Se intensifica la desestabilización de Bolivia, nuevo socio de los BRICS
18 de diciembre de 2024 (EIRNS) — Durante su intervención en la reunión de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) que se llevó a cabo el 14 de diciembre en Caracas, Venezuela, el Presidente de Bolivia, Luis Arce, advirtió que su gobierno, una nueva nación socia del BRICS, ha sido víctima de una “guerra híbrida” durante gran parte de los cuatro años que lleva en el cargo, pero que se ha intensificado en los últimos meses. Se trata de una guerra que tiene lugar en “muchos frentes diferentes”, dijo, “en lo político, en lo económico, en lo legislativo y en los medios noticiosos”, en la que participa la “derecha, la extrema derecha nacional y extranjera”, así como del ala “evista” (de Evo Morales). Bolivia tampoco es el único país que sufre una guerra económica. Los tiburones financieros del desmoronado mundo unipolar están apuntando a todas las naciones del BRICS para desestabilizarlas, explicó.
Según la Agencia Boliviana de Información (ABI), Arce denunció que el imperio unipolar en decadencia utiliza la guerra, las sanciones y los bloqueos para destruir la soberanía de las naciones e interferir en sus asuntos internos, todo ello mientras que alega estar “a favor de la democracia”. Un mundo multipolar es el antídoto contra esa hipocresía, afirmó.
Mientras el país se prepara para las polémicas elecciones presidenciales del próximo agosto, Arce señaló la guerra financiera contra su gobierno. En la rueda de prensa de esta mañana anunció que no cederá a las exigencias de las agencias internacionales de calificación crediticia y de los banqueros de la City de Londres y Wall Street para que abandone el tipo de cambio fijo que durante años ha vinculado la moneda, el boliviano, al dólar, informó el diario Los Tiempos. Dijo que una devaluación aumentaría los precios internos de los productos nacionales, los alimentos y el combustible, al tiempo que abarataría las exportaciones, lo que perjudicaría enormemente a Bolivia desde el punto de vista financiero.
Nadie discute los verdaderos problemas económicos de Bolivia. Debido a que sus reservas de gas natural se están agotando, ya no exporta gas a los países vecinos, lo que reduce considerablemente los ingresos por exportaciones. Sus reservas de divisas están hoy por debajo de los $2.000 millones de dólares, frente a los $15.000 millones de 2014, y la mayor parte de sus reservas están en realidad en oro. Pero el Gobierno debe utilizar sus escasos dólares para subvencionar el combustible, el gasóleo y los alimentos importados, lo que resulta difícil. Arce está abordando el problema del contrabando de alimentos que cruza las fronteras, en particular hacia Perú, lo que ha provocado escasez y aumento de los precios de los alimentos y ha sembrado el pánico entre la población. El bloqueo de casi un mes de las carreteras nacionales orquestado en octubre por el ex Presidente Evo Morales costó a la economía nacional casi $2.000 millones de dólares y provocó una gran escasez de alimentos y combustible.
Los medios financieros internacionales, las agencias de calificación y el Departamento de Estado de Estados Unidos alegan que los problemas de Bolivia se deben a su “socialismo”, con un enorme sector estatal y demasiadas empresas públicas. El informe del Departamento de Estado “2024 Investment Climate Statements: Bolivia” se queja de que Bolivia claramente no es “favorable a la inversión” y que su modelo económico depende demasiado de la “nacionalización” y la “sustitución de importaciones”. La evidencia de una política económica soberana en nombre de la población de la nación, y no de los bancos, es claramente anatema para las intenciones del Departamento de Estado.
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