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¡No dejes que los británicos decapiten la Presidencia de Estados Unidos!

28 de marzo de 2025 (EIRNS) — Pronto, quizás incluso para cuando usted lea esto, los infiltrados de la inteligencia británica en el gobierno de Trump podrían haber forzado la renuncia de uno de los altos funcionarios de la Presidencia. Esto se logrará de la misma manera que el general Michael Flynn fue destituido como Asesor de Seguridad Nacional de Trump, a los 22 días del primer gobierno de Trump. Los objetivos inmediatos incluyen a Steve Witkoff, la DIN Tulsi Gabbard, el director del FBI Kash Patel y el director de la CIA John Lee Ratcliffe.

De eso se trata el asunto “Signalgate”: utilizar la “filtración” de la delicada discusión (¡en una aplicación pública!) sobre la realización del mal concebido bombardeo de Yemen, para trastocar al equipo seleccionado de Trump. Eso, a su vez, afectaría las negociaciones sumamente delicadas entre Rusia y Estados Unidos. Estas negociaciones no son sobre Ucrania, aunque esa guerra es uno de los aspectos de esas conversaciones. Estas conversaciones se tratan de que Estados Unidos tome una decisión política soberana y emprenda acciones concretas para alejar al mundo de la guerra termonuclear, y eso a corto plazo, sin “consultar” al imperio británico.

Ayer llegó a Estados Unidos un nuevo embajador de Rusia, Alexander Darchiev. Es el primer embajador de Rusia que regresa oficialmente a Estados Unidos desde el 5 de octubre del año pasado. Llega tras horas de intercambios personales entre los Presidentes Putin y Trump, y luego del trabajo concreto del proceso de negociaciones con Arabia Saudita. Pero hay más.

Una nueva arquitectura de seguridad mundial nunca se producirá separada de una nueva arquitectura de desarrollo económico, y esto no significa “bitcoin”. Una economía no consiste en dinero cibernético al estilo de la City de Londres. Una economía humana comienza con los procesos mentales creativos que, a través de principios físicos recién descubiertos, generan una mayor riqueza para el planeta en su conjunto, y con rendimientos cada vez mayores, a través de las actividades intensivas en energía de la minería, la manufactura, la agricultura y de la cultura que éstas pueden producir. Ahí es donde reside la verdadera seguridad.

Los avances tecnológicos ya están en marcha en China, que acaba de anunciar que está a punto de construir la primera central híbrida de fisión-fusión del mundo, “con el objetivo de generar 100 megavatios de electricidad continua y conectarse a la red a finales de esta década”. Las aplicaciones avanzadas de los principios físicos, como mínimo, fueron demostradas por Rusia el pasado noviembre con su despliegue del misil Oreshnik, que, por implicación, y quizá también por aplicación, sustituye a la antigua matriz de “destrucción mutua asegurada” de la guerra termonuclear. Del mismo modo, el programa ruso de naves espaciales de propulsión nuclear del Módulo de Transporte y Energía (MTE) sigue avanzando.

En este 80 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial, como un paso más allá de simplemente retroceder ante la aniquilación mundial, ¿No haría avanzar al mundo y elevaría la visión de la humanidad por encima de la guerra, una misión conjunta y colaborativa Luna-Marte, de Rusia, Estados Unidos y China? El Presidente Trump ha propuesto que se reduzcan los presupuestos militares hasta la mitad. Para que eso ocurra, debe haber colaboración, y esa misión puede generar la confianza entre las naciones que permita a sus poblaciones creer, además de esperar, que “la paz a través del desarrollo” puede ser algo más que una consigna. Estas cosas se pueden llegar a conversar, pero sólo si la Presidencia estadounidense no cae presa, una vez más, de la “relación especial” británica.

Ahora, desde ese punto de vista, con estas consideraciones en mente, pregúntese: ¿Por qué el mismo Presidente Trump (que una vez dijo en un discurso de mayo de 2024 que “Creo que es una mentalidad fracasada, es una locura. Se pueden resolver los problemas por teléfono, y en cambio empiezan a lanzar bombas... Recientemente, están lanzando bombas por todo Yemen. No hay que hacer eso") ahora se dedica a bombardear Yemen? ¿Es esto un trampolín hacia un desastre aún mayor de “mentalidad fracasada”, como una guerra con Iraq?

El ex congresista estadounidense Dennis Kucinich, que se ha opuesto desde hace tiempo a las interminables guerras emprendidas en Iraq, Libia, Siria y Afganistán, intervino de nuevo con un artículo publicado el 25 de marzo, en el que advierte a Trump de no ir a la guerra con Irán. “No era del interés de Estados Unidos entonces, ni lo es ahora, ir a la guerra con Irán, una nación de 90 millones de personas, una sociedad tecnológicamente avanzada, con un ejército de casi un millón de personas. El Presidente Trump no debe dejarse engañar. La guerra con Irán sería el fin de su Presidencia”. Asimismo, Kucinich advierte que la alteración de los mercados del petróleo se traduciría en una gasolina de entre 7 y 10 dólares el galón en las estaciones de gasolina de Estados Unidos, lo que provocaría una dislocación económica enorme y sacudidas financieras. Lo que describe es el “Gran Juego” británico en acción, no sólo contra Rusia, sino también contra Estados Unidos.

¿Son los estadounidenses tan tontos como para no entender lo que está pasando? Posiblemente. Los organizadores del Instituto Schiller informan que hasta el 70% de los estadounidenses menores de 50 años, encuestados al azar en la calle, no tienen ni idea de que en 2025-2026 se celebra el 250 aniversario de la Revolución Americana. Además, al menos el 25% de las personas encuestadas al azar no tienen ni idea de que Estados Unidos luchó contra los británicos para conseguir la independencia. El rey Carlos le ha ofrecido a Estados Unidos volver a integrarse al imperio británico, que hoy se llama la “Mancomunidad”, oferta que hizo originalmente y fue autorizada por su madre la reina Elizabeth II, en el primer gobierno de Trump. ¿Son los estadounidenses, es el gobierno de Trump, tan tontos como para aceptar esa oferta británica “en el año de conmemoración de la Revolución Americana”?

Así es la pérfida Albión. Verás que si te inclinas ante su majestad, ya sea en Gaza, Yemen, Irán o Ucrania, la próxima vez que intentes levantar la cabeza, caerá en el regazo real. En cambio, los Diez Principios para una Nueva Arquitectura Internacional de Seguridad y Desarrollo de Helga Zepp-LaRouche pueden ser la Declaración de Independencia de la Mayoría Global para el siglo 21, a través de una hermosa visión compartida de la humanidad. Esto se discutirá en la próxima conferencia del Instituto Schiller del fin de semana de los días 24 y 25 de mayo de 2025,.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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