Reducir la “relación especial” entre EU y el Reino Unido para dejar espacio a mejores objetivos
23 de febrero de 2025 (EIRNS) — El gobierno de Trump está cambiando rápidamente el ambiente que rodea la guerra de la OTAN contra Rusia que se está llevando a cabo en Ucrania. Algunos parlamentarios de la Unión Europea (UE) han dicho que se les dijo que las tropas de Estados Unidos en Europa se retirarían en tres semanas. Los parlamentarios ucranianos han informado que se ha cortado el suministro de armas de Estados Unidos. Algunos dirigentes de la UE se comportan como adultos, como el Primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, que ha pedido que el conflicto concluya antes del 80º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, mientras que otros exigen un popurrí de gastos militares, adquisiciones de armas nucleares y alianzas para evitar que estalle la paz.
En este ambiente, cada vez es más claro dónde tiene su sede el partido de la guerra, donde se ubican sus representantes, formales o no. Los gritos más estridentes proceden de Londres, de los centros de planificación y círculos dizque “intelectuales” que han dado al mundo muchas de sus mayores calamidades. Por ejemplo, el diario The Telegraph de Londres exige que para defender Europa supuestamente, Gran Bretaña debe reconstruir su arsenal nuclear táctico. La normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia es similar al pacto de no agresión entre los nazis y la Unión Soviética, alega el portavoz británico Ambrose Evans-Pritchard. Hay que invertir 250.000 millones de euros adicionales para derrotar a Rusia, truenan los centros de planificación. De lo contrario, dicen, “Rusia podría tener la fuerza militar para atacar a los Estados de la UE en los próximos tres a diez años. Tenemos que clasificar esto como un peligro real”, chillan a moco tendido.
Estas demandas exageradas se derivan del reconocimiento de que la marea ha cambiado, al menos en el caso de Ucrania. El gobierno estadounidense ya no está dispuesto a enviar armas, material y fondos al agujero negro del tráfico de armas y el blanqueo de dinero en Ucrania. No puede haber en este conflicto el objetivo de “derrotar” a Rusia, algo que ni los nazis ni Napoleón fueron capaces de lograr, como le gusta señalar al Presidente Trump. El secretario de Estado Marco Rubio anunció que Estados Unidos presentará una resolución sobre la resolución pacífica del conflicto en Ucrania ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Un acontecimiento en el ámbito de la privacidad de las comunicaciones pone de manifiesto la divergencia entre los intereses imperiales del Reino Unido y los de Estados Unidos:
El senador estadounidense Ron Wyden y el congresista Andy Biggs han hecho una petición bicameral y bipartidista a la Directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, para que se oponga a las exigencias del Reino Unido para que la empresa tecnológica estadounidense Apple descifre todos los datos almacenados por sus usuarios en todo el mundo y los ponga a disposición de las autoridades británicas. Esta escandalosa extralimitación demuestra la desesperación de la casta política dominante en Gran Bretaña. Tras la petición del Reino Unido, Apple ha decidido dejar de ofrecer su cifrado avanzado en el Reino Unido, en lugar de degradar su seguridad en todo el mundo.
Washington recibirá la próxima semana la visita del Primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, una persona que en el año 2025 disfruta de su derecho a ser llamado “sir”. Esto presenta una oportunidad útil para recordar a Estados Unidos sus orígenes revolucionarios en la primera guerra anticolonial que tuvo éxito: la Revolución Americana.
Los grandes conflictos y conflictos potenciales del mundo actual: La OTAN contra Rusia, “Occidente” contra China, la destrucción de Palestina por Israe, parecen aún más insignificantes cuando se consideran los intereses compartidos y los peligros comunes de la humanidad.
Los recientes cálculos que muestran que un asteroide podría impactar contra la Tierra en 2032, destruyendo cualquier área metropolitana que pueda impactar, deberían despertarnos a la necesidad de cooperación internacional en una Defensa Estratégica de la Tierra: un esfuerzo global para detectar y desviar las amenazantes rocas espaciales, al tiempo que se ofrecen enormes beneficios económicos a través de los avances científicos necesarios para lograr esa misión, sobre todo la fusión nuclear.
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