9 de febrero de 2025 (EIRNS) — Alemania está más libre del CO2, porque se ha “liberado” de su industria. Mientras tanto, lo que queda lo convierte en manufacturas militares.

Las emisiones de CO2 disminuyeron un 3% en Alemania, lo que supone un triunfo hacia la salvación del planeta; lástima que se haya producido a costa de la economía. En diciembre, la producción de la industria manufacturera se contrajo un 2,4% respecto al mes anterior, según la Oficina Federal de Estadística (Destatis). Es el descenso más acusado desde julio. En el conjunto del año, la producción industrial cayó un 4,5% en 2024 con respecto al año anterior. También las exportaciones disminuyeron en 2024, un 1% (en 2023 cayeron 1,2%).

Lo que si ha comenzado bajo el dictado de la OTAN, es la transformación de partes debilitadas de la industria civil en productores de armas; una histórica fábrica de trenes que ayudará a construir tanques como parte de un acuerdo entre el grupo armamentístico franco-alemán KNDS y el fabricante ferroviario francés Alstom.

KNDS completará la adquisición de la fábrica de vagones de tren de Alstom en la ciudad de Görlitz (Sajonia, este de Alemania) en 2027.

Tras reestructurar su maquinaria a partir de 2027, la fábrica fabricará piezas para el carro de combate principal Leopard 2 de Rheinmetall, el vehículo de combate de infantería Puma y el vehículo blindado de combate Boxer. KNDS prometió mantener la mayoría de los 700 puestos de trabajo en Görlitz.

Los productores militares también han empezado a contratar sistemáticamente mano de obra de la alicaída industria automovilística: Por ejemplo, el especialista en radares y sensores Hensoldt de Wetzlar quiere contratar hasta 200 empleados de los proveedores automotrices Continental y Robert Bosch, que están sufriendo una pérdida de pedidos. El proveedor del ejército Rheinmetall acaba de ofrecer a 100 empleados de la deficitaria fábrica de frenos Conti de Gifhorn la oportunidad de trasladarse a una fábrica de municiones.