7 de marzo de 2025 (EIRNS) — El remolino de acontecimientos continúa a una velocidad vertiginosa, mientras que el derramamiento de sangre, la pobreza y la agitación económica continúan innecesariamente. Por ejemplo, ayer se realizó en Bruselas la tercera cumbre de emergencia (corriendo como de gallinas sin cabeza) del Consejo Europeo, sobre el tema de armar a Ucrania contra Rusia, con la presencia de los mandatarios de 27 naciones de la Unión Europea que no se pusieron de acuerdo sobre la financiamiento y el compromiso con la guerra indefinida. El principal resultado fue fijar la fecha de la cuarta cumbre de este tipo, los días 20 y 21 de marzo. Por otra parte, el Presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que suspende (por segunda vez) los aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá, hasta el 2 de abril. Y así sucesivamente.

Helga Zepp-LaRouche, fundadora y dirigente del Instituto Schiller, aconsejó a mediados de semana que debemos mirar la “totalidad” de los muchos acontecimientos que están teniendo lugar. Es desde este punto de vista más elevado, en lugar de adoptar posturas a favor y en contra sobre el enjambre de cuestiones polémicas, desde el que podemos comprender lo que está ocurriendo de forma que podamos intervenir para propiciar el nuevo paradigma necesario. Necesitamos una nueva arquitectura económica y de seguridad que beneficie a todos, como se prevé en la actividad de provecho mutuo que está en marcha entre las principales naciones de la Mayoría Global.

Zepp-LaRouche señaló tres rasgos sobresalientes de la totalidad de la dinámica mundial actual. Fíjense en las dos respuestas demenciales al resquebrajamiento del sistema financiero de libre comercio occidental basado en el casino: En primer lugar, el “síndrome BlackRock”, de creciente control globalista sobre todos los sectores económicos, industria, agricultura, producción militar y todo lo demás, y en especial de la logística, como se ve en la reciente adquisición por BlackRock de participaciones mayoritarias en más de 40 de los principales puertos de todo el mundo. La marcha de BlackRock es la fase terminal del intento de la City de Londres y Wall Street por apoderarse de lo que queda de las economías occidentales y de otros países.

En segundo lugar, está la fiebre de los zánganos por las criptomonedas, centrada en Estados Unidos, que no sólo es una estafa de dinero falso, sino que está subvirtiendo el valor y la soberanía de la propia moneda estadounidense.

En tercer lugar, observemos la locura de la militarización en Europa. Ayer la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen hizo redoblar el tambor de su plan de rearme de $862.000 millones de dólares, con un desquiciado discurso sobre cómo las naciones de toda Europa pueden y deben conseguir estos fondos, y los planes psicóticos de cómo pueden convertir lo que queda de sus capacidades productivas en producción de armas. Al diablo con sus economías, parece decir. El 11 de marzo se reunirán los miembros del Parlamento Europeo para evaluar la cumbre de hoy y elaborar un programa sobre el futuro de la defensa europea, que se publicará a mediados de marzo; el voto del parlamento europeo está previsto para el 12 de marzo.

Sí, está bien rechazar la marcha de-BlackRock, las criptolocuras y la militarización lunática, pero eso no basta. La dirección hacia una solución de paz y progreso económico consiste en comprender los principios económicos físicos del desarrollo de la economía y de la paz, e intervenir para conseguirlo. El Instituto Schiller publicó un informe internacional sobre esta perspectiva a finales de 2024: “Miles de millones de empleos productivos para detener la emigración forzosa y la guerra”.

Actualmente, la movilización por el “Plan Oasis” es la principal lucha por el desarrollo mundial, centrada en Gaza, pero que se extiende desde el norte de África hasta el oeste de la India.

Durante el fin de semana del 24 y 25 de mayo, que se conmemora en Estados Unidos el Día de los Caídos, se llevará a cabo la conferencia internacional del Instituto Schiller en el área metropolitana de Nueva York, que retomará la necesaria discusión sobre los principios de la construcción d enaciones y la cultura de la belleza y la productividad. Ya está abierto el plazo de inscripción para el evento titulado “¡Una hermosa visión para la humanidad en tiempos de grandes turbulencias!”.

Se abren grandes oportunidades para posibles avances positivos, dados los cambios sísmicos que se están produciendo en la dinámica mundial, especialmente el resquebrajamiento de la perversa “relación especial” entre Gran Bretaña y Estados Unidos.

Hay varios acontecimientos de última hora dignos de mención. Entre ellos, que la CIA no sólo ha suspendido el suministro a Ucrania de información sobre objetivos y otros tipos de inteligencia militar, sino que también ha ordenado al Reino Unido que deje de compartir cualquier tipo de inteligencia estadounidense con Ucrania.

En cuanto a las conversaciones sobre Ucrania, los últimos informes indican que las delegaciones de Washington y Kiev se reunirán el 11 de marzo en Arabia Saudita. En el lado opuesto, el delas maniobras suicidas contra una resolución de la crisis ucraniana, el Presidente francés Emmanuel Macron pronunció anoche un discurso nacional dirigido a escalar los conflictos, en el que salió con la locura de que se abra una discusión sobre la extensión del escudo nuclear de Francia sobre toda Europa para “protegerse” de Rusia. Ayer, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, le recomendó a Macron que tenga en cuenta las lecciones de Napoleón y Hitler.

Corre la voz e inscríbete para la conferencia del Instituto Schiller del 24 y 25 de mayo. Estudia la invitación a la conferencia, en la que se señala: “Si el Presidente Trump lograra no solo poner fin a la guerra de Ucrania, sino también prohibir permanentemente el uso de armas nucleares que amenazan a la especie, por medio de un proceso de cooperación y diálogo con Rusia y China, merecerá un lugar en el Monte Rushmore. Esto significaría nada menos que sustituir la práctica de la confrontación geopolítica contra los Estados del BRICS y el Sur Global por la cooperación en beneficio mutuo de todos”.