25 de marzo de 2025 (EIRNS) — A Gran Bretaña le queda poco de su capacidad militar convencional, y todo el mundo lo sabe. Ese puede ser un factor que contribuya a las amenazas nucleares que ha estado lanzando el Primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, contra Rusia. “¿Qué demonios está pasando con los europeos?” preguntó Tucker Carlson al enviado especial de la Casa Blanca, Steve Witkoff, durante una entrevista la semana pasada, que reseñó The Times. “Keir Starmer dice, 'vamos a enviar tropas británicas'. Todo su ejército es más pequeño que el Cuerpo de Infantería de Marina de Estados Unidos, el país se está muriendo económicamente... ¿Es una pose?”.  The Times informa para dar una idea de la referencia, que los infantes de marina estadounidenses, incluidas las reservas, suman unos 200.000 soldados, mientras que todas las armas de las fuerzas armadas británicas juntas suman unos 197.000 efectivos.

Witkoff sugirió que Gran Bretaña y otras naciones de Europa Occidental no comprendieron los objetivos de Rusia. “Creo que es una combinación de una postura y una pose y además también de ser simplista”, dijo. “Creo que hay esta especie de noción de, todos tenemos que ser como Winston Churchill, los rusos van a marchar a través de Europa. Creo que eso es absurdo, por cierto, tenemos algo llamado OTAN que no teníamos en la Segunda Guerra Mundial”.

Dentro de Gran Bretaña, la postura de Starmer se considera teatro político. El 23 de marzo, fuentes militares de alto rango rechazaron los planes; le dijeron al The Telegraph que “sir Keir” se había “precipitado”.

Una alta fuente del Ejército dijo que no era “ni remotamente posible” que se elaborara un plan de apoyo a Ucrania en ese tiempo. Dijo: “No hay un estado final militar definido ni supuestos de planificación militar-estratégica. Todo es teatro político. Starmer se precipitó al hablar de botas sobre el terreno antes de saber de qué hablaba, por eso ahora oímos hablar menos de ello y más de aviones y buques, que son más fáciles de hacer y no necesitan bases en Ucrania”.

El Telegraph informó la semana pasada que los cazas de la Real Fuerza Aérea vigilarían los cielos de Ucrania según las propuestas que analizó la coalición cuando 30 naciones se reunieron en el Cuartel General Conjunto Permanente (PJHQ) en Northwood, al oeste de Londres. Se sugirió que los Typhoons británicos podrían proporcionar cobertura aérea a las tropas sobre el terreno, aunque no se ha aclarado el número de tropas que podrían enviarse, si es que se envían. Una fuente de Defensa describió las conversaciones como en sus “primeras etapas”, y que se trataba más bien de que las 30 naciones implicadas “se conocieran entre sí”.

“Es política”, dijo una fuente militar. “No tiene ningún sentido militar”. Agregó que ni los rusos ni los estadounidenses apoyaban la coalición que estaba encabezando el Reino Unido, y advirtió que las conversaciones de la coalición se complicaban por el hecho de que “nadie sabe cuál es la misión”.

“Ni siquiera puede protegerse a sí misma. ¿Cuál es la misión? ¿Cuál es su legitimidad? ¿Cuáles son las reglas de enfrentamiento? ¿Cómo se dirige, abastece y aloja? ¿Cuánto tiempo está allí y por qué? Nadie lo sabe”, dijo. Una fuerza así puede ser una provocación, pero esto, por supuesto, no se dice.