¿Declarará Estados Unidos delito cualquier cooperación con China en Panamá?
6 de febrero de 2025 (EIRNS) — El Presidente Trump y su secretario de Estado Marco Rubio dieron un ultimátum a Panamá el lunes: tome más medidas contra China, o aténganse a las consecuencias. Rubio declaró que la “el punto de partido” es que ni China ni sus empresas puedan ejercer un control efectivo de la zona del canal.
El 4 de febrero, R. Evan Ellis, catedrático de Estudios Latinoamericanos de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos, apareció en las páginas de The Diplomat para argumentar que el rompimiento de Panamá con sus contratos con el gigante chino de la logística Hutchison Whampoa, que gestiona los dos puertos en los extremos del Canal de Panamá, no es ni mucho menos suficiente. Es la influencia económica y cultural de China, per se, en Panamá la que amenaza la seguridad del Canal de Panamá, y debe ser erradicada.
Ellis propone que se establezca un organismo internacional, siguiendo el modelo de la “Comisión contra la Corrupción y la Impunidad en Guatemala”, para llevar a cabo una investigación de “los beneficios obtenidos por funcionarios panameños con autoridad para tomar decisiones a través de viajes, conferencias u otros negocios en China... Cuando se descubra corrupción, el gobierno de Panamá debería actuar para imponer sanciones penales e invalidar cualquier contrato resultante”. (La Comisión guatemalteca con sede en la ONU fue una operación conjunta del Departamento de Estado y George Soros contra ese país).
Ellis es un conocido halcón antichino en Washington, DC y en los círculos del Comando Sur de EU. Durante el reinado de Mike Pompeo como secretario de Estado en el primer gobierno de Trump, fue llevado a Planificación de Políticas del Departamento de Estado durante un año para desarrollar estrategias contra China en América Latina. Ahora está apuntando a purgar a la élite y las instituciones panameñas de personas que piensan que tienen derecho a trabajar o participar en intercambios de personas con China.
“La verdadera cuestión es el alcance de la presencia comercial [de China] allí”, escribe. “El compromiso económico de China y el desarrollo de redes de influencia y beneficio personal en Panamá han facilitado posiblemente su uso del país como centro logístico y financiero global para promover su avance comercial en la región... Prácticamente todas las familias más influyentes de Panamá tienen tratos comerciales con empresas con sede en la RPC... Organizaciones chinas han cursado invitaciones a académicos, empresarios, políticos, periodistas y funcionarios panameños para que viajen a China...”.
Esto es intoxicante. “Los esfuerzos de China han creado una preocupante red de relaciones de interés, con el potencial de ser explotada por Pekín para obtener información, favores u otros fines” [como es habitual con las operaciones de Estados Unidos en el mundo], tal vez incluso cerrar el canal o actuar contra EU “en tiempos de conflicto”, alega.
Si eso falla, siempre queda la fuerza bruta. “La intervención militar estadounidense de 1989 para destituir al narcopresidente panameño Manuel Noriega recuerda a los panameños que existen precedentes de la actuación de Estados Unidos cuando percibe que están en juego sus intereses estratégicos fundamentales con relación an la zona del Canal”.
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