No intentes ser más listo que los maestros del ajedrez. Más bien, acaba con su juego
17 de abril de 2025 (EIRNS) — Mientras que el gobierno de Trump entra torpemente en su cuarto mes en el cargo, derribando abusivamente todos y cada uno de los enfoques convencionales, el mundo lucha por encontrar un orden en las acciones del nuevo Presidente. Las declaraciones tan dispares sobre Irán, por ejemplo, están causando una preocupación comprensible. El enviado para Oriente Medio, Steve Witkoff, indicó el 14 de abril que un programa de enriquecimiento nuclear iraní de hasta un 3,6% era aceptable para un programa nuclear civil, una declaración que contradijo de forma sorprendente solo un día después, cuando afirmó que “Irán debe detener y eliminar su programa de enriquecimiento nuclear y de fabricación de armas”. Una situación similar se está produciendo con respecto a la política arancelaria, donde las empresas y naciones enteras se ven sacudidas por la incertidumbre que esto genera.
El caos no es aliado de la prosperidad, ni en la economía ni en las relaciones internacionales. Y está claro que el Presidente Trump no se está haciendo ningún favor al fomentar políticas tan contradictorias e impredecibles. Sin embargo, aunque estas consideraciones son importantes y deben abordarse, debemos tener cuidado de no perder de vista los problemas subyacentes en medio del vertiginoso ritmo de los acontecimientos.
Lyndon LaRouche escribió en un memorándum de 1984: “Si alguna vez te sorprendes a ti mismo sacando conclusiones con base únicamente en la lista de hechos que crees tener en tu poder, detente inmediatamente y piénsalo de nuevo. Como le dijo el contador al juez, fue el dinero que no estaba allí lo que llevó al descubrimiento del desfalco. Sé siempre consciente de que puedes haber pasado por alto algo de importancia crucial para tomar una decisión”. Por ejemplo, decía LaRouche: “Son las cosas que no están ahí las que realmente pueden hundirte, como dijo el tipo mientras caía por el hueco del ascensor vacío”.
Desde este punto de vista, consideremos el debate que se está produciendo actualmente en Alemania sobre el suministro de misiles Taurus de largo alcance a Ucrania, tal y como ha propuesto el nuevo Canciller Friedrich Merz. Justo cuando la situación entre Estados Unidos y Rusia parece más prometedora, alejando al mundo del borde de la Tercera Guerra Mundial, ¿qué pasaría si Alemania decidiera de repente ayudar a Ucrania a lanzar misiles contra el interior de Rusia? El jefe del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia señaló el 15 de abril: “En caso de agresión de la Alianza del Atlántico Norte contra la Unión Estatal [de Rusia y Bielorrusia], se infligirá sin duda un daño a todo el bloque de la OTAN”. ¿Es Trump consciente de este peligro?
O tomemos el caso de China y la creciente disputa arancelaria. ¿Cuáles son realmente las capacidades físicas y económicas de Estados Unidos para soportar una guerra comercial en toda regla con la mayor economía manufacturera del mundo? La decisión de China de restringir los metales raros y los imanes puede ser solo la punta del témpano y podría suponer un problema mucho mayor para una economía estadounidense muy dependiente de las importaciones. El interés expresado por Vietnam en aceptar la oferta de unirse al BRICS y ampliar la cooperación con China también podría ser solo una primera indicación del tipo de reacción masiva que provocará la política de Trump en todo el mundo. Es probable que el intento de desacoplarse de China funcione tan bien como los esfuerzos por aislar a Rusia, y la “desdolarización” podría convertirse pronto en el menor de los problemas de Estados Unidos. ¿Qué clase de economistas charlatanes están aconsejando a Trump que asuma este riesgo?
Y por último, pero no por ello menos importante, ¿qué efecto tendrá este caos en el sistema financiero inflado y sobreendeudado que se ha mantenido a flote gracias a la liquidez de la Reserva Federal desde 2008? Como se ha visto recientemente con el rápido aumento de las tasas de interés del mercado de bonos estadounidense, este sistema es muy inestable y pronto se enfrentará a la burbuja de derivados de 2 mil billones de dólares que está a punto de estallar. ¿Cuánta turbulencia puede soportar este sistema financiero antes de entrar en un colapso irreversible?
Son factores como estos los que determinan el mundo real, no los acontecimientos cotidianos que se presentan como novedades en los medios noticiosos. Y no nos equivoquemos: estos factores son claramente comprendidos por aquellos que quieren dar a Trump el “tratamiento Liz Truss” y devolver a Estados Unidos a su estatus de gigante tonto, ejecutor del sistema imperial occidental. Ni toda la astucia del mundo, ni jugar al “ajedrez tridimensional” evitarán las realidades subyacentes a las que se enfrentan Estados Unidos y el mundo, y cualquier intento de ignorarlas solo empeorará la situación.
Los patriotas y ciudadanos del mundo de hoy actuarán para lograr una nueva serie de acuerdos entre las grandes potencias con el fin de desarrollar sus naciones y aumentar las facultades productivas del trabajo en todo el mundo. Esa no es solo la forma de corregir los desequilibrios comerciales, sino también de crear una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo, evitando al mismo tiempo caer en la trampa geopolítica británica. Este tema se tratará en la conferencia del Instituto Schiller que se celebrará los días 24 y 25 de mayo. No olvides inscribirte y asistir.
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