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En un nuevo sistema basado en la ley natural, “podemos ser libres juntos”

16 de febrero de 2025 (EIRNS) — Existe la ley natural, no la ley positiva de un orden basado en reglas, sino un orden natural conocible y veraz que se manifiesta en la justicia, la bondad y el progreso universal. La ley natural, cuya comprensión debemos perfeccionar constantemente, constituye la única base verdaderamente exitosa y universal para la organización de los asuntos humanos. Este principio es el que sustenta la afirmación de la ex Ministra de Relaciones Internacionales y Cooperación de Sudáfrica, Naledi Pandor, en su intervención en la reunión de la Coalición Internacional por la Paz del 14 de febrero, de que “juntos podemos ser libres”.

La transgreción de la ley natural es la causa del hecho tan evidente, de que el viejo orden colonial se está desmoronando. La prueba más reciente de ello ha sido el alboroto que se ha formado en torno a la Conferencia de Seguridad de Munich del 14 al 16 de febrero. Los funcionarios europeos no solo se quedaron apopléjicos por el discurso del vicepresidente Vance de Estados Unidos, en el que desafió la flagrante hipocresía de los gobiernos de la Unión Europea (UE), sino que, lo que es más importante, exhibió el finde la política de guerra contra Rusia de la OTAN; esos mismos funcionarios europeos agitaron los puños ante la muy probable perspectiva de una resolución pacífica del conflicto de Ucrania, sin que Europa y la OTAN controlen el resultado. Las conversaciones entre las partes implicadas siguen su curso, y el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, observó con tristeza que si la UE quedaba excluida de la mesa de negociaciones, “este puede resultar ser un momento histórico y crucial para las relaciones transatlánticas, tras el cual corremos el riesgo de tomar caminos diferentes”.

Si bien es absolutamente necesario un camino distinto al de la guerra de la OTAN, y es necesario poner fin al conflicto de Ucrania, eso en sí mismo no traerá la paz. Como señaló Helga Zepp-LaRouche en su discurso de clausura de la reunión de la Coalición Internacional por la Paz (IPC) del 14 de febrero, la solución sólo llegará si podemos superar la enfermedad del pensamiento geopolítico: “Tenemos que acabar con la geopolítica. En mi opinión, la geopolítica es la mayor enfermedad cerebral que se me ocurre. Mientras se piense que se necesita un enemigo, que hay que dividir a la gente en enemigos y amigos, no saldremos de esta trampa. Tenemos que enseñar a la gente a dar el salto de pensar primero en la humanidad antes que en sus intereses nacionales. Si podemos dar ese salto, creo que podremos resolver todos los problemas fácilmente”.

Este pensamiento debe aplicarse urgentemente a la situación del sudoeste asiático. En las próximas semanas está prevista una serie de conferencias y debates, encabezados por Egipto, Arabia Saudita y otros socios regionales, para llegar a una solución para Gaza; en estas y otras reuniones de este tipo deben presentarse para su deliberación conceptos de solución que tengan en cuenta los intereses de todas las partes implicadas y transformen una situación estancada e imposible en otra en la que se ofrezcan vías de avance antes inexistentes. La perspectiva de desarrollo económico del Plan Oasis podría hacer precisamente eso. Si esto ocurriera, Gaza, y el sudoeste de Asia en general, podrían convertirse en el modelo para la formación de una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo para el mundo que tenga en cuenta los intereses de todas las naciones y de toda la gente.

¿Pero puede funcionar? Helga Zepp-LaRouche exhortó a los participantes en la CIP: “Creo que no hay que dejarse amilanar por los problemas del pasado. Creo que estamos en tal cambio tectónico de todo que surgen nuevas aperturas”.

Zepp-LaRouche dijo en su discurso de apertura: “Viendo este panorama... y dado el hecho de que el viejo orden se está desmoronando, aunque el nuevo orden aún no ha tomado forma, creo que es extremadamente urgente que nos movamos con la Coalición Internacional por la Paz y todas las fuerzas relacionadas para tratare de poner sobre el tapete un Nuevo Paradigma. Como ya he dicho muchas veces antes... todos los problemas del mundo sólo podrán abordarse eficazmente si se acuerda una nueva arquitectura mundial de seguridad y desarrollo que tenga en cuenta los intereses de todos y cada uno de los países del planeta, siguiendo la tradición de la Paz de Westfalia”.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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