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¡Piensa en el mundo!

21 de marzo de 2025 (EIRNS) — Como dijo una vez el gran estratega, revolucionario y partidario de Abraham Lincoln, el Dr. Sun Yat-Sen: “Actuar es fácil; pensar es difícil”. El Dr. Sun quería hacer comprender a sus contemporáneos chinos lo que nosotros también debemos hacer comprender a nuestros contemporáneos: que su debilidad fundamental no es tanto que no actúen, o que no reaccionen, ante las crisis mundiales, sino que, más bien no piensan que actúan sobre el mundo en su conjunto, mediante acciones particulares e incluso individuales basadas en una idea compartida de humanidad. Los Diez Principios para una Nueva Arquitectura Internacional de Seguridad y Desarrollo que informan la conferencia del Instituto Schiller de los días 24 y 25 de mayo exigen el tipo de “pensamiento riguroso” que, si se adopta, ubica a cada pensador en un diálogo inmediato con el cambiante paisaje de la historia mundial expresado en las comunidades de discurso que han surgido en el Sur Global, y que están surgiendo en regiones de la propia anglosfera.

Los ciudadanos de la anglosfera disponen ahora de un poder mayor que nunca, pero la mente debe estar viva para poder ejercerlo. Esta afirmación va en contra de la “narrativa” cotidiana que se acepta y repiten en especial quienes dicen estar “politizados”, de que “el Estado profundo está en todas partes” y es omnipotente. Para cualquier ciudadano de la esfera transatlántica actual, proponer y promulgar con éxito un cambio lícito y productivo en política exterior e interior requiere que uno reconozca primero que no puede ignorar el hecho de que “hay una guerra en marcha”. La anglosfera, aterrorizada por el diálogo entre Trump y Putin de dos horas y media el martes 18 de marzo, y la posibilidad ya discutida de una reunión entre los dos mandatarios en Arabia Saudita “en un futuro próximo”, está atacando cada vez más a su propia población. Esto puede verse más fácilmente en Europa, con el desmantelamiento primero gradual y ahora precipitado de la democracia parlamentaria, bajo la bandera orwelliana del “rearme para la paz”.

Sobre el intercambio entre Trump y Putin, el analista estratégico ruso Fyodor Lukyanov comentó que “ha vuelto la verdadera diplomacia”. Advirtió, sin embargo, contra dos ilusiones inminentes. “Una es la ilusión de que todo se resolverá rápidamente y sin dolor, y la otra es la creencia cínica de que cualquier acuerdo es fundamentalmente inalcanzable”. A los “medios noticiosos dominantes” de las múltiples agencias de inteligencia les resulta cada vez más difícil mantener la farsa del “Partido de la Guerra”, incluso cuando se invoca la antes “apuesta segura” de “ayudar a nuestros amigos en Oriente Medio iniciando guerras”. En Estados Unidos, hay poco entusiasmo por el bombardeo de Yemen, y mucho menos entusiasmo por una guerra con Irán, incluso, y quizás en especial de gran parte de la base de apoyo de Trump.

No dejes que te desbaraten tu mente. No te dejes embaucar, apresurar o engañar por los medios noticiosos, como se está haciendo, por ejemplo, con la publicación de las 80.000 páginas de los archivos Kennedy. Nadie ha tenido tiempo de leerlos o digerirlos, pero los “medios responsables” nos aseguran que no hay nada allí, a pesar de que no se publicaron durante seis décadas.

El diario Los Angeles Times “informó” el 18 de marzo,  que “Una revisión superficial de la publicación no produjo inmediatamente ninguna revelación importante ni desafió los hechos bien establecidos de que Kennedy fue asesinado por Lee Harvey Oswald mientras viajaba en un descapotable en Dallas. Sin embargo, los historiadores y el Times tardarán mucho tiempo en examinar la gran cantidad de documentos”. En otras palabras, “no los hemos leído, y sabemos que ustedes no lo harán, así que sigan con lo suyo hasta nuevo aviso de las autoridades sobre lo que se les ordena pensar”.

