24 de febrero de 2025 (EIRNS) — Joe Lauria, jefe de redacción del portal informativo Consortium News, publicó un útil artículo cuyo título es una simple verdad: “Yes, Ukraine Started the War” (Sí, Ucrania empezó la guerra).

Lauria hace primero un repaso de los informes de la prensa estadounidense y británica que repiten la mentira sobre la invasión “no provocada” de Rusia a Ucrania, y luego Occidente apresurándose a unirse a la guerra. Y añade: “En este caso los hechos demuestran que Trump tiene razón”.

Luego Lauria ofrece un relato detallado del inicio de la guerra en 2014, financiada y patrocinada por Estados Unidos, con ayuda de redes neonazis en Ucrania. Destaca el papel que jugaron John McCain y Victoria Nuland en los golpes de Maidan con sus amigos nazis.

Con un tono de ironía pero con escalofriante realidad, escribe:

“Piensen en un campamento de manifestantes en Lafayette Park, algunos de los cuales son violentos. Piden la expulsión del Presidente estadounidense de la Casa Blanca, situada al otro lado de la calle. Dos altos legisladores rusos aparecen entonces en el parque. Aparecen con los líderes de la protesta y se dirigen a la multitud, animándoles, diciéndoles que Rusia está con ellos. A continuación, el viceministro ruso de Asuntos Exteriores encargado de los asuntos norteamericanos aparece en el parque Lafayette repartiendo comida a los manifestantes acampados. Más tarde, el ministro es sorprendido en una línea telefónica abierta discutiendo con el embajador ruso en Estados Unidos la composición del nuevo gobierno norteamericano una vez derrocado el presidente. Este ministro también había dado un discurso en el que afirmaba que Rusia había gastado 5.000 millones de dólares para llevar la democracia a Estados Unidos. El presidente estadounidense elegido es derrocado violentamente y huye del país. Rusia instala el gobierno que ha seleccionado. California rechaza el régimen instalado por Rusia y dice que se separa de Estados Unidos. El nuevo gobierno golpista lanza entonces una guerra contra California”.

En conclusión, Lauría pregunta: ¿Cómo responderían los estadounidenses?