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No bastan las buenas intenciones para evitar la guerra; es necesario el verdadero arte de gobernar

13 de marzo de 2025 (EIRNS) — La reunión del 11 de marzo en Yeda, Arabia Saudita, entre representantes ucranianos y estadounidenses, en la que se acordó un alto al fuego de 30 días, es ahora el centro de la atención del mundo. Pero ¿quién está haciendo el viraje realmente? Ahora abundan los informes de que, tras el acuerdo del martes, “ahora le toca responder a Rusia”. El ex primer ministro británico y notorio fanático contrario a la paz Boris Johnson dijo el 12 de marzo: “Los ucranianos han demostrado que pueden hacer la paz. Ahora le toca al Kremlin firmar el plan de Trump o atenerse a las consecuencias. Si Putin se niega, sabremos que no se toma en serio la paz y que nunca se la ha tomado”.

En los últimos dos días, muchos de los peores halcones de la guerra en la región del transatlántico repitieron este tema, e insistieron obsesivamente en que Putin está ahora acorralado y debe aceptar la propuesta de alto al fuego dictada a Moscú. Luego del enorme ataque ucraniano con drones del lunes por la noche, que Rusia calificó de atentado terrorista y que prometió tomar represalias, así como la histórica victoria aplastante de Rusia en Kursk, que ha eliminado los únicos logros de Ucrania en el campo de batalla en años, esto parece improbable en el mejor de los casos. La visita del Presidente Putin a las zonas recién liberadas de Kursk el miércoles, vestido en uniforme militar, es un claro mensaje en este sentido.

El enviado del Presidente Trump para Oriente Próximo, Steve Witkoff, está ahora de camino a Moscú para reunirse con Putin, seguramente para tratar este tema. Mientras tanto, el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, habría hablado el miércoles con su homólogo en Rusia sobre la propuesta. Waltz también confirmó que Estados Unidos ha reanudado la ayuda militar y de inteligencia a Ucrania tras el acuerdo de Ucrania con la propuesta.

Este auténtico tornado de actividad basta para confundir a cualquiera. Pero ¿qué sabemos realmente sobre la situación y su contexto? La intención declarada del gobierno de Trump de normalizar las relaciones con Rusia ha asustado a los defensores del actual orden unipolar, que llevan años tratando de mantener divididas a las grandes potencias del mundo. Como resultado, han entrado en plena movilización para descarrilar los esfuerzos de Trump. Como informó la BBC de Londres el 12 de marzo: “en la última semana ha habido un esfuerzo europeo concertado, dirigido por sir Keir Starmer, para volver a poner a Estados Unidos y Ucrania en buenos términos”, y para “asegurarse de que ahora es Rusia la que está en el centro de la atención”. Independientemente de si esto jugó un papel en la propuesta de alto al fuego de Yeda, se puede estar seguro de que los británicos están metidos de lleno en una manipulación en grande con el fin de mantenerse en el asiento del copiloto, con al menos una mano en el volante.

¿Comprende Donald Trump, cuyas acciones son a menudo contraproducentes y contradictorias, estas cuestiones? ¿Son suficientes sus buenas intenciones para sortear la carrera de obstáculos que parece habérsele preparado en Ucrania? No lo sabemos. Pero debemos entenderlas, y actuar en consecuencia para dar forma a una presidencia que ha demostrado claramente que tiene el potencial para derribar los viejos axiomas de este sistema fallido.

Por suerte para la humanidad, algunos sí poseen una comprensión estratégica de esta situación. Como señaló el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia en un informe publicado el 10 de marzo, los británicos ven el diálogo entre Estados Unidos y Rusia como una “amenaza para sus intereses” que, si no lo sabotean, “conducirá al fracaso de la estrategia británica de ‘contener’ a Moscú”. Y concluye: “Como vemos, Londres actúa hoy, al igual que en vísperas de las dos guerras mundiales del siglo pasado, como el principal 'instigador' del conflicto global... Es hora de desenmascararlos y enviar un mensaje claro a la traicionera Albión y a sus élites: no van a tener éxito”.

Otra voz de la razón hoy es la del movimiento LaRouche, y su rigurosa definición de qué axiomas pueden sustituir con éxito a los axiomas de este sistema moribundo. Como dijo Helga Zepp-LaRouche en su diálogo semanal por internet: “La única manera de poner orden en esta situación que evoluciona tan rápidamente... es pasar a un Paradigma completamente Nuevo: A saber, la idea de que tiene que haber una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo que aborde todos estos problemas a la vez, creando un nuevo sistema en el que se tomen en cuenta los intereses de todo el mundo. Y el mejor ejemplo de esto, obviamente, es la Paz de Westfalia de 1648..., donde las partes en guerra acordaron primero los principios, y luego procedieron a concretar los detalles. Y creo que un enfoque así es absolutamente lo que se necesita hoy”.

La precipitación de Europa en una obsesión bélica presenta un peligro inmediato para el mundo entero, que debe abordarse si se quiere resolver esta situación. La declaración del Instituto Schiller, “En lugar de rearmarnos para la Gran Guerra, ¡necesitamos crear una Arquitectura de Seguridad Global!” es la punta de lanza en este sentido, y debe difundirse y respaldarse ampliamente.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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