¿Te sientes tranquilo con la idea de un intercambio nuclear táctico entre Estados Unidos y Rusia?
12 de diciembre de 2024 (EIRNS) — El Ministerio de Defensa de Rusia anunció ayer que en la mañana del 11 de diciembre, el régimen de Kiev lanzó seis misiles balísticos ATACMS de fabricación estadounidense contra el aeródromo militar de Taganrog, en la región de Rostov. El Ministerio informó que habían destruido los seis misiles atacantes con una combinación de SAM y sistemas de guerra electrónica, pero también advirtieron: “Este ataque con armas de largo alcance de fabricación occidental no quedará sin respuesta y se tomarán las medidas adecuadas”.
¿Cuál será la respuesta de Rusia?
La primera vez que se utilizaron ATACMS de alta precisión para golpear a profunidad en el territorio ruso, un misil que sólo puede ser apuntado, lanzado y dirigido en vuelo por personal y equipos estadounidenses cualificados, fue el 19 de noviembre. Al día siguiente, el 20 de noviembre, el contralmirante Thomas Buchanan, jefe del Directorio de Planes y Política del Comand Estratégico de EU (STRATCOM), dijo en una conferencia en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de Washington, DC, que Estados Unidos debería estar preparado para utilizar armas nucleares si su liderazgo mundial se ve amenazado.
“Creo que todo el mundo estaría de acuerdo en que si tiene que haber un intercambio [de misiles nucleares], entonces queremos hacerlo en los términos que sean más aceptables para Estados Unidos... que nos pongan en posición de seguir liderando el mundo, ¿verdad?”, declaró Buchanan.
Rusia captó el mensaje (el ministro de Asuntos Exteriores Serguéi Lavrov mencionó más tarde a Buchanan por su nombre en su entrevista del 6 de diciembre con Tucker Carlson), y respondió de una forma totalmente inesperada a la totalidad de la amenaza estratégica. El 21 de noviembre, Rusia lanzó una nueva arma, el sistema hipersónico IRBM Oreshnik, cuyos proyectiles múltiples guiados con precisión alcanzaron y destruyeron el objetivo previsto, una fábrica militar en Dnipró, Ucrania. El Presidente Vladimir Putin, explicó que el Oreshnik, que no puede ser interceptado por ningún sistema de defensa occidental existente, puede ser armado con diferentes tipos de ojivas y tiene una capacidad destructiva tan grande que incluso sirve como disuasión nuclear, sin que Rusia utilice armas nucleares.
En condiciones normales, un adversario normal se pensaría las posibles consecuencias de seguir adelante con la escalada. Pero no fue así. Se acaban de lanzar otros seis ATACMS contra Rusia.
Y el 9 de diciembre, la autentica locura de Buchanan de contemplar el lanzamiento de una guerra termonuclear para que Estados Unidos pudiera “seguir liderando el mundo” fue igualada por dos expertos estadounidenses en guerra nuclear a los que se les dio rienda suelta en un artículo de Newsweek titulado “What Would World War III Look Like?” (¿Cómo sería la Tercera Guerra Mundial?) para tratar de acostumbrar a los estadounidenses a “pensar lo impensable”. El contralmirante retirado Mark Montgomery, de la neoconservadora Fundación para la Defensa de la Democracia, y el ex subsecretario interino de Defensa para Política James Anderson, parlotearon sobre los pormenores de quién podría lanzar un primer ataque, y cuando se les preguntó “¿Cuánto tiempo se tardaría en recuperarse de una guerra nuclear?”, coincidieron en que “dependería completamente del grado de uso: Uso masivo, tiempo masivo; uso limitado, ya sabes, armas nucleares tácticas, sólo tiempo limitado”.
Es difícil comprender la verdadera locura y la depravación de semejante “razonamiento”. Pero esa es la perspectiva estratégica cada vez más dominante en Washington y Londres, a pesar del hecho de que tanto Rusia como China están ofreciendo a Estados Unidos un enfoque estratégico totalmente diferente, como se reafirmó en los comentarios del Presidente Xi Jinping en la reunión “1+10” de las instituciones chinas con las diez instituciones financieras internacionales más prominentes.
Rusia, por su parte, es muy consciente de que el derrocamiento del gobierno de Assad en Siria es también parte de los esfuerzos británicos y estadounidenses para rodear a Rusia por tierra y por mar, y para desmembrarla, en la línea propuesta por Zbigniew Brzezinski y otros seguidores del Plan Bernard Lewis de Londres. Los principales medios políticos británicos, como la revista londinense The Economist, están discutiendo ahora la mejor manera de expulsar a Rusia de su base naval en Tartus, Siria, que tienen desde 1971, lo que, según los británicos, bloqueará a Rusia por completo del Mar Mediterráneo. Además de los esfuerzos anteriores (aunque fallidos) para apoderarse de Sebastopol y Crimea en el Mar Negro, y la transformación del Mar Báltico en un virtual “lago de la OTAN” en los últimos dos años, esto tiene la intención de bloquear a Rusia en todas sus fronteras occidentales, según las especificaciones de “puntos de estrangulamiento marítimos” de los principales geopolíticos británicos que se remontan a Halford Mackinder (1861-1947), Karl Haushofer (1869-1946), y su predecesor el almirante Alfred Mahan (1840-1914).
Helga Zepp-LaRouche ha subrayado repetidamente que “la declaración de Buchanan es, en su enormidad, tan increíble que uno pensaría realmente que esto debería haber sido la noticia número uno en todo el mundo. Pero fue completamente encubierta. Ningún medio noticioso occidental lo consideró digno de comentario. Ningún político occidental pensó que fuera necesario comentarlo. Me parece increíble, porque en todos los aspectos es una violación del Código de Nuremberg: no se puede preparar una guerra de agresión, y menos con armas nucleares, lo que significa el fin de toda la vida en el planeta si se llega a eso”.
Zepp-LaRouche hizo un llamadoa para dar un pleno apoyo a los esfuerzos de la Organización LaRouche en Estados Unidos para movilizar a la población a fin de que llame a sus congresistas y detenga de otro modo el impulso hacia la guerra nuclear, con un volante preparado a tal efecto. E invitó a la gente de todo el mundo a participar en la próxima 80ª reunión semanal de la Coalición Internacional por la Paz, el viernes 13 de diciembre a las 11 am. (ET).
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