21 de febrero de 2025 (EIRNS) — En un comunicado especial emitido el 19 de febrero, el Presidente de Ecuador, Daniel Noboa, anunció que pedirá a las "fuerzas especiales internacionales" de "países aliados" que vengan a Ecuador, para apoyar a la Policía Nacional y a las Fuerzas Armadas en la lucha contra los cárteles del narcotráfico que se han apoderado de grandes franjas del país, y que son responsables de una aterradora oleada de violencia. Noboa afirmó que "las mafias y los narcotraficantes operan en redes internacionales, por lo que es necesario actuar en conjunto para combatirlos con mayor eficacia". Aseguró que así mejorará la seguridad de Ecuador.

Esta iniciativa de Noboa, un oligarca neoliberal que ha desmantelado la economía y militarizado el país, plantea cuestiones inquietantes. En primer lugar, se produce en medio de unas elecciones presidenciales, cuya segunda vuelta tiene lugar el 13 de abril. Para disgusto de Noboa, él no ganó la primera vuelta, como había previsto, sino que empató con Luisa González, del movimiento político Revolución Ciudadana. La Revolución Ciudadana fue fundada por el ex Presidente, Rafael Correa, y Luisa está desafiando la agenda militar neoliberal y represiva de Noboa. Los resultados electorales lo desestabilizaron gravemente, y sólo le quedó quejarse de "fraude electoral".

Por cierto ¿A qué "fuerzas aliadas" se refiere Noboa? Un aliado incondicional de Estados Unidos e Israel, ciertamente no llamará a otras naciones de Iberoamérica (en especial a Brasil) con la posible excepción de la Argentina de Javier Milei. ¿Llamaría a Gran Bretaña como "país aliado"?  El peligro aquí es que la designación por parte del gobierno de Trump de los cárteles de la droga como "organizaciones terroristas extranjeras" podría servir como justificación para desplegar fuerzas de Estados Unidos en aquellos países donde operan los cárteles. Esto haría saltar por los aires cualquier base para una política positiva de Estados Unidos hacia la región, en una situación en la que la política de inmigración de Trump ya ha elevado enormemente las tensiones y ha causado dislocaciones económicas, a medida que los migrantes son deportados a sus países de origen, o a "terceros países seguros".

Como antecedente, a finales de enero del 2024, Noboa invitó descaradamente al Comando Sur de Estados Unidos, entonces dirigido por la general Laura Richardson, a firmar un acuerdo de cinco años que permite el ingreso de fuerzas del Comando Sur al país, dizque para ayudar a combatir el crimen organizado y los carteles de la droga, y para brindar cooperación entre militares, entre muchos otros privilegios. En septiembre del 2023, el entonces Presidente Guillermo Lasso, banquero neoliberal, firmó acuerdos para establecer una cooperación militar que burlaba la prohibición constitucional de que Ecuador permita la presencia de tropas o bases extranjeras en suelo nacional.

Aunque la Asamblea Nacional y la Corte Constitucional de Ecuador tendrán voz y voto en cualquier acuerdo que Noboa pueda ofrecer a las fuerzas extranjeras, hay muy pocas dudas sobre la dirección que Noboa pretende dar al país.