17 de diciembre de 2024 (EIRNS) — El Canciller de Alemaniia, Olaf Scholz, que encabeza el gobierno alemán en minoría tras la salida el 6 de noviembre de los Demócratas Libres hace seis semanas, perdió ayer su voto de confianza en el parlamento, con 394 votos a favor, 207 en contra y 116 abstenciones. El resultado de la votación era de esperar, después de que su socio de coalición, el Partido Verde, decidiera la semana pasada, con el consentimiento de los socialdemócratas de Scholz, abstenerse, con lo que se aseguraba que perdería el voto de confianza, dando paso así a unas elecciones anticipadas para el 23 de febrero de 2025.

Aunque en general se espera que el líder de la oposición Friedrich Merz, candidato a canciller de los democristianos (CDU), gane las elecciones anticipadas, no es tan seguro, y sin duda necesitaría al menos un socio de coalición en su gobierno. Como las conversaciones de coalición pueden llevar tiempo, es posible que no se forme un nuevo gobierno antes de mayo, lo que dejaría a Alemania seis meses de ingobernabilidad, ya que Merz ha amenazado con que sus democristianos no votarían a favor de ninguna ley prevista por el gobierno provisional de Scholz durante todo este periodo.

Sin embargo, el agravamiento de la crisis en los sectores del automóvil, el acero, la química y la construcción exige decisiones inmediatas, cuya ausencia puede provocar un amplio malestar laboral y público. También la perspectiva de que el nuevo Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inicie su prometido diálogo con el Presidente de Rusia después del 20 de enero para una solución diplomática a la guerra de Ucrania, tendrá un impacto definitivo en las últimas semanas de antes, y después, de las elecciones alemanas.

Merz, cuyo agresivo apoyo a Ucrania lo ha llevado a promover que se utilicen los misiles de la OTAN contra territorio ruso, y que Alemania entregue sus misiles de crucero “Taurus” a Kiev, pondría a cualquier gobierno que él lidere en oposición a una iniciativa diplomática de Trump. Además de provocar una profunda división en el seno de la OTAN, polarizaría el sentimiento alemán sobre la guerra o la paz, dejando abierta la posibilidad de una moción de censura contra él más adelante en 2025.

En cuanto a las políticas económicas y financieras, los años que Merz pasó al frente de las operaciones del fondo de gestión de capitales BlackRock en Alemania, de 2016 a 2022, podrían marcar la conducta del gobierno de Merz: privatizaciones forzosas de empresas industriales con problemas, incluyendo despidos sustanciales, abandono de la intervención estatal en beneficio de inversores privados solventes, recortes en los presupuestos sociales y laborales en favor del gasto militar. Merz podía utilizar sus contacos de la época de BlackRock de grandes directivos para llevar a cabo esas medidas. Cuando fracasó el intento de Merz de ganar la presidencia de la CDU en 2018, el jefe de BlackRock, Larry Fink, dijo que “BlackRock y Friedrich Merz siguen disfrutando de una excelente relación”. Esa declaración merece aún más atención, ya que Merz contempla ser el próximo canciller de Alemania.