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Sólo una dinámica de desarrollo puede escapar a una dinámica de guerra

23 de marzo de 2025 (EIRNS) — Las conversaciones entre Estados Unidos y Rusia, entre los Presidentes Trump y Putin, han alejado al mundo del borde de una confrontación nuclear inmediata y lo han encaminado hacia la normalización de las relaciones entre las dos mayores potencias nucleares del mundo, una condición indispensable para cualquier futuro viable y pacífico de la humanidad en su conjunto. En este contexto, se están llevando a cabo negociaciones para resolver el conflicto de Ucrania, que, según varias fuentes, entre ellas el enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, probablemente impliquen la celebración de nuevas elecciones en Ucrania.

Pero por otro lado, la situación en el sudoeste de Asia pende de un hilo muy fino, ya que Gaza se ha convertido una vez más, y con la aparente aprobación del Presidente Trump, en una zona de guerra genocida con la agresión israelí. Además de la reanudación de los ataques militares directos, se han cortado además todos los suministros a Gaza, así que los alimentos, el combustible y los suministros médicos están disminuyendo rápidamente. Una vez más comienzan a acumularse heridos y muertos de manera catastrófica, sobre todo de niños, mujeres y ancianos.

La pretensión es que tal vez ahora Hamás esté dispuesto a aceptar las condiciones ofrecidas, sin mencionar en absoluto que fue el Israel de Netanyahu el que rompió el acuerdo de alto al fuego al negarse a negociar la prometida Fase 2. Sin embargo, la dinámica histórica que opera bajo la superficie, la que está detrás de Netanyahu en Israel, del complejo militar-industrial transatlántico y, más allá, el papel histórico de los servicios de inteligencia británicos y estadounidenses en la manipulación de los conflictos de la región, cuentan una historia más compleja que no puede abordarse reaccionando a los meros acontecimientos.

El conflicto del sudoeste asiático no sólo no tiene una causa puramente local, sino que no puede resolverse con una solución puramente local. El único enfoque viable es el que plantea Helga Zepp-LaRouche: tenemos que formar ya una nueva arquitectura mundial de seguridad y desarrollo que tenga en cuenta los intereses de todos los países.

Para quienes piensen como la enfermedad de la geopolítica, que todas las naciones deben asegurar sus intereses contra los de todas las demás naciones, ese nuevo sistema nunca funcionaría; para alguien que piense como un ser humano creativo, ese sistema propuesto es el siguiente paso evolutivo natural de la sociedad humana, a medida que derribemos la geopolítica y adoptemos una nueva forma de pensar sobre las relaciones humanas que ponga en primer lugar los intereses de la humanidad en su conjunto.

Un ejemplo de este principio en la práctica es la propuesta de LaRouche del Plan Oasis para el Sudoeste Asiático. El Presidente de la organización francesa Solidarité & Progrès, Jacques Cheminade, presentó este plan el 18 de marzo en una reunión de la Académie de Géopolitique de París, en la que señaló correctamente que “no hay otra opción que un acuerdo en el que todos ganen si realmente queremos alcanzar la paz. Sólo una dinámica de desarrollo mutuo puede escapar a una dinámica de guerra. Este es el método del Plan Oasis... Tiene características específicas de esta región del mundo, pero para garantizar su éxito duradero, debe situarse en el contexto de una arquitectura internacional de paz y seguridad mutua, más allá de esta región. La única guerra que vale la pena ganar es la guerra contra el desierto”.

La paz en una parte del mundo debe conducir a la paz en todas las partes del mundo. Aunque la situación con respecto a la guerra en Ucrania es esperanzadora, debemos actuar con rapidez para asegurarnos de que no exploten las bombas en otro lugar para hacer estallar la situación. Todos los ciudadanos preocupados del mundo deben hacer su parte para que la dinámica de la paz, ejemplificada por el Plan Oasis, sea la base acordada de un nuevo sistema mundial. Hasta entonces, nuestro trabajo no habrá terminado.

Tomemos el comentario de Helga Zepp-LaRouche en la 94ª reunión de la Coalición Internacional por la Paz como declaración de principios: “Creo profundamente que sólo cambiando completamente el paradigma podremos evitar una catástrofe”.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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