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Lo “uno” de la humanidad exige un nuevo paradigma anti imperial

6 de abril de 2025 (EIRNS) — Cada día, cada hora, los acontecimientos en el mundo, ya sean las increíbles atrocidades en Gaza o la presión creciente para provocar que Estados Unidos ataque a Irán, demuestran palmariamente lo que Helga Zepp-LaRouche ha afirmado repetidamente: No existe tal cosa como la “seguridad” de una nación contra la de otra; eso es una quimera del malvado e ilegal sistema de la geopolítica, un sistema al que sólo se le permite persistir debido a la creencia generalizada y errónea de que el hombre es simplemente otra bestia, una visión que sólo puede terminar en una confrontación nuclear.

Helga Zepp-LaRouche presentó un enfoque más veraz en la reunión de la Coalición Internacional por la Paz (CIP) del viernes 4 de abril: "Hay que considerar primero a la humanidad una como una entidad, ‘que se apoya mutuamente’... Primero hay que hacer lo que sea en interés de la humanidad una, y luego se pueden definir los intereses nacionales en afinidad con ese Uno superior. Eso... sólo es posible si se introduce una dinámica de desarrollo".

Lo “uno” (e implícitamente la bondad) de la humanidad lo demostró de manera decisiva a principios del siglo 20 el biogeoquímico Vladimir I. Vernadsky. Vernadsky examinó el efecto antientrópico de la acción de la materia viva en su conjunto, la biosfera, sobre la transformación de la química de la corteza terrestre, a una de orden superior, proceso que se produce principalmente a través de la evolución de los procesos metabólicos. También estudió la acción de la vida humana, la noosfera, que transforma la Tierra a un ritmo que ha superado al de la biosfera gracias a la evolución de las ideas y los descubrimientos. La vida humana lo hace no como países y culturas individuales, sino como una totalidad, en todo el planeta, de una forma cada vez más integrada y coordinada.

El llamado de Zepp-LaRouche de noviembre de 2022 en favor de una nueva arquitectura mundial de seguridad y desarrollo que tenga en cuenta los intereses de seguridad de todas las naciones, en lugar de cada una contra todas las demás, es coherente con lo que Vernadsky mostró como la imparable evolución natural de la vida en la Tierra y la unidad de la humanidad.

Los intereses económicos y de desarrollo de las naciones no están en absoluto separados de esto.

Consideren como ejemplo la política arancelaria de “Estados Unidos primero” que anunció Trump el 2 de abril y que está causando ondas de choque en todo el mundo. Según el Presidente, uno de los objetivos que busca, es revitalizar la industria estadounidense; sin embargo, toda la premisa es falsa. La industria estadounidense no se ha hundido en el último medio siglo porque los demás países se aprovecharan de Estados Unidos. Por el contrario, Estados Unidos se convirtió deliberadamente en el “importador de último recurso” como parte de una remodelación de la economía mundial que envió al exterior las manufacturas estadounidenses, que saqueó a los países de mano de obra barata, y sustrajo del resto del mundo enormes flujos del capital financiero, puro valor monetario ficticio, que convirtió al sistema financiero estadounidense en la principal sucursal de la City de Londres, mientras que colapsaba la productividad física. De esa manera Estados Unidos pasó a ser una “economía posindustrial” para convertirse en una economía de casino.

Si no se corrige la forma de pensar monetarista que subyace a todo el sistema financiero mundial y, como pide Lyndon LaRouche en sus “Cuatro nuevas leyes para salvar a EU, ¡ya” de 2014: volver a un sistema hamiltoniano de crédito dirigido para aumentar la productividad, lo único que realmente puede revitalizar la industria estadounidense; los aranceles son ficciones monetarias y esa intimidación abusiva muy probablemente, como han señalado muchos, no perjudicará a nadie más que a Estados Unidos mismo.

La salida del colapso económico es el mismo camino para salir de la confrontación nuclear mundial: Tiene que haber un nuevo paradigma de desarrollo para todas las naciones, que sustituya a la malvada geopolítica. El movimiento LaRouche ha presentado una propuesta de desarrollo para para crear miles de millones de nuevos empleos productivos y el Plan Oasis para el sudoeste de Asia como dos conceptos clave de solución para la formación de ese nuevo sistema.

La conferencia del Instituto Schiller de los días 24 y 25 de mayo, “¡Una hermosa visión para la humanidad en tiempos de grandes turbulencias!”, será un lugar de encuentro para todas aquellas personas de buena voluntad que están decididas a que no se pierda esta oportunidad histórica de acabar definitivamente con el sistema colonial y crear un nuevo paradigma para la humanidad.

 

Para mayor información escriba a preguntas@larouchepub.com

 

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