Embajador Chas Freeman: No a la guerra, sino al liderazgo
18 de diciembre de 2024 (EIRNS) — El embajador Chas Freeman dio una entrevista al periódico alemán Berliner Zeitung publicada el 15 de diciembre, uno de los principales periódicos alemanes. El embajador Freeman, que sabe tanto sobre la relación estadounidense con China como cualquier diplomático vivo, dijo la verdad “tal como la ve”. Dijo que en Estados Unidos “hemos incentivado a los chinos para que mejoren su ciencia y tecnología, para que amplíen sus relaciones comerciales con el Sur Global; les hemos empujado a los brazos de los rusos, y les estamos empujando a forjar alianzas en Oriente Medio que harán retroceder la influencia estadounidense en la región”.
Y lo que es aún más importante, dijo sobre Rusia y Ucrania: “En primer lugar, Kiev y Moscú deben ponerse de acuerdo sobre la frontera. En segundo lugar, hay que conceder a las minorías de Ucrania el derecho a vivir con su propia lengua y cultura. Este derecho está garantizado por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y también quedó consagrado en el Tratado del Estado austriaco de 1955... Una Ucrania neutral que fuera independiente, próspera y democrática y actuara a la vez como amortiguador y puente entre Rusia y el resto de Europa sería un logro importante por el que trabajar”.
Por el contrario, el asesinato ayer en Moscú del general Igor Kirillov, jefe de las Fuerzas de Defensa Nuclear, Biológica y Química de Rusia, perpetrado por el régimen ucraniano, debe considerarse como el último episodio de la continua escalada del conflicto entre la OTAN y Rusia. “Un general de alto rango de las fuerzas armadas rusas y su ayudante fueron asesinados en Moscú por el servicio de seguridad de Ucrania, según informó una fuente ucraniana a la BBC” de Londres. Aunque, según la BBC, el servicio de seguridad ucraniano SBU calificó a Kirillov de “responsable del uso masivo de armas químicas prohibidas”, su preocupación, y la de la OTAN, era probablemente exactamente la contraria.
Kirillov, una figura muy pública, se había hecho conocido en Occidente por sus informes, en los primeros meses de la guerra, de que la OTAN y Estados Unidos operaban laboratorios de armas biológicas en toda Ucrania. En una sesión informativa del 17 de marzo de 2022 sobre los laboratorios biológicos de Ucrania, Kirillov, más exactamente denominado jefe de las Tropas Rusas de Defensa Radiológica, Química y Biológica, presentó pruebas documentadas de que (en palabras de Kirillov) “en términos inequívocos... se estaban creando componentes de armas biológicas en Ucrania con la participación y financiamiento directo de Estados Unidos”. La importancia de Kirillov puede haber sido de particular interés para aquellos que ahora están revisando, desde diversos puntos de vista, la historia de los ataques químicos de 2013 en Siria, un país identificado en el informe de 2019 de la RAND Corporation, “Extending Russia: Competing from Advantageous Ground” (Ampliación de Rusia: Competir con ventaja) como teatro secundario de operaciones militares-estratégicas contra Rusia.
Como un eco de sucesos similares de hace 100 años, Siria está siendo desmembrada como parte del “Gran Juego” del que advirtió el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia Serguéi Ryabkov al Benjamin Netanyahu del “Gran Israel” que no jugara: “Me gustaría advertir a ciertos 'cabezas calientes' de Jerusalén Occidental que no se dejen intoxicar por las oportunidades”. Por supuesto, no puede haber un Gran Juego sin que los británicos desempeñen un papel protagonista. Ahora habló otro miembro de la familia británica Powell. Hugh Powell, que fue asesor adjunto de seguridad nacional del ex Primer ministro David Cameron en 2013 (y al que una publicación británica se refiere como “vástago de la mayor familia diplomática de Gran Bretaña”), alega que el desmembramiento de Siria debería haber ocurrido hace 11 años.
