16 de febrero de 2025 (EIRNS) — El Presidente Donald Trump evidentemente piensa que los aranceles y las sanciones pueden romper al grupo de naciones BRICS, y al mismo tiempo poner fin a la guerra de Ucrania. En su discusión sobre comercio con el Primer ministro de India Narendra Modi el 13 de febrero, fijo un objetivo fantástico de $500.000 millones de dólares como meta del comercio entre Estados Unidos e India para el año 2030, ¡cuatriplicar el comercio en cinco ños!, con la intención de reemplazar a Rusia como proveedor de petróleo y gas y de sistemas militares para India. (Evidentemente, el propio Modi dijo “el doble en cinco años” en la reunión del Despacho Oval con Trump, y tanto la cadena de noticias estadounidense CNBC como los medios indios están confundiendo las declaraciones de ambos líderes; pero el comercio entre Estados Unidos e India fue de $128.000 millones de dólares en 2023).

Hay presiones sobre India para que abandone el BRICS, y presiones sobre Rusia para que “llegue a un acuerdo” que ponga fin a la guerra de Ucrania. Pero la diplomacia de “presiones” no tiene muchas posibilidades de éxito.

Trump dijo a los periodistas en el Despacho Oval la noche del 13 de febrero: “El BRICS está muerto desde que hice esa declaración”, refiriéndose a su amenaza de un arancel general del 100% contra las naciones del BRICS por reducir el uso del dólar. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, el mayor producto de exportación de India a Estados Unidos son los productos farmacéuticos, en su mayoría genéricos, cuyo valor varía de año en año y alcanza los $21.000 millones de dólares anuales en su punto más alto. La tasa arancelaria promedio de India es del 17% en el comercio con los países que tienen el estatus de nación más favorecida, incluido Estados Unidos. El promedio arancelario actual de Estados Unidos para los países con el trato de nación más favorecida es del 3,3%.

Así pues, un arancel estadounidense recíproco sobre los productos farmacéuticos procedentes de la India aumentaría probablemente el costo para los estadounidenses de los productos farmacéuticos de las grandes farmacéuticas, que no es precisamente una industria que necesite protección.