7 de febrero de 2025 (EIRNS) — Trump arremetió de lleno contra las Naciones Unidas, no sólo contra algunas de sus agencias, sino también contra la institución en su conjunto. El 4 de febrero, Trump firmó una orden ejecutiva (decreto) en la que anuncia que Estados Unidos le retira el financiamiento a la ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) y a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA, por sus siglas en inglés) en particular y dijo que revisará su pertenencia a la UNESCO. Estados Unidos fue miembro fundador de Naciones Unidas, señala la orden. “Pero algunas de las agencias y organismos de la ONU se han desviado de esta misión y en su lugar actúan en contra de los intereses de Estados Unidos mientras atacan a nuestros aliados y propagan el antisemitismo”.

Además, la orden especifica que Estados Unidos llevará a cabo una revisión de todas las organizaciones internacionales, incluida la ONU, “para determinar qué organizaciones, convenciones y tratados son contrarios a los intereses de Estados Unidos y si tales organizaciones, convenciones o tratados pueden ser reformados”.

Cuando Trump firmó la Orden Ejecutiva el 4 de febrero, dijo a los periodistas: “Siempre he pensado que la ONU tiene un potencial tremendo. Ahora mismo no está a la altura de ese potencial, realmente no lo ha estado durante mucho tiempo... Para ser sincero, no está bien dirigida y no está haciendo su trabajo. Muchos de estos conflictos en los que estamos trabajando deberían estar resueltos, o al menos deberíamos tener alguna ayuda para resolverlos. Parece que nunca recibimos ayuda. Ese debería ser el objetivo principal de la ONU... Tiene un gran potencial y, basándonos en él, seguiremos apoyándola, pero tienen que empezar a actuar como es debido”.

Cuando se le preguntó qué quería decir con “actuar como es debido”, Trump dijo que la ONU debería ser “justa con los países que merecen serlo” y que, en cambio, dan un trato “preferente” a los “países malos”.

Esto se percibirá especialmente en Rusia. Por ejemplo, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, publicó el 4 de febrero una importante declaración política en las ediciones en inglés y ruso de la revista Russia in Global Affairs. Un principio central del artículo de Lavrov es el papel de la ONU, y cómo cualquier rechazo al mismo “conducirá inevitablemente al caos”. Señaló que “si, Dios no lo quiera, alguien intenta reescribirla [la ONU con el pretexto de deshacerse del ‘anticuado’ sistema de Yalta-Potsdam], al mundo no le quedarán valores rectores comunes”.