“2013 fue una oportunidad para ayudar a romper (Siria) mucho antes de que Hezbolá y Rusia vinieran a su rescate”, dijo Powell en un podcast el 12 de diciembre. “Y con Assad fuera teníamos una buena oportunidad de instalar un gobierno de poder compartido en Damasco que bien podría haber evitado la expansión oculta de Estado Islámico”. Powell, en sus comentarios sobre 2013, por supuesto, no señaló que los servicios de inteligencia anglo-estadounidenses estaban financiando al Estado Islámico, como lo había reseñado Seymour Hersh en 2007, en su artículo “La Redirección”.en la revista New Yorker.
“La 'redirección', como le llaman algunos dentro de la Casa Blanca a la nueva estrategia, ha acercado a Estados Unidos a una confrontación abierta con Irán... Un subproducto de estas actividades ha sido el refuerzo de los grupos extremistas suníes que abrazan una visión militante del Islam y son hostiles a Estados Unidos y simpatizantes de Al Qaeda... Los actores principales detrás de la reorientación son el vicepresidente Dick Cheney, el asesor adjunto de seguridad nacional Elliott Abrams, el embajador saliente en Iraq (y candidato a embajador en Naciones Unidas) Zalmay Khalilzad, y el príncipe Bandar bin Sultan, asesor de seguridad nacional de Arabia Saudita. Mientras que [Condoleezza] Rice ha estado muy implicada en la configuración de la política pública, funcionarios activos y retirados afirmaron que la parte clandestina ha estado guiada por Cheney. (La oficina de Cheney y la Casa Blanca declinaron hacer comentarios para este artículo; el Pentágono no respondió a consultas específicas pero dijo: ‘Estados Unidos no planea entrar en guerra con Irán’)”.
Lo que oímos cuando hablan los Powell es la voz de la “continuidad del gobierno imperial”. Esa es la forma real en que se ha configurado la política exterior británica, y la mayor parte de la estadounidense, en especial para el sudoeste asiático, desde la década de 1970. Una vez que Zbigniew Brzezinski, de la Comisión Trilateral, puso sus manos en el timón de asesor de seguridad nacional en el gobierno de Jimmy Carter de 1977-81, se puso en práctica el “Plan Bernard Lewis” de la corona británica, rebautizado para los ingenuos paladares estadounidenses como “la política de Brzezinski de la carta del fundamentalismo islámico”. La guerra de Afganistán contra Rusia de 1979; la guerra Irán-Iraq de 1980-1988; la Operación Escudo-Tormenta del Desierto de 1990-91, y todas las demás guerras que siguieron, fueron parte del Gran Juego, lo que el siempre original Brzezinski llamó “El Gran Tablero de Ajedrez”. Todo es guerra contra Rusia, y contra Asia, incluida China.
Pero no estamos en los años setenta, ochenta o noventa, ni a principios del siglo 21. Ahora, China, Rusia, India y muchas otras naciones no son lo que eran entonces. El colonialismo se ha acabado, de una forma u otra. Y mientras el mundo es testigo de la desavenenci pública en el proceso presidencial estadounidense, con la guerra en escalada día a día a pesar de las objeciones del gobierno entrante, la aterradora comprensión de que Estados Unidos claramente no está dirigido por personas cuerdas y que ahora está atacando a la nación de Rusia con misiles de largo alcance, no es para paralizar a nadie. Por el contrario, esa comprensión puede y debe ser utilizada por el pueblo estadounidense para cobrar el valor de actuar para recuperar el gobierno ahora, no el 20 de enero.
El embajador Freeman, que también habló en la Conferencia del Instituto Schiller del 7 y 8 de diciembre, “En el espíritu de Schiller y Beethoven: ¡Todos los hombres volverán a ser hermanos!” y que apoya la iniciativa de diálogo de la fundadora del Instituto Helga Zepp-LaRouche para una Nueva Arquitectura de Seguridad y Desarrollo, muestra lo que todos los estadounidenses pueden elegir hacer, para acudir en ayuda de su país, y del mundo.
Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com