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El DOGE esquiva el verdadero problema: ¿Qué pasa con el continuo rescate de los contribuyentes a los bancos en quiebra de Wall Street y la City de Londres?

27 de febrero de 2025 (EIRNS) — En medio de mucho bombo mediático sobre el cuento de que Elon Musk lleva una motosierra para cortar todo el despilfarro del gasto público, el hecho es que el enfoque del mentado “Departamento de Eficiencia Gubernamental” (DOGE, por sus siglas en inglés) es en gran medida un encubrimiento de la verdadera corrupción y el despilfarro en el gasto público, mientras que sienta las bases para los próximos recortes mortales en derechos como Medicaid. Quizás las operaciones de Musk deberían rebautizarse como "DODGE", que en inglés quiere decir “soslayar”.

El último informe del DOGE sobre su “muro de recibos” es que han recortado $65.000 millones de dólares en gastos superfluos, aunque es cuestionable, dados los errores administrativos y la doble contabilidad. En cualquier caso, no dejemos que los árboles nos oculten el bosque:

El gasto total del gobierno federal en el año fiscal 2024 fue de $6,9 billones de dólares, según la Oficina Presupuestaria del Congreso.

¿Qué hay de los $872.000 millones de dólares (el 13% del total) que se destinaron al presupuesto de defensa para mantener las guerras de agresión en todo el mundo, mientras se daban miles de millones a los mayores contratistas militares (Lockheed-Martin, Northrop-Grumman, etc.), que a su vez están controlados por las mayores empresas de gestión de activos del mundo (BlackRock, Vanguard, etc.)?

Y qué decir de los $897.000 millones de dólares (otro 13% del total) que se destinaron a pagar los intereses de la deuda pública que se dispara, a medida que crecen los déficits anuales. La única forma competente de eliminar los déficits presupuestarios anuales es utilizar el crédito dirigido para lanzar un auge industrial y científico, que recaudaría ingresos fiscales de una fuerza laboral cada vez más próspera y de sus empleadores. (Esa es también la solución obvia, y única, a la llamada “crisis” del Fondo Fiduciario de la Seguridad Social).

¿Qué hay de los abrumadores 16 a 17 billones de dólares en préstamos de rescate concedidos a los bancos por la Reserva Federal durante la crisis de 2008, y renovados muchas veces desde entonces? ¿Qué pasa con el hecho de que unos 5 billones de dólares se destinaron a bancos extranjeros?

¿Y qué hay de los más de $150.000 millones de dólares repartidos en 2023 en rescates por la Corporación Federal de Seguros a los Depósitos (FDIC) y las líneas de canje de la Reserva Federal para cinco bancos en quiebra, todos obviamente corrompidos por el negocio de las criptomonedas (Silvergate, Silicon Valley, Signature, First Republic y Credit Suisse)?

Tal vez sea hora de volver a poner sobre la mesa las Cuatro Leyes de Lyndon LaRouche, empezando por el retorno a la Ley Glass-Steagall de 1933. El talento para el espectáculo no es lo mismo que la competencia económica.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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