1º de abril de 2025 (EIRNS) — El Presidente de Finlandia, Alexander Stubb, alega que después de haber pasado el 29 de marzo jugando al golf con el Presidente Trump, y de haberle dorado la píldora, Trump entiende ahora que “no se puede confiar en el Presidente Putin, pero en los europeos sí”. Logrado esto (o eso desea), voló inmediatamente a Londres para intercambiar notas con el Primer ministro Keith Starmer. Según su oficina presidencial, durante su estancia allí también tenía una reunión programada con Richard Moore, jefe del Servicio Secreto de Inteligencia del Reino Unido (MI6), además de pronunciar un discurso ante los estudiantes de la London School of Economics, con lo cual Stubb se caracterizó a sí mismo como un agente británico, cuando se reunió hoy con Starmer. Dijo a los periodistas que se siente un poco excluido, porque el 75% de su familia tiene doble nacionalidad británica y finlandesa, y él no. “Estoy muy contento de ver el liderazgo que está mostrando el Reino Unido, sobre todo en la guerra de Ucrania. Y en muchos sentidos, en mi opinión, el Reino Unido ha vuelto, ha vuelto al juego”, declaró. Pero eso no fue todo. “Creo que Finlandia y el Reino Unido están unidos de la mano y en muchos lugares, incluida la OTAN y, por supuesto, la JEF (Fuerza Expedicionaria Conjunta), que ustedes fundaron”, añadió.

La afirmación de Stubb de estar a favor de un alto al fuego en Ucrania no es más que puro teatro. Es un ferviente miembro del partido europeo de la guerra, la mentada “coalición de los dispuestos” que se prepara para hacerse cargo de la guerra contra Rusia, si no consiguen que el Presidente Trump abandone su apuesta por la paz. Este es “el elefante en la sala”  (como lo llamó la semana pasada la columna London Playbook de Político) que el Presidente Trump debería tener en cuenta. Stubb quiere que se impongan más sanciones a Rusia, que Ucrania ingrese en la OTAN y en la Unión Europea, y alega que fue “por iniciativa de Finlandia” en la reunión del 27 de marzo en París, que Francia y el Reino Unido tomarán “un papel de liderazgo más formal en la ‘coalición de los dispuestos’. Nos representan en Europa y coordinarán los esfuerzos ulteriores, tanto a nivel militar como político”.

La intervención de Stubb en los asuntos estadounidenses también fue cuidadosamente coreografiada. Mientras los europeos se estremecían ante las declaraciones de J.D. Vance durante la Conferencia de Seguridad de Múnich en febrero, Stubb se jactaba con el periódico Politico de que ya se había puesto manos a la obra para ganarse a Trump para la causa bélica de Europa. Dijo que ya había hablado dos veces con Trump para jugar juntos al golf y venderle rompehielos finlandeses “que son fundamentales para la batalla por el Ártico en la que Trump se ha interesado con respecto a Groenlandia”. En cuanto a sus conexiones estadounidenses, Stubb estudió en la Universidad Furman de Carolina del Sur por su destreza en el golf, lo que le llevó a calificarse a sí mismo ante Politico como “finlandés de nacimiento, sureño por la gracia de Dios”.