13 de diciembre de 2024 (EIRNS) — El New York Times publicó el 9 de diciembre un artículo que incluye varias fotos espeluznantes de haitianos que fueron metidos en jaulas por funcionarios de inmigración dominicanos, y luego los colocaron en camiones que los llevaron a través de la frontera con Haití, víctimas de una redada de deportación masiva ordenada por el Presidente de República Dominicana, Luis Abinader, en octubre pasado para “librar al país” de los haitianos que huyen de la violencia de las pandillas y del colapso social en su país. Hombres jóvenes, mujeres embarazadas, niños pequeños, algunos no acompañados por adultos, son hacinados en jaulas en condiciones que sugieren imágenes de un mercado confederado de esclavos o de mercados caribeños similares de los siglos 18 o 19; seres humanos tratados como animales. Una política depravada y bestial.

Históricamente, la República Dominicana ha servido de válvula de escape para los haitianos que huían de la pobreza y la inseguridad generalizada. Pero en los dos últimos años, a medida que la violencia de las bandas se ha intensificado hasta niveles intolerables y la pobreza y el desplazamiento se han disparado, más haitianos han buscado refugio en la República Dominicana, su vecina en la isla de La Española, donde hay algunos puestos de trabajo y servicios sociales disponibles. Miles de mujeres haitianas embarazadas cruzan la frontera para tener a sus bebés y convertirse así en ciudadanas dominicanas legales. Pero eso se acabó.

En octubre, Abinader ordenó a los funcionarios de inmigración que empezaran a sacar a los haitianos de las calles, a menudo recogiendo a la gente de forma indiscriminada y brutal, tuvieran o no estatus legal. Algunos no eran haitianos pero tenían la piel negra. El Presidente advirtió que si la comunidad internacional no resolvía la crisis de seguridad de Haití, él mismo se encargaría del problema, empezando por deportar a 10.000 haitianos a la semana. Hasta el 2 de octubre, había deportado a 71.000 haitianos.

La historia de las relaciones dominico-haitianas es larga y compleja. Los dominicanos se resienten porque, tras la revolución haitiana de 1804 y la declaración de independencia, Haití gobernó su parte de la isla durante 22 años. El Presidente Abinader ordenó las redadas migratorias en el 87 aniversario de una horrible masacre de miles de haitianos, el 2 de octubre de 1937, ordenada por el dictador dominicano Rafael Trujillo. En 2010, una reforma de la Constitución dominicana eliminó el derecho a la ciudadanía por nacimiento para los hijos de inmigrantes haitianos indocumentados. Tres años después, el Tribunal Constitucional hizo retroactiva la medida, anulando la ciudadanía dominicana a decenas de miles de personas nacidas de padres haitianos.