11 de febrero de 2025 (EIRNS) — Los rápidos acontecimientos de la historia actual pueden hacernos dudar sobre cómo encajan las piezas. ¿De dónde vienen los acontecimientos? ¿Por qué aparecen como aparecen? ¿Qué une los puntos?

En el Libro VII de su República, compuesto hace más de dos milenios, Platón relata una alegoría que puede ayudarnos en este sentido. Cuenta la historia de una caverna, en la que un grupo de prisioneros está encerrado de tal forma que se ven obligados a mirar hacia una pared, que es lo único que tienen a la vista. Sobre esta pared se proyectan las sombras de los objetos que pasan por delante de una hoguera situada detrás de los prisioneros. Ven las sombras, no los objetos. Y oyen ecos, reflejos de sonidos emitidos realmente detrás de ellos pero que reverberan en la pared. Si esos prisioneros intentaran comprender el mundo basándose en esas sombras distorsionadas, ¿podrían determinar la verdadera situación?

¿Cómo podemos, como personas, elevarnos por encima de nuestros sentidos, como no puede hacerlo ningún animal, para formular hipótesis sobre los principios físicos que dan lugar a los fenómenos? ¿Cómo entramos en el dominio complejo de la causa?

El descubrimiento por Pierre de Fermat del principio del menor tiempo de propagación de la luz (la hipótesis de que, incluso cuando se curva por refracción, la luz sólo se mueve por trayectorias a lo largo de las cuales va de un punto a otro más de rápido que por cualquier otro camino) es un poderoso ejemplo de la diferencia entre tratar de entender al mundo como una serie de puntos individuales y comprenderlo, más bien, como el desenvolvimiento de principios universales. Fermat rechazó las extravagantes analogías físicas de Descartes, que trataba de entender cada cambio en la trayectoria de la luz como un acontecimiento, en favor de una causa única. (Más información al respecto aquí.)

¿Cuáles son los principios en juego en el mundo actual? ¿Cómo su conflicto da lugar a la aparición de lo que parecen ser “puntos” en la línea temporal de la historia, pero que en realidad son singularidades en un proceso continuo?

Veamos algunos ejemplos:

El lunes por la noche, Trump exigió a Hamás que liberara a todos sus rehenes antes del mediodía del sábado 15 de febrero. Además mostró un “acontecimiento” para señalar como justificación de esta aparentemente nueva política: el aspecto demacrado de los israelíes liberados más recientemente, de quienes Trump dijo que parecían “víctimas del Holocausto”. (¿De que´manera se podría asegurar una ignorancia plausible de las deplorables condiciones de miseria y tortura infligidas a los palestinos, tanto en cautiverio israelí como en Gaza en general)? ¡Esta exigencia amenaza el propio plan de alto al fuego que él ayudó a propiciar! (Si Hamás cree que el acuerdo de alto al fuego no se mantendrá, ¿cuál es su incentivo para seguir liberando a sus prisioneros?). ¿Cambió de opinión Trump? El régimen de Israel sigue destruyendo la vida de los palestinos, tanto impidiendo que la ayuda llegue a Gaza como con sus acciones en Cisjordania, siendo el campo de refugiados de Yenín la última víctima. El hecho de que Trump redoble su propuesta de tomar Gaza y expulsar a los palestinos ha obligado a Arabia Saudita a trazar una línea en la arena, rechazando absolutamente a cualquier reconocimiento de Israel en esta circunstancia.

¿Qué une los puntos?

O tomemos el caso de Sudáfrica. La orden ejecutiva de Trump que establece por qué ha puesto fin a la ayuda de Estados Unidos a la nación, apunta a un evento incitador supuestamente (la cuestión de la expropiación de tierras), pero la verdadera cuestión es geopolítica: la orientación de Trump contra el BRICS y su enojo por el caso de Sudáfrica contra Israel en la Corte Internacional de Justicia.

El avance hacia la determinación de lo que conecta los puntos está llegando en forma de las revelaciones sobre las actividades secretas del gobierno estadounidense, como en el caso de USAID. Y se ha dado un paso importante para hacer posible un proceso de descubrimiento de quién (o qué) ha estado decidiendo la política de Estados Unidos: el voto de clausura para poner fin al debate sobre el nombramiento de Tulsi Gabbard como Directora de Inteligencia Nacional ha sido aprobado por 52 votos a favor y 46 en contra, y el Senado votará su confirmación a finales de esta semana.

Si se ayuda a Gabbard a comprender el papel de las élites anglo-estadounidenses en la imposición de políticas antihumanas, y si Kash Patel ocupa su puesto como director del FBI, ¿podrá Estados Unidos salir de 60 años de terror bajo lo que podemos llamar el Buró Internacional de Asesinatos? ¿Logrará Lyndon LaRouche y su enfoque histórico la exoneración?

¿Qué papel positivo podría desempeñar un Estados Unidos así liberado en el nacimiento de una nueva era de la humanidad, un orden post-geopolítico de polifonía, en lugar de hegemonismo? La fundación de Estados Unidos, las políticas económicas que impulsaron su rápido desarrollo, sus contribuciones científicas a la exploración espacial y al núcleo atómico, son atisbos del verdadero Estados Unidos, deseoso de ser liberado para servir como fuerza del bien.

Véan el diálogo de la Coalición Internacional por la Paz de este pasado viernes, centrado en el concepto superior de cooperación del Plan Oasis de LaRouche.