11 de febrero de 2025 (EIRNS) — En una entrevista con Christiane Amanpour, corresponsal internacional de CNN, el 5 de febrero, el príncipe Turki Al-Faisal, ex director de la inteligencia saudita y ex embajador en Estados Unidos y Gran Bretaña, no escatimó palabras al calificar la propuesta de Donald Trump del 4 de febrero junto al Primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, de expulsar a toda la población palestina de Gaza, como algo "imposible de digerir". Es una fantasía, dijo, "pensar que la limpieza étnica puede ser condonada por una comunidad mundial que se queda de brazos cruzados y no responde a eso". El problema en Palestina no son los palestinos, afirmó. El problema es la ocupación por parte de Israel, que es algo que todos comprenden.

De ahí que "haya resoluciones de la ONU que exigen un quid pro quo, que exigen tierra por paz", como ha sido el caso desde 1967, "hasta Trump". El príncipe Turki subrayó que la Propuesta de Paz Árabe se basa en estos conceptos. "Todo lo que Israel quería: comercio, normalización a cambio de la creación de un Estado palestino. Esta fue siempre la política de Estados Unidos", afirmó. El príncipe añadió que se alegraba de no estar ya en el gobierno, porque si lo estuviera, no hay forma de que pudiera explicar la política de Trump de "limpieza étnica lunática y de apoyo a la posición de Israel", que sólo conducirá a "más conflicto y derramamiento de sangre".

En una carta abierta escrita a Trump y publicada en el diario The National, con sede en los EAU, el príncipe Turki recordó a Trump que los palestinos "no son inmigrantes ilegales que deban ser deportados a otras tierras. Las tierras son sus tierras y las casas que Israel destruyó son sus casas y las reconstruirán igual que han hecho tras anteriores embestidas israelíes contra ellos".

Cuando Amanpour le preguntó si había alguna postura negociadora que pudieran adoptar las naciones árabes, el príncipe Turki, miembro de la familia real saudita, dijo que una opción sería que todas las naciones árabes, y no sólo los árabes, sino también los musulmanes y algunos europeos, se unieran y acudieran al Consejo de Seguridad de la ONU en busca de una resolución, pero dado el poder de veto de Estados Unidos, no se mostró optimista sobre esto.