2 de marzo de 2025 (EIRNS) — Desde el 14 de febrero, cuando le explotó la estafa de la criptomoneda $LIBRA en la cara y envolvió a su gobierno en un escándalo internacional, el Presidente de Argentina Javier Milei ha mostrado cada vez más signos de inestabilidad mental, mientras intenta desesperadamente distraer la atención de los argentinos de la magnitud de lo que ha hecho. En la noche del 14 de febrero, envió un mensaje en las redes sociales promocionando la criptomoneda $LIBRA, cuyo precio subió rápidamente antes de desplomarse, causando pérdidas de $250 millones de dólares a los inversionistas, pero los que se retiraron antes obtuvieron enormes ganancias. Lejos de ser un espectador inocente como él alega, Milei participó en la estafa desde el principio, desde mediados de 2024 si no antes, al igual que su hermana Karina, secretaria general de la Presidencia.

También ha salido a la luz el papel en esta estafa de un sórdido grupo de expertos en criptomonedas, tanto estadounidenses como argentinos, en un extenso artículo del diario New York Times publicado a última hora del 28 de febrero que ha conmocionado al país por su riqueza de detalles. Entre otras cosas, reveló que la participación de Milei en proyectos fallidos de criptomonedas se remonta a 2022; que estuvieron involucradas enormes sumas de dinero en la venta de acceso a Milei a mediados de 2024, y que se confirmó que su hermana Karina aceptó sobornos de inversionistas internacionales para “vender” acceso a su hermano. Todo ello mientras los argentinos sufren los estragos del feroz programa de austeridad de Milei, que ha desmantelado al Estado, ha dejado sin empleo a 45.000 trabajadores estatales, ha recortado las pensiones de los jubilados y ha aumentado la tasa de pobreza hasta el 53,9%.

Aunque su entorno íntimo se ha apresurado a proteger al Presidente, alegando que es víctima de mentiras, no han podido protegerlo de las ramificaciones del escándalo, como el hecho de que el bufete de abogados Moyano, de Buenos Aires, ha abierto causas penales contra él en el Departamento de Justicia de Estados Unidos, el FBI y la Comisión del Mercado de Valores (SEC, por sus siglas en inglés). Milei hizo una breve escapada a Washington del 20 al 22 de febrero, para reunirse con Elon Musk, con funcionarios del FMI y del Banco Mundial, y brevemente con el Presidente Donald Trump el 22 de febrero, durante la sesión de clausura de la conferencia del Comité de Acción Política Conservadora (CPAC) en Baltimore. Trató de aprovechar las pocas palabras que tuvo con Trump para afirmar que Estados Unidos le apoyará para conseguir un nuevo gran préstamo del FMI, pero que no hay garantías de ello dado el estado cada vez más precario de la economía.

En otro intento desesperado por desviar la atención de su problema, Milei utilizó el trágico asesinato de una joven el 27 de febrero en la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, para acusar al popular gobernador peronista Axel Kicillof de supervisar un “baño de sangre” y una ola de crímenes en la provincia y le exigió que dimitiera. Llegó incluso a amenazar con una intervención del gobierno federal en el gobierno provincial. La provincia de Buenos Aires es la más grande, la más industrializada y la más poblada del país, con 17,6 millones de habitantes de los 47 millones que tiene Argentina. La propuesta de Milei era tan escandalosa y autoritaria que ni siquiera sus partidarios más acérrimos le apoyaron. Anoche estaba previsto que se dirijiera a la nación para la apertura oficial del periodo ordinario de sesiones del Congreso, y se esperaba que el salón de la Cámara de Diputados estuviese semivacío, ya que muchos legisladores, gobernadores, alcaldes y otros funcionarios anunciaron que no asistirían.