Trump ataca a Sudáfrica; define su demanda ante la CIJ contra el genocidio como una amenaza a los intereses de EU
9 de febrero de 2025 (EIRNS) — El Presidente Donald Trump firmó una Orden Ejecutiva (decreto) el 7 de febrero, titulada “Sobre las flagrantes acciones de la República de Sudáfrica”, la cual ordena que “Estados Unidos no proporcionará ayuda o asistencia a Sudáfrica” y, al mismo tiempo, “promoverá el reasentamiento de refugiados afrikáners” en Estados Unidos, descritos además como “terratenientes racialmente desfavorecidos”, que son ostensiblemente víctimas de una “retórica de odio”.
¿Cuáles son las dos “prácticas injustas e inmorales” que dan lugar a esta represalia contra esta nación líder del BRICS?
La primera es una objeción a la recientemente promulgada Ley de Expropiación 13 de 2024 de Sudáfrica, promulgada para hacer frente a las desigualdades de larga data en materia de tierras en el país, heredadas de los días del apartheid. Cualesquiera que sean los méritos o inconvenientes de esa ley sudafricana, se trata de una cuestión interna que deben resolver los sudafricanos, y no es asunto de Estados Unidos.
La segunda “práctica injusta e inmoral” citada, es que Sudáfrica presentó la demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que acusó a Israel de estar llevando a cabo un genocidio contra los palestinos en Gaza; la demanda que salvó el honor de la humanidad, y también fue juzgada de tener “mérito”. El decreto de Trump parece plagiado del equipo genocida de Biden-Blinken, toda una muestra de hipocresía piadosa. Alega lo siguiente:
“Sudáfrica ha adoptado posturas agresivas hacia Estados Unidos y sus aliados, como acusar a Israel, no a Hamás, de genocidio en la Corte Internacional de Justicia, y revigorizar sus relaciones con Irán para desarrollar acuerdos comerciales, militares y nucleares”.
“Estados Unidos no puede apoyar que el gobierno de Sudáfrica cometa violaciones de los derechos en su país ni que socave la política exterior de Estados Unidos, lo que supone amenazas para la seguridad nacional de nuestra Nación, nuestros aliados, nuestros socios africanos y nuestros intereses”.
La respuesta del Ministerio de Asuntos Exteriores de Sudáfrica, publicada ayer, es notablemente comedida. Afirma que “la premisa fundamental de esta orden carece de veracidad y no reconoce la profunda y dolorosa historia de colonialismo y apartheid de Sudáfrica. Nos preocupa lo que parece ser una campaña de desinformación y propaganda destinada a tergiversar nuestra gran nación. Es decepcionante observar que tales narrativas parecen haber encontrado favor entre los responsables de la toma de decisiones en Estados Unidos de América”. El ministerio reitera que Sudáfrica busca una solución diplomática a esta disputa, y no hace referencia a la mención del decreto al caso de la CIJ.
El Ministerio de Asuntos Exteriores sí señala que “es irónico que la orden ejecutiva prevea el estatuto de refugiado en Estados Unidos para un grupo de Sudáfrica que sigue estando entre los más privilegiados económicamente, mientras que en Estados Unidos se deporta y deniega el asilo a personas vulnerables de otras partes del mundo a pesar de sus dificultades reales”.
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