Gran Bretaña intenta mantener su “relación especial” con EU. ¡No se lo permitas!
28 de febrero de 2025 (EIRNS) — El Primer ministro británico hizo todo lo posible para convencer al Presidente de Estados Unidos de que se comprometiera con posiciones que prácticamente garantizarían o bien la continuación del actual conflicto de la OTAN con Rusia que se desarrolla en Ucrania, o bien la colocación de una mecha en la región para que se encienda a voluntad en el futuro.
Esperaba convencer al Presidente Trump de que ofreciera garantías de seguridad estadounidenses a Ucrania, de que se comprometiera a apoyar una fuerza europea de “mantenimiento de la paz” cuyo establecimiento ya ha sido rechazado repetidamente por Rusia, y de que exigiera más a Putin en las negociaciones.
“Sir” Keir Starmer trajo consigo una carta del “rey” Carlos, habitante de un castillo, invitando al Presidente Trump a una segunda visita de Estado al Reino Unido, supuestamente el único mandatario electo que ha sido dos veces “honrado” de esta manera en los tiempos modernos. Realmente están haciendo todo lo posible para mantener la “relación especial” del poderío estadounidense y el cerebro británico, según los británicos.
En su conferencia de prensa conjunta, Starmer apoyó de boca para afuera los esfuerzos de Trump por lograr la paz, aunque dijo que la única forma de que la paz dure (o sea, de que se desate de nuevo la guerra) es que haya soldados en el terreno. El Reino Unido está tratando de ganarse la gracia de Trump con el anuncio de que está destinando más dinero que nunca a Ucrania y al gasto general en defensa.
Activistas de la Organización LaRouche dieron la bienvenida a Starmer haciendo circular en Washington un llamamid a poner fin a la relación especial entre Estados Unidos y Gran Bretaña.
Trump se mantuvo firme en su convicción de que Ucrania no entraría, ni debería entrar, en la OTAN. “Simplemente no va a ocurrir”, dijo en una comparecencia ante la prensa junto a Starmer, como ya había hecho el día anterior en una reunión de gabinete.
Los diplomáticos rusos han señalado el efecto malsano de la influencia británica en la política estadounidense. “Londres siempre está mucho más cómodo cuando hay un muro de incomprensión entre la Federación Rusa y Estados Unidos”, dijo un embajador ruso. “Los europeos, principalmente Francia, así como los británicos, intentan ahora... avivar aún más el conflicto, suprimiendo cualquier intento de calmarlo”, declaró el ministro de Asuntos Exteriores Serguéi Lavrov.
Mientras tanto, las delegaciones estadounidense y rusa se reunieron en Estambul para avanzar en el proceso de normalización de las relaciones diplomáticas.
Sobre las posibilidades de paz en el otro gran punto caliente actual del mundo, el sudoeste asiático, el reciente discurso de uno de los negociadores israelíes de los Acuerdos de Oslo de 1993 muestra una perspicacia esencial. A la pregunta de cómo es posible la paz si la mayoría de israelíes y palestinos piensan que nunca podrá producirse, Yossi Beilin dijo que es una cuestión de liderazgo. Antes de los Acuerdos de Oslo, dijo, nadie creía siquiera en hablar con los palestinos, pero gracias a un hombre, el entonces Primer ministro Yitzhak Rabin, esto ocurrió, y luego fue apoyado por el gobierno y la mayoría de la población.
Por lo protno Israel se niega a retirarse del corredor Philadelphi que separa Gaza de Egipto (como también se ha negado a retirarse de lugares en Cisjordania, Líbano y Siria). Y el congresista estadounidense Brian Mast ha dado instrucciones al personal de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes para que se refieran a Cisjordania palestina como “Judea y Samaria”, como la denominan los sionistas.
En un acontecimiento más positivo en la región en general, el líder del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) en Turquía ha pedido a los miembros del grupo que depongan las armas y aborden su activismo a través de la democracia y la sociedad. Esto abre la posibilidad de que el gobierno llegue a un acuerdo con los kurdos en Turquía y en Siria.
Por último, dejemos que Namibia y Marruecos señalen el tipo de luchas en las que la humanidad debería estar realmente comprometida: reverdecer los desiertos según el enfoque del Plan Oasis de LaRouche, eliminar el subdesarrollo y desviar los asteroides que amenazan al planeta.
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