16 de marzo de 2025 (EIRNS) — Hay cosas que suceden en el primer plano de la imagen que son decisivas, pero no cometas el error de ignorar lo que está sucediendo silenciosamente en el fondo, o incluso fuera de la vista, o podríamos llevarnos una desagradable sorpresa. Por ejemplo:

Primer plano: Se espera que los Presidentes Trump y Putin vuelvan a hablar esta semana, según el enviado especial de EU Steve Witkoff, para tratar de avanzar en su compromiso común de poner fin a la guerra de Ucrania en la mesa de negociaciones. Ambas partes siguen refiriéndose a los intercambios como “productivos”, y siguen comprometidos a pesar de todos los esfuerzos de los británicos y sus aliados estadounidenses por descarrilar el proceso. El peligro de una guerra nuclear ha disminuido notablemente, al menos el peligro procedente de ese frente. La situación en el sudoeste asiático es otro asunto, en especial con los últimos ataques estadounidenses contra Yemen y las amenazas contra Irán.

Al fondo: Los británicos han centrado toda su atención en Europa, por medio de sus piezas en la City de Londres y Wall Street (piense en BlackRock; o en el nuevo primer ministro canadiense, y ex gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney) para empujar a la Unión Europea (UE) en todo un plan de guerra schachtiano,  y luego hacerla marchar hacia el Este contra Rusia. Por improbable que pueda parecer a primera vista, se está discutiendo seriamente el desarrollo y despliegue de lo que The Economist de Londres llama “la Eurobomba”. Cuando menos, es hora de empezar a pensar lo impensable, escribían en un reciente artículo de fondo. Sugieren que Europa debe estar preparada para disparar misiles nucleares “contra, presumiblemente, ciudades rusas”, si Estados Unidos no lo hace.

No sería la primera vez que el imperio británico intenta esta táctica. En la década de 1930, Montagu Norman, de la City de Londres, gobernador del Banco de Inglaterra entre 1920 y 1944, colocó a su protegido Hjalmar Schacht al frente del banco central alemán (Reichsbank) y luego como ministro de Economía de Hitler. Schacht emitió cantidades ilimitadas de crédito sin valor con las “letras Mefo” para financiar la maquinaria bélica de Hitler, que luego se lanzó hacia el este contra la Unión Soviética.

Aquella operación británica no resultó muy bien para el mundo. Tampoco resultará la que está en marcha, si se permite que siga adelante.

Se invita a los lectores de EIR a leer acerca de los paralelismos entre las letras Mefo de Schacht y las criptomonedas de hoy y las mentadas “stablecoins”, como hemos informado este mes; y a estudiar los escritos de Lyndon LaRouche que exponen el fraude de la economía schachtiana.

Además, incorpórense a la movilización nuesatra para detener este intento de reedición hitleriana en Europa firmando el llamado publicado por Helga Zepp-LaRouche, “¡En lugar de rearmarnos para la Gran Guerra, necesitamos crear una Arquitectura de Seguridad Global!” Como dice la sección final de ese llamado:

“Europa ha reaccionado a las repentinas señales de Trump para poner fin a la guerra de Ucrania y reanudar la diplomacia con Rusia con gran pánico y gritos de guerra. Pero aún hay tiempo para corregir este rumbo potencialmente fatal. Si Europa quiere superar su actual miseria económica, la salida está en la cooperación con las naciones del Sur Global, que hace tiempo que se convirtió en la Mayoría Global.

“La humanidad llegó a un punto en el que debe superar los viejos patrones de pensamiento impregnados de geopolítica y Guerra Fría, y sustituirlos por una nueva arquitectura mundial de seguridad y desarrollo que tenga en cuenta los intereses de todas las naciones del planeta”.