Trump no logrará su objetivo con los aranceles
10 de diciembre de 2024 (EIRNS) — Según el Presidente electo Donald Trump, los aranceles con los que amenaza (10% sobre todos los bienes, 60% sobre las exportaciones de China, 25% sobre las exportaciones de Canadá y México, 100% sobre las naciones del BRICS que no muestren obediencia al dólar estadounidense) harán que las empresas que ahora producen en el extranjero regresen o se trasladen a Estados Unidos, y provocarán un renacimiento de las manufacturas estadounidenses.
Los aranceles del primer gobierno de Trump sobre China, Canadá y Europa fueron todos continuados o aumentados por el gobierno de Biden, por lo que estuvieron en vigor durante la mayor parte de los dos gobiernos, y no tuvieron tal efecto. Desde finales de 2016, en el momento de la primera toma de posesión de Trump, hasta finales de 2024, el empleo manufacturero en Estados Unidos ha crecido en unos 335.000 puestos de trabajo (de 12.553.000 a 12.888.000) o solo 3.500 empleos manufactureros al mes, en promedio durante esos años, según las cifras no ajustadas de la Oficina de Estadísticas Laborales. Esos 330.000 empleos representan sólo el 4% del crecimiento de la población activa estadounidense (unos 8 millones) durante esos años.
El escaso crecimiento que hubo en las manufacturas y la construcción se debió en gran medida a los subsidios directos y cuantiosos del gobierno a la fabricación de vacunas y equipos médicos, la fabricación de vehículos eléctricos, la producción de granjas solares y eólicas, la construcción de fábricas de semiconductores, centros de datos, etc. La producción agrícola estadounidense no aumentó.
Las empresas que podrían trasladarse a Estados Unidos desde otras naciones en un entorno arancelario como el que describe el Presidente electo, se enfrentarán entonces a aranceles sobre los elementos de su producción que importen. Enfrentadas a tales aranceles, es más probable que desplacen sus exportaciones a otros países (o que conviertan a otros países en bases de sus exportaciones a Estados Unidos), como hicieron los productores chinos de bienes de capital en electrónica, automóviles, tecnologías energéticas, etc.; y como hicieron Rusia e India cuando se les bloqueó el comercio petroquímico con Estados Unidos y Europa mediante sanciones.
Dentro de Estados Unidos, se viene produciendo un proceso de “anticipación” (front-loading) en las importaciones ante los posibles aranceles de Trump, desde principios de noviembre, según un informe de Barron's del 15 de noviembre, aumentando los inventarios de las empresas estadounidenses y previendo una desaceleración de la inversión para finales de 2025. Esto ha ocurrido siempre que se han anunciado aranceles amplios en la historia de Estados Unidos. Además, parte de la industria estadounidense de semiconductores, tal y como es, está en países como Malasia, un “país socio” del BRICS, y quedaría bloqueada por un arancel del 100%.
Ningún “renacimiento de las manufacturas estadounidenses” puede ser causado por ninguna política que no implique una escalada de las exportaciones de bienes de capital y el crédito para nuevos proyectos de infraestructura (la estrategia que plantea el nuevo folleto del Instituto Schiller, “Miles demillones de nuevos empleos productivos para detener la emigración forzosa y la guerra”. Es de esperar que los aranceles propuestos sean amenazas de negociación y nada más.
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