Los cambios tectónicos abren la puerta a una nueva arquitectura mundial de seguridad y desarrollo
1º de marzo de 2025 (EIRNS) — El Presidente Donald Trump ordenó el viernes a Volodímir Zelenski que abandonara la Casa Blanca sin firmar el tan publicitado acuerdo sobre minerales entre ambos países, después de que tuvieron un acalorado intercambio ante las cámaras de los medios noticiosos en el que Zelenski desafió agresivamente los esfuerzos de Trump por negociar la paz con el Presidente Vladimir Putin. “Usted está apostando con la vida de millones de personas, está apostando a la Tercera Guerra Mundial”, respondió Trump enérgicamente.
La prolongada y acalorada disputa, en la que también participó el vicepresidente J.D. Vance, se hizo viral de inmediato, y la Casa Blanca puso de su parte para dar a conocer el incidente al mundo.
La rueda de prensa conjunta de Trump y Zelenski prevista para las 13:00 horas del viernes en la Casa Blanca fue cancelada sumariamente, y en su lugar Trump publicó en su sitio X: “He determinado que el Presidente Zelenski no está listo para la Paz si Estados Unidos está involucrado, porque siente que nuestra participación le da una gran ventaja en las negociaciones. No quiero ventaja, quiero PAZ. Ha faltado al respeto a Estados Unidos de América en su preciado Despacho Oval. Puede volver cuando esté listo para la Paz”.
Mientras se desarrollaban estos dramáticos acontecimientos, Helga Zepp-LaRouche hablaba en la 91ª reunión semanal de la Coalición Internacional por la Paz, en la que subrayó que “estamos viviendo un cambio sin precedentes en la situación estratégica, y de hecho se puede decir que se están produciendo movimientos tectónicos que dejan a algunas personas completamente atónitas y no acaban de entender lo que está sucediendo. Lo que sí se puede decir es que el llamado ‘Occidente colectivo’, que intentó dominar al mundo mediante un orden mundial unipolar, especialmente tras el final de la Guerra Fría, ya no existe. Con poco más de cuatro semanas de Trump en la Casa Blanca, hay una ruptura entre Estados Unidos y Europa que es bastante notable; y en mi opinión, nunca más se arreglará”.
Londres y París están fanfarroneando sobre intervenir para proporcionar seguridad militar a Ucrania para continuar la guerra de la OTAN contra Rusia, pero confiesan que necesitan que Estados Unidos “respalde” cualquier acuerdo de este tipo, o no funcionará. El desfile de mandatarios europeos que acudieron a Washington DC esta semana para promover esa opción recibieron sendos “No”: El Presidente Macron de Francia; la representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Kallas; el Primer ministro británico, Starmer; y, por último, el más contundente, Zelenski, de Ucrania.
Las relaciones ruso-estadounidenses, por otra parte, avanzan lentamente en la dirección correcta: hacia la paz y la cooperación. Putin expuso sus ideas en una reunión de la plana mayor del Servicio Federal de Seguridad (FSB, por sus siglas en ruso) el 27 de febrero:
“Ustedes ven, y todos nosotros vemos, con qué rapidez están cambiando el mundo y la situación internacional. A este respecto, me gustaría señalar que los primeros contactos con el nuevo gobierno estadounidense inspiran ciertas esperanzas. Existe un compromiso recíproco de trabajar para restablecer las relaciones entre los Estados y abordar gradualmente la enorme cantidad de problemas sistémicos y estratégicos de la arquitectura mundial que en su momento provocaron las crisis de Ucrania y otras regiones”.
Putin añadió que ahora es posible mantener “un diálogo sobre la creación de un sistema que garantice realmente el equilibrio y la consideración mutua de los intereses, un sistema de seguridad europeo y mundial indivisible a largo plazo, en el que la seguridad de algunos países no pueda garantizarse a expensas o en detrimento de la seguridad de otros países, y en ningún caso de Rusia”.
Zepp-LaRouche tomó especial nota de esas declaraciones de Putin en su intervención en la CIP; explicó que ese llamado en favor de un sistema de seguridad mundial “está muy en consonancia con lo que hemos estado impulsando, aunque con un lenguaje ligeramente diferente, en el Instituto Schiller y en la CIP desde el estallido de la guerra de Ucrania: a saber, la necesidad de contar con una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo. Así que, si a partir de las conversaciones rusas con Estados Unidos, Putin habla ahora de la posibilidad de una arquitectura global de este tipo, creo que se trata de un cambio importante para bien y abre la ventana para la resolución de todos los demás conflictos en todo el mundo, especialmente, esperemos, también el de Oriente Medio”.
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