Pero lo más interesante no es necesariamente lo que contienen los archivos. Puede que lo más intrigante, además de útil, sea lo que los archivos no muestran y la forma en que no lo muestran. Por ejemplo: Allen Dulles, el jefe de la CIA de 1953 a 1961 a quien el Presidente Kennedy despidió por las acciones emprendidas (no sólo con respecto a Cuba, sino posiblemente también al Congo), fue nombrado miembro de la Comisión Warren que investigó el asesinato del Presidente. “Desde su fundación, hasta la fecha, el principal defecto de la Agencia Central de Inteligencia lo ejemplifica la gestión de Allen Dulles como su Director de Inteligencia... En gran medida, el caso de Dulles y de la intrusión del FBI en las funciones de inteligencia exterior es la esencia de todo lo que está fundamentalmente mal en el funcionamiento de los servicios de inteligencia estadounidenses después de 1939... Aunque no cabe duda de que Allen Dulles estaba comprometido con que EU ganara la guerra contra la Alemania nazi, él y su hermano John habían sido admiradores de Adolf Hitler desde finales de los años veinte... Durante la década de 1930, Allen Dulles fue miembro del Consejo de Administración del Schroeder's Bank, la “alcancía” utilizada por Hjalmar Schacht para canalizar los fondos recaudados para llevar a Hitler al poder en Alemania. Durante y después de la guerra, los hermanos Dulles desempeñaron el papel principal en el patrocinio del establecimiento de la internacional nazi de posguerra. En la medida en que la Alemania nazi se convirtió en el adversario militar de las fuerzas angloamericanas, Allen Dulles trabajó sin duda para la derrota de Hitler; sin embargo, en la filosofía política de la práctica, los Dulles fueron nazis, antes y después de la guerra... Si uno se viera obligado a seleccionar un solo suceso de la posguerra que ubique la influencia de Dulles en las fallas de la comunidad de inteligencia estadounidense, es el encubrimiento del asesinato del Presidente John F. Kennedy: la falla para detectar y desbaratar las operaciones antes del hecho, y el encubrimiento masivo y arbitrario después del hecho”. Lyndon LaRouche, fundador de Executive Intelligence Review, y sus asociados, que estuvieron en contacto con el abogado Jim Garrison a finales de los 70 y principios de los 80, hicieron esa declaración en 1984. LaRouche añadió entonces: “Las pruebas demostradas por el fiscal del distrito de Nueva Orleans, Jim Garrison, eran masivas. Esta evidencia es corroborada y complementada significativamente por la evidencia reunida por otros investigadores, incluyendo la agencia de noticias privada interna dirigida por el candidato LaRouche”.

La Comisión Selecta del Senado para Estudiar las Operaciones Gubernamentales con respecto a las Actividades de Inteligencia, que presidió el senador Frank Church, emitió un documento en noviembre de 1975,  “Alleged Assassination Plots Involving Foreign Leaders” (“Presuntos planes de asesinato de dirigentes extranjeros”) que cita un cable enviado personalmente por Allen Dulles al Oficial de la Estación de la CIA en Leopoldville (antigua capital del Congo Belga, hoy Kinshasa), el 26 de agosto de 1960, concerniente al primer mandatario de la recién independizada República Democrática del Congo, Patrice Lumumba, quien fue asesinado el 17 de enero de 1961 (mayúsculas todas en el original): “LA REMOCIÓN DEBE SER UN OBJETIVO URGENTE Y PRIMORDIAL...... (Nombre indicado por ****) UNA ALTA PRIORIDAD DE NUESTRA ACCIÓN ENCUBIERTA. PUEDE ACTUAR POR SU PROPIA AUTORIDAD CUANDO EL TIEMPO NO PERMITA REMITIRSE AQUÍ”.

No es necesario encontrar en las más de 80.000 páginas de los archivos Kennedy una pistola humeante, cuyo humo puede haberse disipado hace décadas. Será una revelación para la gente de la anglosfera, especialmente cuando los archivos de Robert F. Kennedy y Martin Luther King, Jr. también sean liberados, que esos asesinatos cambiaron su pensamiento sobre todas las cosas. Fueron el principal motor de un cambio de paradigma cultural del que el mundo transatlántico nunca se recuperará, no sólo hasta que se publiquen esos archivos, sino también hasta que la gente rechace la idea misma de que los archivos debían haberse ocultado al pueblo estadounidense, para empezar.

El estudio de la Comisión Church sobre “Presuntos planes de asesinato de dirigentes extranjeros” suscita varias preguntas; por ejemplo, ¿Quién mató realmente a Isaac Rabin en 1995? Cuando observamos el Israel posterior a Rabin, y la Palestina posterior a Arafat (otra muerte que debería examinarse con más detenimiento), no sólo con respecto a las acciones actuales en Gaza y Cisjordania, sino a la posibilidad de una guerra con Irán, y quizá otras, ¿qué debemos aprender sobre los efectos culturales a largo plazo del silencio ante la ejecución criminal de mandatarios?

Toda acción, por pequeña que sea, o incluso de poca monta, que pretenda influir en “el curso de las políticas y los acontecimientos contemporáneos”, está inmersa, ahora, en un cambio de época, que está siendo moldeado por conversaciones en las que participan las naciones de Rusia, China, Estados Unidos, las naciones del BRICS y otras. Las armas termonucleares, y el peligro de una guerra termonuclear, lo han determinado en parte. Nosotros, los pueblos, debemos encontrar la manera, no sólo de influir en el actual debate mundial y en su futura búsqueda inmediata del camino hacia la guerra o la paz, sino también de determinar un resultado para la raza humana que no sea la extinción. Lo que nos da no sólo el derecho, sino la responsabilidad de hacerlo, es una visión compartida: “¡Una hermosa visión para la humanidad en tiempos de grandes turbulencias!”. Ese es el título de la conferencia de los días 24 y 25 de mayo, y es la misión a la que aspiran con alegría quienes quieren hacer un mundo mejor.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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