Que la paz con Rusia sea sólo el principio
15 de marzo de 2025 (EIRNS) — Todos los ojos están puestos ahora en la posibilidad de poner fin a la guerra en Ucrania. Para quienes quieren evitar una guerra mundial nuclear, es una perspectiva esperanzadora; para quienes en Londres y otros lugares no lo desean, hay un gran crujir de dientes. El enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, regresó a Washington el viernes 14 de marzo, tras una reunión nocturna el jueves en Moscú con el Presidente Vladimir Putin, en la que ambos discutieron la propuesta de alto al fuego presentada por Estados Unidos y Ucrania. Trump informó el viernes por la mañana que fue una “conversación muy buena y productiva... y hay muchas posibilidades de que esta horrible y sangrienta guerra pueda por fin llegar a su fin”. El secretario de Estado de EU, Marco Rubio, se hizo eco del sentimiento, y dijo que “examinaremos la posición rusa más de cerca y decidiremos, el Presidente decidirá entonces cuáles son los pasos siguientes... Baste decir que creo que hay motivos para ser cautelosamente optimistas”.
Aunque cualquier persona que no esté mal de la cabeza acoge con satisfacción la perspectiva de paz y buenas relaciones entre las dos mayores potencias nucleares del mundo, no todos están tan cualificados. En lo que Helga Zepp-LaRouche comparó con “la locura belicista que estalló antes de la Primera Guerra Mundial”, la dirigencia de la Unión Europea (UE) sigue impulsando la militarización de Europa a través de su plan “Rearmar Europa” de 800.000 millones de euros, bajo la pretensión infundada de que Putin pronto se apartará de Ucrania para atacar Europa. El complejo militar-industrial transatlántico está salivando ante la perspectiva: “Ha comenzado una era de rearme. Nos trae unas perspectivas de crecimiento para los próximos años que nunca antes habíamos experimentado”, dijo Armin Papperger, director ejecutivo del gigante alemán de la industria de defensa Rheinmetall, cuyo mayor accionista, el fondo de gestión de capitales BlackRock, acaba de instalar a su antiguo jefe europeo, Friedrich Merz, como probable próximo Canciller de Alemania.
Pero muchos en Europa no quieren hundirse con el barco imperial europeo dirigido por la OTAN de la City de Londres y Wall Street. El profesor Gustavo Piga, de la Universidad de Roma Tor Vergata, calificó a la UE de “velero a merced de los vientos, con una tripulación de 27 polos que se estorban mutuamente y sin capitán”. El director de Difesaonline, Gianandrea Gaiani, fue directo al meollo del asunto, al identificar el plan de “Rearmar Europa” como un plan de rescate financiero, comparable a los de la Italia fascista de los años treinta.
Aunque Estados Unidos ya no está en un rumbo de confrontación nuclear directa, no está de ninguna manera libre de la dimensión financiera de la estafa fascista, ya que es probable que pronto se dé acceso a los emisores de criptomonedas a los sistemas de pago de la Reserva Federal y acceso al mercado de los valores del Tesoro de EU como moneda de curso legal junto con el dólar, lo cual abre aún más el sistema bancario de Estados Unidos para ser saqueado por el lado financiero especulativo del complejo militar-industrial-financiero, lo que podría conducir a un tipo diferente de implosión nuclear.
Sólo si cambiamos a un paradigma totalmente nuevo, dejando atrás el pensamiento del colapsado sistema de la geopolítica y de las instituciones que lo encarnan, podremos aprovechar verdaderamente este momento esperanzador para la humanidad.
En su llamado urgente del 8 de marzo, En lugar de rearmarnos para la Gran Guerra, ¡necesitamos crear una arquitectura de seguridad global!, Helga Zepp-LaRouche hizo un llamamiento a todos los ciudadanos pensantes para que hicieran precisamente eso:
“La humanidad llegó a un punto en el que debe superar los viejos patrones de pensamiento impregnados de geopolítica y Guerra Fría, y sustituirlos por una nueva arquitectura mundial de seguridad y desarrollo que tenga en cuenta los intereses de todas las naciones del planeta. Un ejemplo positivo de ello es la Paz de Westfalia, que se produjo porque las partes beligerantes llegaron a la conclusión de que, si la guerra continuaba, nadie podría disfrutar de la victoria, ya que no habría sobrevivientes. ¡Cuánto más convincente es este argumento en tiempos de armas termonucleares que, de utilizarse, llevarían a la extinción de toda la humanidad!”.
Dejemos que los prometedores avances hacia la paz con Rusia allanen el camino hacia una nueva calidad de relaciones con todas las demás naciones, que considere en primer lugar los intereses y el desarrollo de la humanidad y sitúe los intereses nacionales dentro de esa misión más amplia. Esta sería una forma de organizarnos y de organizar nuestra actividad aquí en la Tierra en coherencia con la naturaleza creativa de la humanidad.
¿Un buen comienzo en esa dirección? Recoger apoyos para el llamado de Helga Zepp-LaRouche del 8 de marzo de personalidades de todo el mundo. Asiste a la conferencia del Instituto Schiller los días 24 y 25 de mayo, ¡Una hermosa visión para la humanidad en tiempos de grandes turbulencias!.
Toma los comentarios de Helga Zepp-LaRouche en la reunión de la Coalición Internacional por la Paz del 14 de marzo como una orden de marcha: “Somos la especie creativa; deberíamos ser capaces de encontrar una solución a cualquier problema del planeta”.
Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com


