los iberoamericanos también se oponen a las normas ecologistas que exige la UE. Los productores de los cuatro Estados iberoamericanos también sentirán la presión creada por las exportaciones de automóviles y otros bienes industriales de la UE en sus mercados. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, califica todo el acuerdo de “inaceptable”.
Ahora el acuerdo tiene que ser traducido y aprobado por cada nación miembro, y en última instancia, señala Reuters, podría ser bloqueado por Francia, que se opone firmemente.
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